Por Irina Hauser
La Justicia investigará
si el juez Carlos Liporaci le pagó 20 mil dólares al financista
José Levy, dueño de la cooperativa Cofiarsa, para que le
fraguara un crédito por 160 mil dólares a nombre de su esposa
con el fin de justificar en parte cómo compró una mansión
en Vicente López con su sueldo de 5521 pesos como magistrado. El
relato de esa maniobra surge de una denuncia realizada por Guillermo Gowland,
un antiguo secretario de Liporaci, revelada ayer en exclusiva por Página/12.
Su constatación en la causa por supuesto enriquecimiento ilícito
contra el juez que está a cargo de su colega Gabriel Cavallo
y del fiscal Pablo Recchini demostraría no sólo el
origen ilegítimo de su riqueza sino otro posible delito que habría
cometido para disimularlo. Y aumentaría las chances de que el Consejo
de la Magistratura, que también analiza su evolución patrimonial,
solicite en febrero su destitución.
Es un profundo disparate, despotricó Héctor
Rodríguez, el abogado de Liporaci, consultado sobre la denuncia
de Gowland. Todo se trata de una maniobra de sectores vinculados
con el Frepaso. Según la información de que dispongo, Gowland
creo que asesora a alguien en ese partido, dijo en defensa de su
juez protegido, el mismo que el viernes pasado dictó la falta de
mérito de los 11 senadores, en su mayoría justicialistas,
sospechados de haber recibido coimas a cambio de votar la reforma laboral.
Cuando denuncié a Liporaci con anterioridad decían
que yo era de (Domingo) Cavallo, ahora resulta que soy del Frepaso,
replicó Gowland. Por si hace falta aclararlo, sólo
asesoré ad honorem a la diputada del Frepaso Graciela Podestá
en 1998 durante cinco meses, pero como no compartíamos algunos
criterios me fui ¿Por qué tiene que mezclar cuestiones políticas
con una denuncia seria? No tengo ninguna clase de actuación política,
se defendió el ex funcionario judicial, que ya había denunciado
a Liporaci en 1996 por pincharle la línea telefónica a otro
empleado de su juzgado. Yo soy garantista, él es un policía,
un mal policía disfrazado de juez, añadió.
El juez Cavallo interrogará como testigos seguramente en
febrero cuando se normalice la actividad judicial y los peritos le hayan
devuelto el expediente a Gowland y al financista Levy, según
pudo saber este diario. También convocará al abogado Isaac
Damsky, quien al parecer tenía pleno conocimiento del supuesto
ardid desplegado por Liporaci. Cada uno de ellos tendría una razón
para figurar en esta historia intrincada que se destapa cuando Gowland
denuncia, el 31 de diciembre, que al escuchar ese día los mensajes
del contestador automático de su teléfono celular se encontró
con una amenaza anónima. Déjese de joder con Levy,
decía la voz entre otras barbaridades que remataba con un cuide
a sus hijos.
Al presentarse para dejar sentado lo sucedido en la comisaría de
Miramar, donde veranea, el ex secretario de Liporaci explicó que
José Levy le reconoció que el crédito de 160 mil
dólares, con que el juez justificó parte de la compra de
su casa, fue tramitado por él aunque en realidad nunca existió
y que lo que hizo fue armar una carpeta para que fundamentara la compra.
La denuncia policial dice que se reunió con Levy el 21 de diciembre
y aclara que el encuentro había sido gestionado por el Dr.
Issac Damsky, que es amigo de Levy y (...) le solicitó al deponente
que si le podía dar una mano al Levy porque éste había
fraguado la carpeta de mención para obtener 20.000 pesos a cambio,
devido a que estaba atravesando una grave cituación económica,
derivada de la enfermedad del corazón de uno de sus hijos
(sic).
Yo ya dije lo que tenía que decir. Damsky me pidió
un favor y espero que me retribuya avalando lo que yo dije, que es la
pura verdad, redondeó Gowland, y criticó al fiscal
que lleva el caso en Mar del Plata porque no hizo nada y la custodia
la tengo sólo gracias a la policía de Miramar. Ayer
ni Damsky, ni Levy, ni Liporaci contestaron los llamados de Página/12.
El abogado del juez aseguró que todo fue legal y transparente.
El dinero que Levy le prestó a Liporaci provino de una transferencia
de fondos desde Uruguay, dijo. El magistrado había mencionado
el crédito de 160 mil pesos concedido por Cofiarsa a su mujer,
Lidia Inés Calb, en una presentación espontánea que
hizo a raíz del escándalo por la compra de su mansión
ante le Consejo de la Magistratura. La Comisión de Acusación,
sin embargo, advirtió que era insólito que Calb hubiera
obtenido semejante suma con un sueldo de 1.716,50 pesos mensuales. También
señaló la insolvencia de Cofiarsa, las denuncias contra
la entidad y lo inexplicable de que hubieran recurrido a ella.
Algunos investigadores sospechan que los movimientos financieros desde
Uruguay, estarían ligados a las estrategias del magistrado para
ocultar el posible origen espurio de su riqueza.
Hacete amigo del juez
El abogado Héctor Rodríguez, que defiende al juez
Carlos Liporaci en la causa por presunto enriquecimiento ilícito,
es un viejo conocido del magistrado. En 1995, algunos empleados
de la Cooperativa Ferrocoop denunciaron ante la Justicia una supuesta
administración fraudulenta de parte de la conducción,
lo que motivó que Liporaci nombrara un interventor en el
organismo: el abogado Héctor Jorge Rodríguez, el mismo
que hoy es su defensor. Durante la intervención del amigo
del juez, distintos sectores de Ferrocoop denunciaron varias irregularidades,
aunque nunca se inició una causa judicial. Sin embargo, Liporaci
prolongaba excesivamente la intervención de la cooperativa,
por lo que la propia Cámara Federal tuvo que intimarlo a
que regularizara a la institución. En ese momento, el magistrado
aceptó a Rodríguez como parte querellante de la causa,
lo que lo transformaba en juez y parte; ante esa nueva desprolijidad,
la Cámara Federal le sacó la causa a Liporaci y se
la asignó a Gustavo Literas.
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Denuncia por prevaricato
El cuestionado juez federal Carlos Liporaci sumó ayer otro
dolor de cabeza; el dirigente peronista Juan Carlos Ortiz Almonacid
lo denunció por los supuestos delitos de encubrimiento y
prevaricato, por la causa en la que se investigan posibles coimas
en el Senado. El denunciante aseguró que Liporaci habría
omitido realizar escuchas telefónicas sobre todos los
senadores que aprobaron la Reforma Laboral, y además
pidió que se investigue si es contraria a la ley la falta
de mérito que el magistrado dispuso para los once legisladores
acusados de aceptar sobornos. Ortiz Almonacid, que dirige la línea
interna del PJ Militancia Peronista, cobró notoriedad
en 1999 al presentar acciones judiciales en favor de la re-reelección
del entonces presidente Carlos Menem. La nueva acusación
contra Liporaci recayó en el juez federal Gabriel Cavallo,
quien también lo investiga por presunto enriquecimiento ilícito.
En febrero, el fiscal Miguel Osorio determinará si existen
indicios para darle curso a la denuncia de Ortiz Almonacid.
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