Por Claudio Zlotnik
José Luis Machinea tuvo
su primer día de gloria como ministro. Luego de más de un
año donde todo fue penuria, lamentos y resignación, por
primera vez desde que la Alianza es gobierno recibe una ayudita del Tío
Alan. Ayer, en forma sorpresiva, Estados Unidos bajó la tasa de
interés, medio punto porcentual, lo que debería traducirse
en una mejora del humor por parte de los inversores hacia la Argentina
y en un abaratamiento en los costos de la deuda. La decisión de
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense)
hizo volar a los mercados. El índice de acciones líderes
MerVal trepó 7,2 por ciento y, en Wall Street, el Nasdaq (panel
de tecnológicas) subió 14,2 por ciento, su mayor avance
de la historia. También hubo un fuerte descenso en el riesgo país.
La euforia de los financistas se trasladó rápidamente al
Ministerio de Economía. Por primera vez desde mediados de
octubre, el riesgo argentino es inferior al brasileño, festejó
Julio Dreizzen, subsecretario de Financiamiento. Gracias a la baja de
la tasa, la Argentina se ahorrará 185 millones de dólares
en el año, calculó el funcionario. En la city creen que
la Fed seguirá recortando el costo del dinero a lo largo del año.
La noticia de la rebaja de la tasa se conoció a las 15.15 y, desde
ese instante, la carrera alcista de acciones y bonos no se detuvo. Hay
que remontarse a un año atrás para encontrar un aumento
tan sustancial de las acciones. Por su parte, los títulos públicos
subieron entre 1 y 2 por ciento. El optimismo se desplegó por los
recintos de la región. La bolsa brasileña avanzó
7,6 por ciento; México mejoró 5,4 por ciento; y, en Nueva
York, el índice Dow Jones recuperó 2,8 por ciento. El consenso
entre los financistas era que la Reserva Federal iba a decidir un abaratamiento
en el costo del dinero en su próxima reunión de los días
30 y 31. Pero Greenspan se adelantó y, como no lo hacía
desde octubre del 98, en plena crisis internacional tras la quiebra
de Rusia, movió la tasa sin esperar el encuentro formal de directores
de la Fed.
¿Qué lo motivó? Los últimos indicadores estaban
mostrando una brusca desaceleración de la economía estadounidense.
Menores ventas navideñas, baja pronunciada en la actividad fabril
y en la construcción y caída en la confianza de los consumidores.
En opinión del banquero, existía serio peligro de que, tras
una década de expansión, Estados Unidos podría caer
en recesión. Y actuó con el claro objetivo de evitarlo,
bajando la tasa de corto plazo (que sirve de referencia para el resto
del sistema) del 6,5 al 6,0 por ciento. De esta manera, Greenspan empezó
a desandar el camino iniciado en junio del 99, y que duró
todo un año, cuando elevó la tasa del 4,75 al 6,5 por ciento
para alejar los fantasmas de un rebrote inflacionario dada la impresionante
expansión de la economía. Ahora el enemigo es otro. En vez
de la inflación, apareció el peligro de la contracción.
Precisamente, la racha alcista del costo del dinero coincidió con
el año inaugural de Fernando de la Rúa en la Casa Rosada.
El nuevo gobierno, que llegaba al poder con el objetivo de ordenar las
cuentas fiscales y, con ello, abrir las puertas a una baja de la tasa
capaz de reactivar la economía, chocó contra las necesidades
del Tío Alan. La atracción que significó para los
financistas obtener altos rendimientos en un mercado seguro como el estadounidense
ayudó a secar la oferta de dinero que el Gobierno necesita para
refinanciar su deuda. Conseguir los fondos se hizo muy caro y Machinea
le dijo adiós al círculo virtuoso que salvaría
a la economía.
