Por Claudio Zlotnik
El día después
de la baja de la tasa en los Estados Unidos, las acciones y los bonos
volvieron a mostrar mejoras significativas. Los papeles empresarios líderes
subieron 2,4 por ciento en promedio, mientras que los títulos públicos
ascendieron hasta un 1,9 por ciento. La decisión de la Reserva
Federal (banca central estadounidense) fue motivo de festejo para Fernando
de la Rúa, quien, entusiasmado, estimó que la caída
en el costo del dinero permitirá que la reactivación se
acelere y la economía crezca más del 4 por ciento
este año. La alegría no impidió al jefe de Estado
reclamarles a los bancos que se pongan en sintonía con el mandato
de la Fed, disminuyendo las tasas de interés.
Si se toman en cuenta sólo a las acciones de empresas argentinas,
encolumnadas en el índice M.AR., la suba fue del 3,3 por ciento,
más amplia que la del MerVal (donde, además de las argentinas,
figuran papeles de compañías españolas como Telefónica
y el Banco Santander Central Hispano). Esta circunstancia da una idea
de la preferencia de los financistas por posicionarse en acciones locales,
muy devaluadas por la crisis económica. Incluso, en el recinto,
el volumen de negocios trepó a los 34,6 millones de pesos, casi
cuatro veces más de lo que se pactó, en promedio, el mes
pasado. En lo que va de la semana, el MerVal recupera el 10,3 por ciento,
y los bonos ya alcanzaron los valores que mostraban antes de la renuncia
de Carlos Chacho Alvarez. Los Globales mejoraron hasta 1,3
por ciento, como el que vence en el 2027; los Bontes lo hicieron entre
0,3 y 0,7 por ciento; y los Brady, hasta un 1,9 por ciento. Los
principales fondos de inversión internacionales están subinvertidos
en el mercado argentino, en los niveles más bajos de la historia.
Tras la decisión de la Fed, renació el optimismo porque
muchos entienden que la economía puede empezar a crecer,
señaló a este diario Claudio Zuchovicki, analista del ABN
Amro Bank.
Precisamente, la clave de lo que ocurrirá de ahora en más
con los activos financieros dependerá de las señales de
crecimiento que muestre la economía. Para José Luis Machinea
existen motivos para entusiasmarse. A diferencia del año
pasado, hoy se da una combinación de factores externos e internos
que juegan a favor no sólo para la reactivación, sino para
un crecimiento sostenido de la economía, expresó luego
de entrevistarse con el primer mandatario para analizar la decisión
de la Fed.
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, dispuso una rebaja adicional
en la tasa de descuento, de un cuarto de punto, colocándola en
el 5,50 por ciento anual, igualando la merma que tuvo la tasa interbancaria.
Este movimiento era esperado por los financistas. Tras la reunión
con el ministro, De la Rúa pidió a los banqueros que imiten
la decisión del estadounidense. Ojalá que nuestras
tasas de interés bajen porque ello haría crecer el crédito,
la inversión y el trabajo, señaló.
Las subas en el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento contrastaron con lo
ocurrido en Wall Street, donde el Nasdaq (panel de tecnológicas)
cayó 1,9 por ciento y el índice Dow Jones perdió
el 0,3. En Nueva York, los analistas sospechan que Greenspan apuró
la rebaja de la tasa debido a que la situación económica
podría ser peor a la estimada por los propios especialistas. En
esa línea de análisis, los operadores creen que el banquero
dará lugar a un nuevo ajuste. Los ajustes van a continuar,
previó Machinea. Si la tasa es baja para el Estado también
lo será para el sector privado. Sería muy bueno para impulsar
las inversiones, añadió. Consultado por Página/12,
Pedro Rabassa, economista del Scotiabank Quilmes, señaló
que la Argentina será el país más beneficiado por
la nueva política de la Fed. Y que, con ella, suben las probabilidades
de que, por fin, cambien las expectativas y la economía empiece
a recuperarse.
El primer test de Economía tendrá lugar el próximo
martes, cuando salga a renovar Letras del Tesoro por 700 millones de dólares.
En la city creen que será una buena revancha para Machinea ya que,
en virtud de la decisiónde Greenspan y el blindaje financiero,
conseguirá los fondos a un costo más barato que hace un
mes. El mejoramiento en el clima económico también sería
aprovechado por el Gobierno para adelantar el canje de deuda previsto
como parte del blindaje. Daniel Marx, secretario de Finanzas, admitió
que el canje de títulos de corto plazo por otros de más
largo alcance ocurriría un poco más allá
de fines de mes. Y que, en una primera instancia, rondaría los
4000 millones: 3000 millones entre pesos y dólares y otros 1000
millones de títulos nominados en euros. Por lo pronto, Marx viajará
el martes hacia Suiza y Alemania para comenzar la gira de presentación
del auxilio financiero ante inversores y funcionarios de gobiernos europeos.
Una semana más tarde viajará el propio Machinea hacia Madrid
y París. La gira finalizará en Nueva York.
S&P y el vaso
medio vacío
Diana Mondino, directora de la calificadora de riesgo Standard
& Poors, estimó ayer que la reducción de
la tasa de interés en los Estados Unidos tendrá un
efecto positivo en la Argentina, sobre todo en el sector privado.
