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A Gallego lo acusaron, lo acotan y lo acosarán

 

No es poco quedarse con medio equipo, con medio apoyo y con medio año de crédito. Hoy, en River, a Gallego le eligen hasta los colaboradores cercanos.

Por Adrián De Benedictis

Si River finalizó el milenio en un mar lleno de turbulencias, en el 2001 parece que también continuarán las complicaciones. En primer lugar, las elecciones que se realizarán en diciembre próximo han disparado una dura lucha dirigencial; después de mucha incertidumbre y de sondear a otros entrenadores, el técnico Américo Gallego continuará rodeado de gente nueva impuesta por los directivos; la sangría que está sufriendo el plantel –se sumaría a la lista el arquero Bonano– puede prolongarse durante la pretemporada; y hasta ahora Leonardo Astrada y Marcelo Gómez son los únicos refuerzos confirmados. En medio de ese panorama, el objetivo de alcanzar la Copa Libertadores en el primer semestre de este año resulta una aventura demasiado difícil.
Luego de sus vacaciones en Punta Cana, Gallego retornó ayer al país y se reunirá hoy con el presidente David Pintado, quien lo pondrá al tanto de las últimas disposiciones respecto de su grupo de colaboradores. “Si no acepta a la gente que llegará, veremos qué pasa. Pero no hay que adelantarse”, indicó Pintado la semana pasada. En principio, Gallego no pondrá obstáculos y aceptaría la decisión de los directivos. Lo único que quedaría por definir es el cargo de ayudante de campo. Para ocupar ese lugar, la intención de los dirigentes es ubicar a Hernán Díaz, pero el defensor anticipó que continuará jugando hasta junio. El nombre que también apareció en los últimos días es el de Ernesto Corti.
El de coordinador del plantel es un puesto que parece estar todavía en duda. Hasta la semana pasada, Ricardo Pizzarotti –los directivos César Traversone y Ricardo Grosso insisten con su llegada– era el hombre elegido para reemplazar a Eduardo Bongiovanni, pero en las últimas horas su presencia comenzó a generar resistencia entre algunos dirigentes. El cuadro se cierra con el puesto de manager, y el elegido es Enzo Francescoli, que asumirá a partir de febrero. Para el oficialismo, el ex delantero uruguayo puede ser una carta importante de cara a las elecciones. “Es errónea la versión que dice que le vamos a imponer a Gallego un nuevo cuerpo técnico. Lo vamos a hablar con él, pero todo será consensuado”, dijo el viernes pasado Alfredo Davicce.
Gallego se encontrará con un equipo desmantelado. A partir del jueves, cuando el plantel comience la pretemporada, faltarán Eduardo Berizzo (Celta de España), Diego Placente (Bayer Leverkusen de Alemania), Roberto Trotta (Atlante de México) y Leonel Gancedo (Osasuna de España), quienes fueron transferidos recientemente. Pero el mismo camino podrían seguir Juan Pablo Angel (ver aparte), Roberto Bonano, que continuaría su carrera en el Mónaco de Francia a cambio de 4,5 millones de dólares, en una oferta acercada por Antonio Caliendo. El entrenador volverá a contar con Leonardo Astrada, que regresó del Gremio de Brasil, mientras siguen las tratativas por Celso Ayala (San Pablo). En este caso, River le pagaría 1,6 millón de dólares al Atlético de Madrid. En tanto, Gustavo Reggi (Reggina) llegaría a préstamo, y sólo jugaría la Copa Libertadores.
La dilatada negociación que terminó con la confirmación de Gallego desató una ruptura en la interna del oficialismo. De las renuncias presentadas la semana pasada, la del secretario José María Aguilar es la más significativa. Aguilar fue uno de los principales impulsores, con el consentimiento del resto de la Comisión, de que Ramón Díaz vuelva a tomar la conducción del plantel. Por ello, se sintió traicionado y decidió dejar el cargo. De esta manera, Aguilar iniciará su campaña para lograr su gran anhelo personal: ser presidente de River. Para eso tendrá que lidiar con el ex titular del Banco Nación, Hugo Santilli, que ya aclaró que si logra volver a ocupar el sillón presidencial, el técnico del equipo será Díaz.
Pero en un año eleccionario las sorpresas pueden ser diversas. Incluso se comenta que si Gallego no obtiene resultados positivos en el corto plazo, su ciclo puede cerrarse abruptamente. El plazo será junio. Si hasta esa fecha River sigue con las manos vacías, el alejamiento será inminente.Por esa razón, la Copa Libertadores puede ser más que un trofeo, y convertirse en un arma de victoria política

 

 

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