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Cuando la yerba
viene con granada
Armas y granadas aparecieron entre los alimentos enviados a presos de Devoto. Creen que se preparaba una gran fuga.

Los dos paquetes de yerba pesaban más que lo normal, pero no era una promoción ni una oferta especial. Además de su contenido habitual, los paquetes incluían una granada y un arma de grueso calibre cada uno. La especial encomienda fue desbaratada al intentar ingresar al penal de Devoto, y estaba dirigida a uno de los internos. Según informaron en el Servicio Penitenciario Federal, horas antes del particular envío se habían secuestrado otros paquetes con más armas y se sospecha que la situación escondía el plan de un grupo de presos para llevar adelante una fuga que, así, habrían logrado abortarse.
La explosiva encomienda fue encontrada el martes por la tarde, cuando los guardias penitenciarios repartían las encomiendas que normalmente son enviadas a los internos de la Unidad Penal 2 de Devoto. A través de un comunicado de prensa, el SPF informó que “por investigaciones previas, se presumía el posible ingreso de armas de fuego en el establecimiento, por lo que se dispuso un incremento en los controles de ingreso de personas y elementos desde hace 15 días”.
Los paquetes iban dirigidos a distintos reclusos, quienes no sufrieron sanción alguna de las autoridades penitenciarias, ya que se aguarda que sean citados a declarar por el juez federal Gustavo Literas, que quedó a cargo de la investigación del hecho y lo caratuló como “hallazgo de explosivo, arma y munición de guerra”.
“Interrumpida provisoriamente la requisa de envoltorios, se dio inmediato aviso al juzgado federal de turno –dice el comunicado–, que procedió a impartir directivas para llevar adelante los procedimientos. Tras posteriores revisiones del material retenido se pudo secuestrar abundante munición”, lo que llevó a la dirección del SPF a presumir que “se habría desbaratado un audaz intento de evasión”.
El informe no precisó a quién iba destinada la encomienda en la que fue hallada el arma ni qué reclusos aparecen comprometidos en la investigación por el supuesto intento de fuga. Dentro de los dos paquetes de yerba encontraron una granada MK-2, un revólver calibre 32 y 30 balas.
El penal de Devoto tiene una pródiga historia de fugas, aunque no todas tuvieron éxito. El último intento se registró el 3 de marzo de 1999, cuando tres presos quisieron escapar trepando un paredón aprovechando el horario de visita de los familiares. Sin embargo los guardias los descubrieron y la emprendieron a los tiros contra los reclusos, desbaratando la evasión. Una fuga recordada fue la de Daniel “Tractorcito” Cabrera y otros tres reclusos en junio de 1998. Los cuatro se fueron tranquilamente de la sala de abogados, y salieron caminando a la calle, con la aparente complicidad de algunos guardias que habrían mirado para otro lado.
Pero la más memorable la protagonizó Luis “Gordo” Valor, que se descolgó por la terraza del penal a través de una soga improvisada con sábanas anudadas junto a los miembros de su banda “La Garza” Sosa, Emilio Nielsen, Carlos Paolillo y Julio Pacheco. El cinematográfico escape les costó el puesto a los tres máximos responsables del penal en ese momento.

 


 

LA AGRESION A UN HOMBRE EN SUNSET
Policías a investigación

La Policía Bonaerense inició ayer una investigación paralela a la de la Justicia para determinar la responsabilidad que pudieron haber tenido agentes de esa fuerza en la violenta agresión que sufrieron en la disco Sunset, de San Isidro, cinco hombres que habían ido a festejar el fin de año, uno de los cuales quedó en coma. Otro caso similar fue denunciado en Luján.
El ministro de Seguridad provincial, Ramón Oreste Verón, pidió ayer a quienes hayan observado los incidentes de Sunset, que habrían protagonizados patovicas y uniformados, que se presenten a declarar ante la fiscalía actuante para que se pueda aclarar el episodio. El funcionario informó que la fuerza abrió una investigación a cargo de Asuntos Internos para determinar la responsabilidad de la policía en los hechos ocurridos en la madrugada del 1º de enero. De todas formas, el ministro aseguró que “de acuerdo a lo que consta en la causa, el policía que intervino en los hechos es víctima de las lesiones”. Mientras tanto, Pablo Bonnesserre, el hombre que sufrió lesiones en varias partes de su cuerpo como consecuencia de la pelea, continuaba internado en grave estado en el Sanatorio Trinidad, de Martínez.
Ayer se conoció una agresión similar en Luján. De acuerdo a la denuncia efectuada por Sebastián Márquez, de 19 años, en la comisaría 1ª de esa ciudad, en la madrugada del domingo último fue duramente golpeado por custodios del boliche bailable Bangladesh y debió ser internado en el Sanatorio Güemes, de Luján. En la causa, caratulada como “lesiones leves” no hay detenidos. Según señaló la madre de Sebastián, el muchacho “está bien, pero (su estado) podría haber sido más grave, ya que tenía hematomas en todo el cuerpo y le patearon la cabeza”.

 

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