Junto con el de Ecuador, el riesgo argentino resultó el que más
bajó en la región: de 791 a 728 puntos (implica una sobretasa
del 7,28 por ciento), quedando dos puntos por debajo al riesgo brasileño,
a pesar de que la calificadora Standard & Poors mejoró
ayer su nota. Este descenso ayudará a abaratar el crédito
tanto para el sector público como para el privado. Se está
normalizando el panorama, estimó Dreizzen. Conseguido elblindaje
financiero, que da certezas de que la Argentina podrá cumplir con
sus obligaciones de deuda, el entusiasmo entre los miembros del equipo
económico se basa en que, esta vez sí, la suerte está
de su lado y lograrán dar vuelta las expectativas de inversores
y consumidores. Norberto Sosa, economista de la casa bursátil Raymond
James, cree que Economía tiene motivos para el entusiasmo. Sin
dudas, este año van a llegar más capitales que en 2000,
aunque los favoritos de los inversores sigan siendo México y Brasil.
Con el costo del dinero en baja, habrá un mayor interés
en invertir en los denominados países emergentes, como el argentino,
sostuvo el experto, en diálogo con Página/12. Desde Nueva
York, Fernando Losada, especialista del ABN Amro Bank, también
se mostró más optimista. Aunque los financistas todavía
tienen dudas sobre la recuperación económica, la decisión
de la Fed confirma que el 2001 será mejor que los dos años
anteriores, señaló a este diario.
Tanto el Fondo Monetario como el presidente electo de los Estados Unidos
saludaron la decisión de Greenspan. La medida fue audaz y
fuerte para asegurar que nuestra economía no descienda en picada,
declaró el republicano. Köhler, director gerente del FMI,
apuntó que el ajuste en la tasa internacional refuerza las
perspectivas de un crecimiento durable de la economía mundial.
Según una encuesta conocida anoche en Wall Street, de los 24 operadores
más importantes del mercado, un total de 21 creen que Greenspan
volverá a bajar la tasa a fin de enero, un cuarto de punto adicional.
De concretarse, Machinea y sus muchachos seguirán levantado sus
copas. Aunque las fiestas hayan quedado en el recuerdo.
Con mucho para ganar
La calificadora de riesgo Standard & Poors destacó
que la Argentina tiene mucho que ganar con la disminución
de las tasas de interés de Estados Unidos. También
señaló que las últimas medidas adoptadas por
el Gobierno, como el Pacto Fiscal con las provincias y la reforma
previsional, apoyarán la solvencia fiscal a mediano
y largo plazo. No obstante, en un informe publicado ayer,
la agencia estadounidense alertó que el blindaje financiero
no sería suficiente para poner al país en la senda
de la recuperación. Mirando hacia adelante, la cuestión
clave es si las reformas estructurales y la resolución de
la crisis de liquidez de corto plazo restaurarán la confianza
y el crecimiento, señaló Bruno Boccara, director
de Rating Soberano de S&P, y autor del documento. El analista
se mostró cauteloso respecto de la evolución de la
economía argentina, pese a lo cual indicó que la baja
de tasas de Estados Unidos es un elemento positivo. Por otra parte,
S&P subió ayer la calificación de la deuda a largo
plazo de Brasil.
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Economistas
evalúan el impacto en Argentina
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Un alivio
Martín Redrado,
de la Fundación Capital
La baja de la tasa en Estados Unidos era algo que se esperaba
en forma inminente, debido a que todos los indicadores estaban dando
cuenta de una brusca desaceleración económica. Para
la Argentina, este descenso determinará una mejora del riesgo-país,
hasta un nivel de entre 650 y 700 puntos, que aleja el clima de
crisis, pero que no representa un masivo ingreso de capitales al
país. Una muestra de esto lo da lo sucedido ayer con los
bonos. Los títulos públicos tuvieron un leve repunte,
de entre 1 y 2 por ciento, lo que indica que no hubo una explosión
de optimismo entre los inversores extranjeros. A diferencia de lo
que ocurrió en la década pasada, los financistas actúan
con mucha cautela. Fueron muy golpeados en los mercados emergentes,
y se espera que operen con selectividad en los mercados de mayor
riesgo, como el argentino. La decisión de Alan Greenspan
es un alivio, pero no es la salvación para la Argentina.
De que la economía despegue y se vuelva atractiva depende
de que mejoren las condiciones internas y se hagan más rentables
los proyectos de inversión.
Volátil
Claudio Lozano,
de la CTA
Más allá de la baja de riesgo país,
que por cierto era esperada luego del salvataje financiero, las
tasas de interés en el campo internacional siguen estando
por encima de los niveles que tuvieron en la década pasada.
