El inglés Sting comenzó a prepararse para su aparición
en el megafestival Rock in Rio al modo brasileño: pasó la
tarde del miércoles en la sede de la Escola do Samba Estapao Primeira
de Mangueira, la más popular de las agremiaciones carnavalescas
de Río de Janeiro. Sting, que estaba en compañía
de su mujer Trudie Styler y sus seis hijos, intentó aprender a
bailar samba y a tocar el tamborim, además de asistir
a una representación de la rama infantil de la escola. El ex bajista
y cantante de The Police fue uno de los primeros participantes del festival
que llegó a tierras brasileñas, ya que pasó la noche
de Año Nuevo en Salvador de Bahía y se trasladó a
Río a comienzos de esta semana: su actuación está
prevista para el viernes 12, en la jornada de apertura.
Por otra parte, los organizadores de Rock in Rio dieron a conocer cifras
que sirven como reflejo del mapa musical del cambio de siglo: de las siete
jornadas previstas (del 12 al 14 y del 18 al 21 de enero), la que despertó
mayor interés en boleterías es la del jueves 18, en la que
se presentarán las boy bands NSync y Five, el solista Aaron
Carter y la estrella pop adolescente estadounidense Britney Spears. Según
la filial brasileña de la empresa America Online, que coordina
la venta de entradas para el festival, hasta el momento se llevan vendidos
420 mil tickets. En los próximos días esperamos vender
más de 500 mil, con lo que llegaremos al millón de espectadores
que esperábamos convocar, afirmó Mauro Schnaidman,
director de marketing de AOL Brasil. Los boletos para un solo día
de shows cotizan a 35 reales, unos 18 dólares. La tercera edición
de Rock In Rio, que produjo un efecto rebote en Buenos Aires (Beck, Neil
Young, REM, Red Hot Chili Peppers y Oasis, entre otros, aprovecharán
el viaje para bajar a la Argentina), se desarrollará
en tres escenarios simultáneos montados en la Cidade del rock,
en Jacarepaguá, en la zona oeste de Río de Janeiro.
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