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Cómo vender todas las noches
un capítulo del “personaje Moria”

Una clara intención de que sea algo así como la Susana Giménez del canal caracteriza el retorno a América de la monumental Casán.

�Moria� midió hasta ahora apenas poco más de 4 puntos.

Por Mariana Enríquez

Moria Casán patentó su muletilla “si querés llorar, llorá” como una marca. Seguramente también debe haber patentado el “chiribí chiribí” de su personaje Rita Turdero: cada paso en su exposición mediática parece parte de la construcción del personaje Moria, y su nuevo programa (lunes a viernes a las 20, América) es un ciclo autorreferencial que pide prestado a su carrera y, claramente, a “Susana Giménez” (u “Hola Susana”). Al parecer, Susana no volverá con su programa diario el año que viene: sólo haría un especial por semana. De modo que cuando la diva rubia vuelva al aire, no competirán, como se creyó al principio, cuando Moria recién había firmado su contrato con América.
Esa situación le permite a Moria tomar prestadas varias dinámicas del programa de Susana. La más clara es el sketch. El personaje de Moria es distinto: interpreta a una “estrella”, Mona Carán, que es ella pero no, donde su hija es la propia Sofía Gala y también participan su verdadero secretario, Cristian, y su amiga, Pili Miles. En realidad, no se parece en nada al sketch de Susana, “Jennifer”: se parece mucho a “Bette”, la serie de Bette Midler que se emite por Sony Entertainment y que también incluye hija y secretaria (pero agrega marido). El guionista es Hugo Sofovich, y uno de los actores es Emilio Disi, igual que en el sketch de Susana. Sofovich es hábil, y en el sketch de las “estrellas” Moria se refiere todo el tiempo a la Giménez, riéndose de la competencia, que evidentemente no ignora y hasta resalta. Los parecidos no terminan ahí: los juegos telefónicos no son los mismos, pero ningún juego por teléfono puede ser original, en verdad. Moria juega más con los invitados: lejos del candor de la Giménez, les propone “¿dónde te gustaría besarme antes de cortar? Hagamos como si fuera en serio, total esto es virtual”. Cuando Moria juega a las cartas con la gente es imposible no pensar en “Nico”, aquel exitoso programa de los mediodías de Nicolás Repetto.
El resto es pura autorreferencia. Una parte importante de “Moria” son los móviles en barrios: se trata de que la gente elija al mejor vecino, y la producción le regala diversos premios (electrodomésticos y demás). Es un obvio guiño a “Buenos Vecinos”, la telecomedia de Telefé que Moria protagonizaba y que abandonó por este proyecto. Moria, claro, comparte su vida privada con el mejor vecino. “¿Cómo hacés para tener un matrimonio de 48 años? A mí no me dura nada”, decía, por ejemplo. Las entrevistas se hacen en un gran sofá cama redondo y rojo, y es imposible no recordar “A la cama con Moria”. En el segundo programa el invitado fue Enrique Pinti, que en un despliegue camp se arrojó de costado junto a Moria diciendo “ésta es mi mejor posición: tengo algo de maja”. Más tarde improvisaron un diálogo entre Vicente López y Planes y Mariquita Sánchez de Thompson. Pero ninguno de los dos tenía una noche particularmente inspirada. Algo parecido afectó el final del sketch del miércoles, con el increíble galán Arnaldo André.
Los reportajes son lo más interesante de un programa que de otro modo sería totalmente convencional: del mismo modo que en “La Noche de Moria”, pregunta sin inhibiciones y hasta debutó (otra vez la autorreferencia) con una charla con su hija, donde disectó por enésima vez su relación. Por lo demás, el programa es previsible. Es que la vuelta a América de Moria tenía que ser, forzosamente, una vuelta a su ultraexposición: fue en ese canal donde invitó a toda su familia, marido, ex marido, hija, hijos de su pareja y demás, todos llorando a gritos. Que, por lo impúdico, es lo más fascinante de ver. La forma de estrellato que construyó Moria hace que no sea demasiado interesante verla regalando departamentos. Giménez logra balancear sus diferentes roles en el programa “desapareciendo” mucho más que Moria, que no puede dejar el centro de la escena ni un segundo. Pero nunca es tarde para aprender, se supone.

 


 

La gente prefiere el cine

En esta época, el público tiene ganas de ver cine por TV abierta, según se desprende de las cifras de rating en lo que va de la temporada. Por tercer día consecutivo, el mayor rating de la jornada lo tuvo el miércoles la película que emite Telefé, de 22 a 0. Máximo riesgo, del experto en artes marciales Jean Claude Van Damme, le dio al canal que lidera las mediciones 18.1 puntos de promedio. El segundo lugar fue para un capítulo importante de “Campeones”, que le otorgó 17.1 al 13, y que tuvo en la noche 13.5 para “Ilusiones” y 11.1 para “Codicia”. Las cifras de Ibope indican una merma de espectadores desde el pasado fin de semana. La sorpresa sigue siendo el noticiero de medianoche de Azul, que no baja de 6 puntos, y “En síntesis”, que supera los 7.

 

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