Transformar esa reducción en una panacea para Argentina es
desconocer que el contexto ha cambiado. Además, es asumir
que la única forma que la actual conducción económica
espera para que se reafirme el crecimiento es por vía del
efecto favorable del escenario internacional. Escenario que sigue
siendo volátil y poco predictible. Y que por lo tanto exige
estrategias activas y no pasivas de gestión de la política
económica. No puede asociarse a esa reducción de la
tasa ningún efecto benéfico en el campo social. La
lógica con la que funciona la economía argentina,
luego de las transformaciones operadas en los 90, define que
sólo se crece con endeudamiento. En tanto que el nivel de
endeudamiento ha llegado a un punto límite, Argentina, si
no hay modificaciones, seguirá debatiéndose entre
el estancamiento y un crecimiento sumamente moderado y de corto
plazo.
Optimista
José Siaba Serrate,
consultor
Lo primero que hay que decir sobre la resolución
de Alan Greenspan es que fue más violenta a la esperada.
Lo segundo, es que, con esta decisión, el banquero se anticipó
a un desmoronamiento de los mercados y a un deterioro muy fuerte
de la economía real, que iba camino a convertirse en un ciclo
recesivo. Y Greenspan, que fue un tenaz luchador contra la inflación,
también demuestra que está dispuesto a evitar la recesión.
De todas maneras, creo que el peligro a una contracción económica
no ha desaparecido, y que la Fed profundizará la baja de
la tasa durante el resto del año. El ritmo que adoptará
para llevarla a cabo dependerá de los indicadores económicos
que se conozcan en las próximas semanas. Y de cómo
evolucione la Bolsa de Nueva York. Creo que el primer examen ocurrirá
dentro de una semana. Veremos si las acciones se recuperan o si
vuelven a caer en un pozo. Y, aunque no lo diga abiertamente, Greenspan
volverá a salir al rescate de los inversores si esto último
ocurre. Para la Argentina, se ha inaugurado un nuevo escenario,
más optimista que el que teníamos hasta ahora.
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OPINION
Por Julio Nudler
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Plata barata, deudor
feliz
Para un pobre exportador como la Argentina, cubierto de deudas
y lleno de empresas extranjeras que reinvierten muy poco y remesan
cifras crecientes en dividendos y regalías, si la solución
no llega vía ingreso de capitales, ¿de dónde
podría llegar? Ya habrá tiempo de analizar si esos
capitales se aposentan en inversiones directas o sólo compran
papeles, con la consiguiente contrapartida de más deuda pública
y privada, pero, por el momento, la reducción de medio punto
en la tasa estadounidense de interés es una buena excusa
para la celebración. ¡Si hasta puede desatar un período
de bonanza! Al abaratar el costo del endeudamiento, le facilita
a la economía argentina su casi único motor actual
de expansión. Y como cualquier analista de afuera sabe a
esta altura que el combustible de esta convertibilidad es la deuda,
no tiene nada de sorprendente que los mercados le hayan bajado bruscamente
el riesgo-país a la Argentina, que además cuenta con
el blindaje del Fondo Monetario. Pero esa caída del riesgo-país
encierra al mismo tiempo un diagnóstico preocupante sobre
el futuro: esta economía baila al son de los flujos de capitales,
sin apoyo cierto en una capacidad productiva que reduzca su vulnerabilidad.
Ahora, si la constelación de factores exógenos decisivos
(términos de intercambio, tasas de interés, Brasil,
relación euro/dólar) adoptase un orden más
amigable hacia la Argentina, empezaría a operar el círculo
virtuoso y la larguísima recesión sería relevada
por un período de crecimiento. El entumecido muñeco
se pondría en marcha, agitado por la entrada de capitales,
que expandirá la masa de moneda y de crédito. Mejorará
la recaudación de impuestos y, eventualmente, el déficit
fiscal será inferior al previsto, inundando de confianza
a los economistas liberales. No es descartable que, montada sobre
este proceso, se instale una nueva dinámica, que mejore la
competitividad de la economía. Pero este escenario optimista,
que exigiría mucha creatividad y coraje de la política
económica, no es el único posible, y ni siquiera el
más probable. Más fácil es que se camine hacia
un nuevo estrangulamiento externo, que imponga otro ajuste recesivo.
