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ALIMENTOS QUE DICEN PREVENIR 
O COMBATIR ENFERMEDADES
Promesas en las góndolas

Cada día son más: productos que incluyen sustancias como Omega 3 o fitoesteroles y prometen reducir el colesterol o prevenir la osteoporosis. ¿Sirven o es sólo una estrategia de venta? Los especialistas contestan.
En los últimos meses una gama de productos que prometen salud invadió los supermercados.

Para recorrer las góndolas de los supermercados empieza a ser necesario llevar un vademécum. En los últimos meses se lanzaron al mercado una avalancha de productos en cuyas etiquetas se leen términos como fitoesteroles, Omega 3, extracalcio o fibra activa y que prometen el oro y el moro: reducir el colesterol, prevenir la osteoporosis y combatir la anemia son apenas algunas de las propuestas envasadas. ¿Pura estrategia de marketing o realidad? Página/12 consultó a varios especialistas: sus opiniones sobre las bondades de estos nuevos productos son dispares, aunque todos coinciden en que el efecto benéfico sobre la salud sólo se observa cuando estos alimentos están presentes en una alimentación saludable. 
Entre los componentes que se agregan a los alimentos, el más novedoso es el omega 3, que va al tope del ranking en cuanto a productos que se vanaglorian de contenerlo. Es un ácido graso esencial �el cuerpo humano no lo produce� que se extrae de los peces de agua fría y que actúa sobre las paredes arteriales mejorando la circulación y disminuyendo la concentración de colesterol en sangre. Huevos y leches de distintas marcas lo ofrecen: se pueden encontrar la leche Parmalat Plus Omega 3, la leche Molico con Omega 3 en polvo y larga vida, los huevos Omega 3 de Cormillot y de variados establecimientos agrícolas. Otro de los elementos que promete un efecto similar son los fitoesteroles �sustancias de origen vegetal�, que ofrece La Serenísima en su nueva leche Serecol. En su publicidad asegura que tomando un vaso diario se percibe una reducción del colesterol a partir de la tercera semana. 
�¿Consumiendo regularmente este tipo de componentes se combaten y se previenen enfermedades?�, fue la pregunta que Página/12 les formuló a los especialistas. 
No hubo una única respuesta. Positivamente respondieron algunos, no tan convencidos se mostraron otros. Para la profesora María Esther del Río, titular de la cátedra de Nutrición de Farmacia y Bioquímica de la UBA, �es muy difícil evaluar si estos suplementos surten efecto porque en general son verificables a largo plazo y no se han hecho en el país estudios bioquímicos y epidemiológicos precisos y controlados, salvo para el caso concreto de la leche Bío� (ver nota aparte). La licenciada Graciela Muset, investigadora del INTI, aclaró que los estudios hechos �tienen antecedentes internacionales y no necesariamente tienen que tener los mismos efectos en nuestro país, con una población genéticamente diferente a otras. De todas maneras �aconsejó la investigadora�, nunca está de más reforzar la dieta para hacerla más completa�. 
Desde la gerencia de Investigación y Desarrollo de La Serenísima, Pablo Renzulli sostiene que los productos tienen un efecto comprobable, aunque aclara �que se trata de una prevención del riesgo, no estamos hablando de tratamiento�. Quien está convencido de su eficacia es el doctor Alberto Cormillot: �Todos estos productos funcionan muy bien, están recontraprobados�, contesta sin dudar. 
Para el nutricionista Jorge Braguinsky, el suplemento de Omega 3 y fitoesteroles en los alimentos representa �un avance tecnológico muy apreciable, sobe todo para la prevención de enfermedades cardiovasculares�. 
¿Qué pasa si un comprador compulsivo devora todos los prometedores productos nuevos? Al parecer, no hay peligro: entre los especialistas hubo consenso en que ninguno de estos alimentos representa riesgos para la salud y que todos están debidamente controlados y registrados.
La bioquímica Graciela Peterson, del Programa de Prevención del Infarto (Propia), agrega que estos precursores son apropiados para adultos jóvenes, en el contexto de una alimentación saludable, pero desconfió de su acción en ancianos �que metabólicamente no están funcionando plenamente. Tanto a ellos como a los lactantes hay que recomendarles el uso de productos finales y no de suplementos�. Peterson concluye convincente: �Funcionan en el marco de una alimentación balanceada ysaludable, no son recetas mágicas�. Y da un ejemplo contundente: �Si te comés un lechón entero, un vaso de leche no te hace nada�. 
Otros nutrientes presentes en los productos lácteos son el calcio, el hierro, las fibras y los complejos vitamínicos. La profesora Gómez del Río explicó que �estos suplementos nacieron con un objetivo específico de salud y no es malo balancear la dieta, aunque muchas veces consumimos productos que en realidad no necesitamos porque ya están presentes en la dieta habitual�. 
¿Cómo saber qué consumir? Lo ideal, dicen los especialistas, es hacer una elección que tenga que ver con las necesidades concretas de cada uno. Cormillot sugiere: �Para combatir la anemia, los productos suplementados con hierro; para la osteoporosis, el calcio, y las fibras para regular el aparato digestivo�. Braguinsky avanza en la recomendación: �Los alimentos fortificados con calcio son buenos para las mujeres mayores de 40 años, ya que disminuyen el riesgo de osteoporosis. La leche con hierro es buena para las embarazadas y para los chicos en edad de crecimiento y los fitoesteroles y el Omega 3 bajan el riesgo de enfermedades producidas por el colesterol�.
Eso sí, los beneficios hay que pagarlos. Los alimentos con suplementos vitamínicos o fortificados cuestan, en promedio, un 50 por ciento más que los comunes. Peterson, la bioquímica del Propia, define la cuestión con los pies sobre la tierra: �El que puede comprar todos estos alimentos en realidad no los necesita tanto, porque seguramente come bien �sostiene�. Los que más los necesitan no tienen acceso a su consumo�. 

