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medio oriente en llamas

Habla Marwan Barghouti,
 el �duro� que limita a Arafat


Un joven palestino herido es rescatado del fuego israelí.
La escena es en Ramala, uno de los ejes de la nueva Intifada.

Una inmensa bandera de Hamas es desplegada durante una manifestación en Nablús, ayer.
Barghouti quiere que los fundamentalistas se incorporen a las delegaciones oficiales palestinas.

Por Ewen MacAskill *
Desde Ramala, Cisjordania

Marwan Barghouti es una compañía peligrosa. Como líder del levantamiento palestino, es uno de los blancos principales de los israelíes. Un palestino nervioso, mirándolo bajar unas escaleras por la parte de atrás de un edificio de departamentos en Ramala, comenta: �Déle unos pocos minutos, por si los israelíes lo están esperando�.

Aquellos a su alrededor han estado especialmente nerviosos durante los últimos días a medida que aumentaba el número de asesinatos. Entre las muertes estaba la de uno de los colegas de Barghouti en Fatah, la facción dominante de la Organización para la Liberación de Palestina, muerto por las fuerzas de seguridad israelíes el domingo pasado. Barghouti es líder del Fatah en Cisjordania y de su ejército de tiradores de piedras, el ala de la juventud de Fatah a la que los israelíes se refieren como el Tanzim.
La prensa árabe lo apoda �El Napoleón de Fatah�, en parte por su baja estatura y en parte por su energía y carisma. Es un general en el terreno, al que puede encontrarse en las esquinas durante una tirada de piedras con un celular en la mano. El primer ministro israelí, Ehud Barak, lo culpa personalmente por su Intifada. Pero el levantamiento convirtió a Barghouti en popular y poderoso y un candidato para la sucesión cuando muera el líder palestino Yasser Arafat. Barghouti es parte del dilema de Arafat. El líder palestino se ve atrapado entre el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que quiere que acepte sus propuestas de paz, y Barghouti, que quiere que las rechace.

Nacido con la Intifada

Barghouti, que pertenece a una generación más joven de líderes palestinos, es un problema para Arafat porque representa la opinión de los palestinos en el terreno. En una entrevista con este diario, Barghouti fue contundente: �Los planes de Estados Unidos son muy malos. Deben ser rechazados. Van contra todas las resoluciones de la ONU (que piden una vuelta a la frontera que existía antes de la guerra árabe-israelí de 1967 y el regreso de los refugiados).�
Barghouti ha emergido como el escéptico palestino más importante sobre la conducta de Arafat en las negociaciones de paz en los últimos siete años, especialmente por el hecho de que durante ese tiempo la cantidad de asentamientos judíos en Cisjordania se expandió. Ha dicho públicamente que Fatah se negaría a obedecer una orden de parar la Intifada, en base al plan de Estados Unidos que se encuentra sobre la mesa en este momento. Este propone compartir el control sobre Haram al-Sharif y una división territorial más favorable que anteriormente a los palestinos. Pero los palestinos tienen dificultades, especialmente con la propuesta de Estados Unidos de que 3,5 millones de refugiados renuncien al derecho a regresar a Israel. 
¿Qué sucedería si Arafat hace un trato en base al plan de Estados Unidos? ¿Se opondría a su propio líder? �El, (Arafat) no lo hará. Tengo confianza en que no aceptará esta sugerencia porque, más que una retirada israelí, es una oferta para reorganizar la ocupación israelí.� Barghouti construyó Fatah en Cisjordania como una base separada de poder, separada de la Autoridad Palestina, el gobierno embriónico del futuro Estado. �Somos un partido que es el partido del liderazgo, pero no somos la Autoridad Palestina,� dijo. 
Barghouti provocó una controversia cuando criticó a la policía de la Autoridad Palestina por no unirse a la Intifada. �Fatah tiene una experiencia de siete años de Intifada sin una Autoridad Palestina, y siete años de experiencia de una Autoridad sin una intifada.� En desafío directo hacia Arafat, quiere que la delegación que negocia con los israelíes se amplíe más allá de Arafat y su círculo íntimo para incluir voces como la de Hamas, el grupo palestino comprometido con la violencia. 
La razón de la popularidad de Barghouti con los palestinos, especialmente con la juventud, es su alto perfil de compromiso en la Intifada. A diferencia de Arafat y su círculo más íntimo, que muy pocas veces han sido vistos en las calles durante el levantamiento, Barghouti está visible en cada etapa del ciclo violento: ataques, disturbios y funerales. 
Barghouti, de 41 años de edad, pertenece a la generación entrante de líderes palestinos. Creció en Cisjordania, a diferencia de los más cercanos colegas de Arafat, que casi todos estuvieron con él en el exilio en Túnez. Arafat, de 71 años, está mostrando señales de mala salud. Los palestinos generalmente son reticentes a especular sobre quién puede reemplazarlo, aunque se presume que su sucesor será alguien del grupo de Túnez. Los nombres más mencionados son Abu Mazim, Abu Ala y Faruq Qaddumi. 
Aun si uno de ellos toma el mando de la Autoridad Palestina, la generación de Barghouti, con sus propias opiniones, sabe que su tiempo no tardará en llegar. Cuando Arafat muera, los palestinos podrían ir directamente en busca de Barghouti o uno de sus contemporáneos. No sería la primera vez que una sociedad viviendo en conflicto decide seguir al hombre con el arma. 

Un crítico duro 

Barghouti es hijo de un granjero, criado en el pueblo de Kafr Kuber en Cisjordania. Fue jefe del movimiento estudiantil del Fatah mientras estuvo en la universidad y entró y salió de la cárcel durante un período de seis años antes de ser deportado a Jordania por Israel. Mientras estuvo en el exilio, fue elegido para el Consejo Revolucionario Fatah, convirtiéndose en su miembro más joven. Regresó a Cisjordania en 1994, entre el primer grupo de deportados que regresaban a sus hogares bajo el acuerdo de Oslo firmado por los israelíes y los palestinos, que puso fin a la Intifada.
En una sociedad en la que pocos palestinos critican públicamente a Arafat, Barghouti ha sido franco sobre la corrupción que involucra a los que rodean al líder palestino. El extravagante estilo de vida de alguno de ellos provocó la desilusión de la juventud palestina con el grupo de Túnez. Barghouti ha dicho repetidamente que el único lenguaje que Israel entiende es el de la fuerza. Consistentemente defendió un enfoque más agresivo hacia Israel. Cuando las fuerzas israelíes se retiraron del Líbano en el verano después de sostenidos ataques de la guerrilla del grupo islámico Hezbolá, la conclusión a la que llegó Barghouti fue que Israel responde a la fuerza. 
Contra estos antecedentes, no es sorprendente que los israelíes ya hayan atacado una de sus oficinas desde que comenzó el levantamiento: él no estaba cuando el helicóptero disparó su misil. En ese momento dijo: �Los israelíes dicen que bombardearon los cuarteles generales del Tanzim y las oficinas de Marwan Barghouti, pero como puede ver, eso no es verdad. Marwan Barghouti está aquí mismo. Dicen que me querían mandar un mensaje personal. Pero le pueden decir que no recibí el mensaje.�
Fallaron esa vez. Pueden no fallar la próxima. El y aquellos que lo rodean tienen buenos motivos para estar nerviosos. 

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
 Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

 

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