La ventaja no será instantánea para el Gobierno
porque gran parte de la deuda fue tomada a una tasa de interés
fija. Creo que será más importante para las empresas,
opinó la ejecutiva. Tras considerar que la flexibilización
motorizada por la Reserva Federal se constituyó en una
noticia beneficiosa para la Argentina, puso en duda que el
país se convierta en uno de los más atractivos para
los inversores internacionales. Desgraciadamente, son muchos
los mercados emergentes que ofrecen ventajas para las inversiones,
consideró. Por otra parte, Mondino apuntó que el rescate
financiero conseguido por el Gobierno, por casi 40 mil millones
de dólares, debería utilizarse para reducir
los problemas estructurales del país. De lo contrario, tendremos
un veranito, pero luego no podrá evitarse que continúen
los problemas, advirtió.
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Con el tío
Alan no alcanza
El crecimiento dependerá de lo serias y responsables
que sean nuestras políticas, y que mantengamos el camino
de la solvencia fiscal. Julio Dreizzen, subsecretario de Financiamiento,
salió ayer a demitificar la baja de la tasa en los Estados
Unidos, como un hecho que por sí mismo vaya a curar los males
de la economía argentina. Como Dreizzen, un abanico de personalidades,
entre economistas y empresarios, analizaron el impacto que tendrá
en la Argentina la decisión de Alan Greenspan. Aquí,
un compilado de las repercusiones.
Abel Viglione (economista
de FIEL): La gente común verá los resultados
en el largo plazo. Por lo pronto, subirán las acciones, los
títulos públicos, autos e inmuebles. Para el Estado,
significará un ahorro de entre 180 y 220 millones de dólares.
Osvaldo Rial (titular
de la UIA): Es alentador que baje el riesgo país. Pero
si creemos que sólo con lo que ocurra en los mercados vamos
a solucionar todos los problemas de la economía argentina,
estamos equivocados. Tenemos que aprovechar esta circunstancia para
salir de la recesión.
Adolfo Sturzenegger (economista,
Acción por la República): La baja de tasas ayuda,
pero no es un elemento decisivo en la posibilidad de crecimiento
de Argentina a lo largo de este año. No obstante, para saber
si la Argentina vuelve a crecer, hay que esperar hasta el segundo
trimestre.
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EL
2000 TERMINO CON DEFLACION DEL 0,7 POR CIENTO
La recesión desinfla precios
En 1989, José Luis Machinea
tuvo que abandonar la presidencia del Banco Central ante la crisis que
derivó en un estallido hiperinflacionario. En su primer año
como ministro de Economía, le tocó ver la otra cara de la
moneda. El Indice de Precios al Consumidor registró en 2000 una
deflación del 0,7 por ciento. Lejos de ser una buena noticia, la
caída refleja el continuo deterioro de la economía, que
empuja los precios hacia abajo frente a la debilidad del consumo masivo.
En los últimos dos años, el descenso del IPC llegó
al 2,5 por ciento, cifra altamente demostrativa de los males que padece
la economía.
La deflación tuvo otro costado negativo para la estrategia planteada
por el equipo económico. Provocó una caída de ingresos
tributarios que hizo trastabillar su pretensión de mostrar a los
inversores un ordenamiento de las cuentas fiscales. Machinea pronosticó
más de una vez que el proceso deflacionario terminaría en
breve, pero la realidad siempre lo contradijo.
En ocho de los doce meses del 2000, el IPC terminó con resultado
negativo. Sólo en enero y en julio hubo inflación, mientras
que en febrero el resultado fue neutro. En tanto, el Indec informó
ayer que en diciembre se anotó una deflación de 0,1 por
ciento, lo que demuestra que la tendencia sigue inalterable.
El año pasado, el rubro más afectado por la caída
de precios fue Indumentaria, con una disminución del 4,6 por ciento.
Le siguieron los sectores Esparcimiento (-3,1%), Equipamiento y Mantenimiento
del Hogar (-2,2), Alimentos y Bebidas (-1,5%), Educación (-1,0%)
y Vivienda (-0,1%).
En contrapartida, los rubros Atención Médica y Gastos para
la Salud, Transporte y Comunicaciones y Bienes y Servicios Varios, registraron
en todos los casos aumentos de 1,6 por ciento.
El Ministerio de Economía calculó que este año la
inflación llegará a 0,5 por ciento. Supone que la producción
y el consumo lograrán despertar de su extenso letargo, que hasta
ahora han provocado un clima de pobres expectativas generales. El gran
desafío para Machinea en su segundo año de gestión
es lograr que la economía crezca y, con ello, se ponga fin al proceso
deflacionario.
En cuanto a la evolución de los precios en diciembre, la mayor
baja se observó en el rubro Alimentos y Bebidas (-1,0%). Luego
se ubicaron Indumentaria (-0,3%), Equipamiento y Mantenimiento del Hogar
(-0,2%), Bienes y Servicios (-0,1%) y Vivienda (-0,1%). En tanto, hubo
subas en Esparcimiento (1,6%), Transporte y Comunicaciones (0,6%) y Educación
(0,1%). Por su parte, el rubro Turismo, incluido en la medición
dentro de Esparcimiento, mostró en diciembre una suba estacional
del 6,4 por ciento.
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