Si hay financiación sin transformación, la historia
va a repetirse. De todas formas, las variables exógenas son
muchas y de comportamiento complejo, y habrá que ver si esta
acción de la Reserva Federal modera el enfriamiento de la
economía estadounidense, y cómo gravita éste
sobre el precio de las commodities que exporta la Argentina. La
buena noticia de ayer traerá cola, pero faltan aún
muchos datos para cerrar un pronóstico.
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Las
dos caras de Colombo y Cavallo
para una incorporación que no fue
El ex ministro rechazó la invitación a integrar una
comisión para la reforma impositiva. Pero no dio un portazo: colaborará
para conformar la agenda de la comisión y para lograr consenso en el Congreso.
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Colombo
y Cavallo lograron, cada uno a su manera, un éxito. La comisión
de notables no caminó. Claroscuros de una relación.
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Por
Raúl Dellatorre
Domingo Cavallo
dijo no y la comisión de notables para elaborar una
reforma tributaria pasó a mejor vida. Ya no será un grupo
de personalidades del arco político el convocado por la Jefatura
de Gabinete para debatir sobre la reforma tributaria, sino un conjunto
de técnicos pertenecientes a distintas fundaciones con reconocimiento
en el ámbito político y económico. En definitiva,
la propuesta final no es distinta a la promovida por Chrystian Colombo
a su llegada al gabinete, pero luego modificada cuando el Gobierno empezó
a buscar el acercamiento de Cavallo para seducir a los mercados financieros.
Ayer, el ex ministro y titular de Acción por la República
rechazó la oferta, pero no pegó un portazo: se mostró
condescendiente con la propuesta de la comisión técnica
y se comprometió a participar en la elaboración de su agenda.
El Gobierno, en definitiva, no se quedó con las manos vacías:
logró exhibir a Cavallo cerca y repartiendo elogios a funcionarios
y políticas oficiales.
Cavallo tuvo sus razones para rechazar el convite, pero no fueron las
que explicó en la conferencia de prensa que compartió con
Colombo después del encuentro entre ambos. El ex ministro se siente
en condiciones de jugar un papel preponderante para rescatar al país
de la actual crisis. Y no es sólo su ego el que se lo indica, sino
que desde el Gobierno y sus bordes Carlos Chacho Alvarez,
por ejemplo también se lo dan a entender. Por eso, se cree
en condiciones de elevar su precio: una comisión que no estuviera
integrada por las primeras figuras políticas del país Alfonsín,
Alvarez, alguien de primera línea del justicialismo no era
el lugar más atractivo para sus elevadas expectativas.
En la conferencia de prensa, el ex ministro se esmeró en repartir
elogios para disimular su rechazo. El Gobierno cuenta con excelentes
técnicos: Héctor Rodríguez (titular de la AFIP) es
un especialista en administración tributaria, Marcos Makón
(subjefe de Gabinete, ex cavallista) es un excelente técnico en
administración fiscal y presupuestaria, y el ministro (de Defensa)
Ricardo López Murphy también es un especialista en política
tributaria, si hasta mi hijo tomó el curso que dicta en la Universidad
San Andrés, señaló para destacar el reconocimiento
a sus méritos.
Cavallo explicó que su lugar, para aportar a la reforma tributaria,
será una comisión de la Cámara de Diputados, donde
anticipó que presentará un proyecto completo de reforma,
acompañado por los legisladores de Acción por la República
y de algunos partidos provinciales, como Carlos Balter, del Partido
Demócrata de Mendoza. Pero, además, señaló
que elaborará junto a Colombo la agenda de la comisión de
técnicos que convocará el Gobierno. A solas,
aclaró ante una consulta sobre si esa agenda sería elaborada
en una mesa donde participen otros políticos. Aunque inmediatamente
admitió que el jefe de Gabinete podría consultar con otras
personas su propuesta temática.
Colombo señaló, en la misma conferencia de prensa, que continuará
la ronda de conversaciones con especialistas, aunque sus palabras reflejaron
el cambio de criterio para el armado de la comisión tras el rechazo
de Cavallo a integrarla. Mañana (por hoy) me reuniré
con Beatriz Nofal, el lunes con Juan Carlos Gómez Sabaini (subsecretario
de Política Tributaria) y posiblemente el martes con Jorge Remes
Lenicov (PJ), quien seguramente como diputado se sumará a la Comisión
que se conforme en la Cámara baja, al igual que el doctor Cavallo,
refirió. Pero después del paso al costado de Cavallo, estos
encuentros han perdido totalmente su relevancia.