Producción: Hernán Fluk.

Un producto nacional

En general la investigación y el desarrollo de los alimentos funcionales se hacen en los países industrializados, a los que las industrias nacionales les compran las patentes y los comercializan en el país. Una excepción a esto lo constituye la leche Bío, industrializada y distribuida por la empresa SanCor, que fue desarrollada a partir de estudios realizados durante 5 años por el Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela), organismo del Conicet, en la provincia de Tucumán, lo que representó un hallazgo a nivel mundial. Su director, Guillermo Oliver, contó a Página/12 que �la licitación pública ganada por SanCor le reportó al Cerela más de un millón de dólares�. Esta leche cumple muchas funciones: aporta aminoácidos y vitaminas, estimula el sistema inmunitario, aporta calcio para prevenir la osteoporosis, reduce la hipercolesterolemia (alto contenido de colesterol en sangre) y refuerza las defensas de los aparatos digestivo y respiratorio, entre sus propiedades más importantes. Todos estos beneficios están testeados por el Centro, que ahora está desarrollando el mismo producto pero en polvo. �Es un avance con respecto del líquido, ya que no requiere de cadena de frío y tiene un vencimiento más prolongado�, explicó Oliver.

Los que vienen con sello

Algunas de las empresas les incorporan un valor agregado a sus productos: vienen avalados por instituciones prestigiosas en el ámbito de la salud. Etiquetas de la Fundación Favaloro o de la Fundación Cardiológica Argentina se pueden ver en varios envases. Alberto Pierini, director de Relaciones Institucionales de la Fundación Cardiológica, explicó a Página/12 que la Fundación �tiende a apoyar el consumo de alimentos balanceados y saludables. Se tiende al cuidado de la salud en general y cardiovascular en particular�. Para que un producto cuente con la aprobación de esta fundación, se exige que tengan algún factor diferencial. Pierini describió los requisitos que se deben cumplir: �Se analiza la ficha técnica y luego se piden muestras del producto que son enviadas a analizar a la Facultad de Farmacia para verificar el contenido. Una vez aprobados, entran en el circuito comercial con nuestro logo�. Por supuesto que esto no es gratuito. Sin dar muchas precisiones, el director habló de �un intercambio. Nosotros les damos un valor simbólico al producto a cambio de una colaboración que nos permite seguir adelante con nuestras actividades�. Cormillot fue más lejos: directamente tiene su propia marca, �que la vendo sólo a productos que den una muestra acabada de que son realmente buenos para la salud de la población�, definió.

 

 

 

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