Por Pedro Lipcovich
No sólo uno sino 20
barcos con basura radiactiva pasarán cerca de las costas argentinas
en los próximos 10 años, si se cumple el anuncio efectuado
ayer por la empresa propietaria del Pacific Swan, que mañana
entrará en aguas argentinas con una carga radiactiva total equivalente
a la que se liberó en la catástrofe de Chernobyl. La entidad
ecologista Greenpeace denunció que la Argentina no traduce
en los hechos su preocupación por el tema y que la Cancillería
intenta bajarle el perfil a este riesgo ecológico.
La Cancillería respondió que al Gobierno no le consta
que hayan de llegar más barcos y se remitió al comunicado
donde la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay señalan los riesgos
de transportar esa carga por una ruta tan peligrosa como el Cabo de Hornos.
Bill Anderton, vocero de la empresa Pacific Nuclear Transport Limited
(PNTL, propiedad de los gobiernos de Francia, Japón y el Reino
Unido), dueña del Pacific Swan (de bandera británica),
anunció a Télam que ese carguero es parte de una flota
de cinco barcos con los que tenemos previsto transportar combustible nuclear
nuevo y residuos entre Europa y Japón, al menos una vez de ida
y otra de vuelta, cada año en los próximos diez.
Según Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace, la llegada del
Pacific Swan es parte de un ambicioso programa de transporte
de basura nuclear, que incluye decenas de barcos en los próximos
años. Es que el Pacific Swan trae 192 cilindros
con residuos altamente radiactivos; la cantidad de cilindros que, por
contratos ya firmados, deben trasladarse llega a los 3000, lo cual supone
15 viajes de ida y vuelta; además, van a transportar 45 toneladas
de plutonio, lo cual requerirá unos 30 viajes adicionales.
Los desechos viajan a Japón desde el puerto francés de Cherburgo
y corresponden al reprocesamiento de combustible nuclear agotado en las
centrales de aquel país. Hay tres rutas marinas posibles: la que
pasa por el Canal de Panamá; la que rodea el Cabo de Buena Esperanza,
en Sudáfrica, y la del Cabo de Hornos, en Latinoamérica.
La del Canal de Panamá es la más corta, pero quedó
vedada para este tipo de transportes a partir de la oposición de
Panamá que administra el canal desde el año pasado
y otros países del Caribe. La del Cabo de Buena Esperanza se
les complicó por la oposición de Australia y Nueva Zelanda
a que estos barcos pasen por el Mar de Tasmania: Nueva Zelanda ya anunció
la semana pasada que no los aceptará en su zona económica
exclusiva, señaló Villalonga.
El Pacific Swan zarpó el 19 de diciembre. El 21, la
Argentina, Brasil, Chile y Uruguay manifestaron en un comunicado conjunto
su preocupación acerca de que estos embarques utilicen
la ruta del Cabo de Hornos, en especial por los riesgos que la misma
presenta para la navegación debido a sus características
físicas y meteorológicas y la vulnerabilidad de los ecosistemas
antártico y subantártico.
Ese comunicado, según Villalonga, la Argentina no lo ha traducido
en los hechos, ya que no hubo un reclamo frontal, especialmente
hacia el Reino Unido, reclamando contra el ingreso a nuestra zona económica
exclusiva. Cada país tiene soberanía sobre 20 millas
de su mar territorial; el resto, hasta las 200 millas de la costa, corresponde
a su zona económica exclusiva. La Cancillería recordó
que la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982 reconoce
a los Estados jurisdicción en materia de protección y preservación
del medio ambiente marino en sus zonas económicas exclusivas.
Cuando se produjo el primero de estos embarques, en 1995, Chile recurrió
a su marina de guerra para lograr que el Pacific Pintail desviara
su rumbo. Es controversial que la Argentina pueda impedir el paso
por la fuerza, pero por lo menos debiera tomar una actitud muy clara,
insistir en los reclamos políticos y diplomáticos; al no
decir nada y bajarle el perfil al tema, sienta un precedente e invita
a que ésta sea la ruta para futuros embarques, sostuvo Villalonga.
Fuentes de la Cancillería argentina respondieron a este diario
que, en cuanto al anuncio de la empresa PNTL, no le consta al gobierno
argentino que ello llegará finalmente a ocurrir, ni desea seguir
el desafío de la empresa transportista, la cual ya conoce claramente
la posición argentina en esta materia, expresada en el comunicado
de diciembre.
El Pacific Swan, según sus armadores, prevé
entrar en aguas territoriales argentinas mañana o pasado, para
alcanzar la zona del Cabo de Hornos entre el 10 y el 14 de este mes.
VIOLENTO
ASALTO A UN BLINDADO
Tiroteo en Florida
La mañana del microcentro
transcurrió ayer a los tiros: tres ladrones se enfrentaron con
la policía en Lavalle y San Martín, cuando intentaban robar
el dinero que transportaba un camión de la empresa JuncadellaProsegur.
Uno de los custodios del vehículo un ex policía federal
fue herido de gravedad y está en estado crítico. Un ladrón
también fue alcanzado por las balas; sus dos compañeros
lograron escapar, pero uno fue atrapado por la policía en la estación
Florida del subte B.
El camión de caudales llegó a esa esquina casi a las 10,
la hora en que la peatonal está repleta de gente. En un kiosco
de Lavalle al 500, tres jóvenes hacían tiempo. Parecía
que estaban eligiendo qué llevar, comentó un vecino
de la zona. Cuando los custodios descendieron del transporte para bajar
las sacas de dinero que llevarían hasta el local de la AFJP
Consolidar, ubicada en Lavalle 570 los ladrones los abordaron. Según
voceros policiales, se arrojaron sobre Carlos Alberto Veira, uno de los
portavalores, e intentaron rociarle los ojos con un líquido irritante
para poder arrebatarle la saca con 80.000 pesos. En el forcejeo, uno de
ellos le disparó a Veira por la espalda.
El tiroteo duró casi un cuarto de hora. Al enfrentamiento se sumaron
miembros de la comisaría 1ª que está a media
cuadra del lugar. Uno de los delincuentes también resultó
herido: los disparos alcanzaron su pierna y su brazo derechos. A pesar
de la profundidad de las lesiones, intentó escapar corriendo. Ganó
unos metros hasta el cruce con Florida, pero se desplomó frente
a un local.
Los otros dos asaltantes escaparon entre los peatones y se metieron en
la boca del subte. Uno fue detenido en el andén, pero su compañero
alcanzó a subirse al tren que partía en ese momento.
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