El titular de Acción por la República anticipó algunos
lineamientos de su propuesta impositiva: convivencia de un tributo a las
ventas minoristas a nivel provincial con el IVA a nivel nacional, pero
con niveles de tasas razonables, más bajas que las
actuales, que sería posible eliminando exenciones y evitando bolsones
de evasión; y gradual eliminación de los impuestos
al trabajo, mal denominados aportes patronales.
Este diario consultó a Cavallo si la evasión podía
seguir siendo considerado un problema técnico en vez de político,
y si se podía resolver con una reforma legislativa. Estoy
convencido de que la evasión es alta también porque el sistema
tributario es tan complejo y además la administración tributaria
está muy poco preparada para recibir y procesar información,
refirió. Hay impunidad para evadir, y también hay
un sistema judicial que favoreció al evasor, a veces porque los
jueces hacen la vista gorda y otras, porque a pesar de su buena voluntad,
se encuentran con una complejidad y sobreabundancia de normas que hacen
imposible una sanción, señaló Cavallo, antes
de expresar su confianza en que una reforma tributaria y una nueva
administración tributaria puedan reducir muchísimo la evasión.
RODOLFO
TERRAGNO DEFINE LA CONVOCATORIA A CAVALLO
No le daría el sistema tributario
El ex jefe de Gabinete
Rodolfo Terragno advirtió hoy que anunciar la reforma impositiva
de la manera espectacular como lo hace el Gobierno es un estímulo
a la evasión. Y afirmó que no se lo imagina al ex
ministro Domingo Cavallo conduciendo la política económica
de la Alianza porque ése, dijo, sería el fin
de la coalición. En una entrevista concedida a la agencia DyN,
Terragno calificó, además, de innecesario el
decreto presidencial sobre reforma previsional, ya que no cree que haya
sido una exigencia del exterior.
¿Qué piensa de la convocatoria del Gobierno a Cavallo?
Esto no es nuevo. La Alianza planteó desde la campaña
que era imprescindible discutir una reforma impositiva. Ahora, yo no aconsejaría
dar al proyecto la espectacularidad que se le está dando. Incluso
me parece que debería anunciarse ya mismo que cualquier reforma
tributaria va a entrar a regir una vez transcurrido un año fiscal
completo después de promulgada la ley. De lo contrario es un estímulo
a la evasión impositiva.
¿Por qué?
Porque agarrar un megáfono y decir: Estamos consultando
con todo el mundo para ver cómo cambiamos los impuestos es
como decir: Nadie pague hasta ver qué pasa. Me parece
que toda esta espectacularidad, la convocatoria pública a Cavallo
se le hubiera podido pedir un documento o tener una conversación
más discreta, hay que manejarla con prudencia. Si uno hace
un show puede resultar muy peligro.
¿Pero cómo puede colaborar Cavallo en materia tributaria
si, cuando fue ministro de Economía, por caso, subió el
IVA del 15 al 21 por ciento?
Cavallo no es sólo un ex ministro, es el jefe de un bloque
parlamentario que algún peso tiene en la Cámara baja. La
reforma tributaria tiene que sancionarse por ley y la participación
de Acción por la República es una consideración que
seguramente el Ejecutivo tiene en cuenta. Por otro lado, hay 50 o 100
técnicos que por lo menos hay que escuchar, y Cavallo está
entre ellos.
¿Aunque como antecedente figure haber subido el IVA o que
no se caracterice por una justa distribución de la riqueza?
Se puede ser buen técnico y eso no es una valoración
sobre el sentido de lo que uno hace porque los técnicos sirven
a intereses. Puede haber excelentes técnicos que sirven a la concentración
del ingreso. En una consulta muy amplia uno puede tomar en cuenta lo que
dicen esos técnicos porque en aspectos parciales pueden ser útiles,
pero hace falta una dirección política. Yo no le daría
nunca el sistema tributario a Cavallo.
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