Por Julio Nudler
La resolución firmada
por José Luis Machinea lo afirma claramente en su artículo
tercero: Desígnase liquidador del Instituto Nacional de Reaseguros
Sociedad del Estado en Liquidación con carácter ad honorem
a D. Sergio Bunin (D.N.I. nº 14.535.440), a partir de la fecha de
la presente resolución. Esa fecha es el 27 de octubre de
2000. Sin embargo, lejos de desempeñar su cargo de modo honorífico,
Bunin ha estado cobrando abundantemente desde su asunción el primer
día de noviembre, y quien ha estado pagándole es el Ministerio
de Economía, o, más exactamente, la Secretaría de
Finanzas. ¿Incurrió Machinea en falsedad ideológica
al adjudicarle a Bunin un status diferente del verdadero? ¿O se
trata de un caso de malversación de fondos por parte de Daniel
Marx?
Sin razones para desconfiar de la letra de una resolución oficial,
Página/12 tituló Liquidador honorífico
la nota que en la edición del domingo 24 de diciembre último
dedicó a la compleja situación del INdeR. Pero información
obtenida posteriormente reveló que hubiese sido mejor descreer
de la norma suscripta por el ministro de Economía, que de por sí
causaba cierta extrañeza. No es normal que algún funcionario
trabaje gratis, y menos que se designe en esa condición a quien
debe conducir una liquidación en la que se juegan cientos de millones
de pesos, que las aseguradoras le reclaman, en base a datos controvertidos,
al ex reasegurador estatal.
La moneda de pago utilizada por Economía para remunerar a Bunin
son las llamadas Unidades Retributivas, cada una de las cuales equivale
a 2,80 pesos. El liquidador cobraría 3500 UR mensuales, lo cual
significa que este funcionario ad honorem percibe 9800 pesos por mes (aunque
fuentes anónimas del Instituto aseguran que la cifra que se lleva
Bunin asciende en total a 12 mil pesos). Cada uno de los ministros del
gabinete nacional recibe 7000 UR por mes (19.600 pesos), cada secretario
de Estado 5000 y cada subsecretario 3000. Esas Unidades deben ser utilizadas
para pagar servicios personales o suplementar, a modo de incentivo, el
sueldo de algún colaborador al que se quiere premiar.
El caso es que las UR que embolsa Bunin provienen, según indicaron
a este diario fuentes ministeriales, de la Secretaría de Finanzas,
que estaría haciendo un uso indebido de ese instrumento, que no
puede aplicarse a retribuir a un funcionario jerárquico, y menos
cuando la resolución que lo ha designado indica que se desempeñará
sin percibir compensación alguna. ¿Se trata de un caso de
administración fraudulenta? En cuanto a la falsedad ideológica,
Machinea habría incurrido en ella si es que sabía de antemano,
al rubricar la resolución, que Bunin sería remunerado. Es
obviamente difícil establecer si el ministro estaba o no al corriente
del verdadero arreglo, aunque el sentido común indica que muy probablemente
conociera lo acordado con el nuevo funcionario.
Después de que el anterior liquidador, Adrián Miguel Capone,
renunciara al puesto a comienzos de octubre, comenzó la búsqueda
de sucesor para un cargo que no cualquiera quiere asumir, en razón
de los eventuales riesgos judiciales que encierra. Es que mientras el
lobby de las aseguradoras pugna por maximizar los fondos que van a recibir
del INdeR, los números en danza han sido cuestionados por los auditores
de la Sigen. En estas condiciones resulta más apetecible un puesto
de asesor, como los del gabinete nombrado por Bunin, con influencia pero
sin responsabilidad, que el de encargado directo de las decisiones que
se adopten.
En Economía se señala que Bunin, calculando pros y contras,
rehusó asumir el papel de liquidador por el sueldo estipulado para
esa función (unos 6000 pesos), reclamando su equiparación
con un secretario de Estado. Como no era posible satisfacer en lo inmediato
su deseo, se zanjó el entredicho mediante la promesa de unos diez
mil pesos mensuales por noviembre y diciembre en Unidades Retributivas.
Para saber cómo cobrará el liquidador de enero en adelante
habrá que esperar a que la Jefatura de Gabinete fije las UR para
el Presupuesto 2001.
MACHINEA
ESTA FELIZ CON LA NEGATIVA DE DOMINGO CAVALLO
Tenerlo cerca pero no encima
Nadie pensaba
que (Domingo) Cavallo se juntaría con otras veinte personas a discutir
la reforma tributaria, sostuvo ayer José Luis Machinea, considerando
un hecho obvio que el ex ministro no se avendría a la propuesta
formulada por Jefatura de Gabinete. Casi al mismo tiempo, el propio líder
de Acción por la República y sus colaboradores precisaban
el alcance de la negativa a Chrystian Colombo para integrar una comisión
de notables que trabaje sobre la reforma tributaria: el político
opositor no se sumaría a ese grupo pero sí ayudaría
a confeccionar una agenda de temas impositivos.
Es un dirigente político importante, un legislador que controla
parte de la oposición y una figura internacionalmente reconocida,
lo elogió el ministro de Economía. Pero a renglón
seguido, intentó dejar en claro la distancia que lo separa del
dirigente, a quien Machinea ve como un peligro para conservar el dominio
del Palacio de Hacienda. Eso no quiere decir que comulguemos con
todos los temas, aclaró Machinea.
En realidad, la idea misma de la comisión es poco simpática
para el titular de Economía, a quien poco le seduce que Jefatura
de Gabinete se ponga al frente de una movida para reformular el sistema
impositivo argentino, avanzando sobre un rubro que hasta ahora fue competencia
exclusiva del titular de la cartera económica. La iniciativa de
Colombo, planteada como uno de los desafíos oficiales más
audaces de este año, en definitiva amenaza horadar el poder de
Machinea.
Adolfo Sturzenegger, dirigente de Acción por la República,
ayer explicó por qué la colaboración de su jefe sólo
sería posible desde afuera. En las últimas elecciones,
obtuvo dos millones de votos que le dieron el rol de opositor. Ahora lo
tiene que cumplir. Pero, al mismo tiempo, precisó que Cavallo
estaría dispuesto a comprometerse más activamente con una
tarea oficial, si la gravedad de las circunstancias se lo demandaran.
Si el país tuviera una situación muy comprometida
y Cavallo una capacidad de acción suficientemente amplia que significara
una esperanza para solucionar los problemas, entonces sí se justificaría
su participación, aseguró el economista, quien sí
podría integrar el cuerpo de trabajo que intenta congregar Colombo.
El jefe de Gabinete no admite como un desaire la negativa del ex ministro
a integrar ese grupo. Cavallo declinó el convite argumentando que
el tema tributario no es su especialidad. Por el contrario, Colombo ayer
informó mediante una gacetilla que al igual que el ex ministro
Domingo Cavallo, la diputada radical, Beatriz Nofal aceptó
colaborar en la preparación del temario que entregará la
semana próxima. Según deja en claro el parte de prensa
de Jefatura, ambos aportarían ideas sobre qué deberán
discutir otros para mejorar el régimen impositivo argentino, pero
eludiendo participar directamente de este debate.
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