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PERSISTEN LOS TIRONEOS POR LA REFORMA PREVISIONAL
Una día de gritos y susurros

Mientras el justicialista Jorge Yoma dijo que el decreto es �ilegal� y la frepasista Marcela Bordenave pidió su derogación, el ministro Federico Storani intentará desactivar la resistencia.

La reforma previsional que el Gobierno sacó por decreto hace ya diez días continúa siendo el principal tema de discusión política, tanto dentro de la Alianza como afuera de ella. Para el senador justicialista Jorge Yoma, con el decreto el Gobierno se colocó “fuera de la legalidad”. Una de las voces que plantean la resistencia dentro del oficialismo, la diputada frepasista Marcela Bordenave, acusó al Ejecutivo de ser “más papista que el Papa” porque la reforma no estaba incluida dentro de las exigencias planteadas por el FMI para el otorgamiento del blindaje. Mañana, en tanto, el ministro del Interior, Federico Storani, comenzará a sondear el ánimo en la cúpula frepasista para que naufrague la comisión antidecreto que encabezan un grupo de diputados rebeldes y que el presidente Fernando de la Rúa teme que se termine convirtiendo en un nucleamiento opositor. Todo parece indicar que Carlos “Chacho” Alvarez y compañía no dejarán que la sangre llegue al río.
El peronismo tomó la reforma previsional como su primera bandera opositora para el año electoral. El jefe del bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, se anotó desde el vamos entre los más entusiastas por la formación de la comisión que propicia la derogación del decreto durante la primera sesión ordinaria del Congreso, el próximo 2 de marzo. El riojano Yoma ayer aprovechó para subirse a la ola y calificó a la reforma como “injusta, arbitraria e inequitativa”, además de ilegal. “El decreto de necesidad y urgencia requiere condiciones de urgencia para que el Ejecutivo lo dicte. Si es tan urgente, no veo por qué no se convocó a sesiones extraordinarias para que el Parlamento se aboque al tratamiento del tema”, sostuvo el senador, quien también llamó al Gobierno a “repensar seriamente” la utilización de los decretos como una expeditiva vía legislativa, una herramienta de la que abusó la gestión de Carlos Menem.
La frepasista Bordenave, en tanto, consideró que si su partido no tiene voz en la discusión sobre la reforma “es muy difícil hablar de gobierno de coalición”. “Lo que nosotros proponemos es, primero, la derogación del decreto y la discusión en serio de una reforma previsional”, explicó.
Mientras, el diputado socialista Alfredo Bravo anticipó que hoy la agrupación crítica de la que es uno de sus fundadores –Argentinos por una República de Iguales (ARI)– irá a la Justicia para pedir formalmente la derogación de la reforma. “Se presentará un recurso de amparo pidiendo la inconstitucionalidad de la reforma previsional que el Gobierno decidió aprobar por decreto”, explicó anoche Bravo al programa “La Posta”, que se emite por la señal de cable P&E. De esta forma, la reforma previsional podría comenzar también un periplo similar al que viene siguiendo en Tribunales la desregulación de las obras sociales, otro decreto firmado también el último día hábil de año (ver aparte).
Pero al Gobierno no lo desvela lo que suceda en la Justicia porque entiende que, de última, la Corte Suprema terminará avalando lo actuado por el Presidente. En cambio, más le preocupa que en torno de la reforma previsional se termine armando un frente opositor en el que confluyan justicialistas y frepasistas. Por eso, De la Rúa le encargó al ministro Storani que sondee con discreción las intenciones de los diputados más cercanos a Chacho Alvarez, como Darío Alessandro, Rodolfo Rodil y Juan Pablo Cafiero. El Presidente acepta la diferencia de criterios en cuanto al cambio de sistema jubilatorio, pero no la creación de una comisión multipartidaria. Al parecer, según se desprende de las declaraciones de Alvarez desde Villa La Angostura, donde pasa sus vacaciones, mantendrá la libertad de conciencia para los legisladores de su fuerza, pero no alentará la formación de una comisión como la que lanzaron el jueves pasado el grupo de diputados más enfrentados con la política oficial.

Sigue la pelea judicial
El Gobierno apelará hoy la decisión de la Justicia de suspender la desregulación de las obras sociales. Así lo anticipó ayer el ministro de Salud, Héctor Lombardo, quien además explicó que se cuestionará ante el Consejo de la Magistratura a la jueza Adriana Lucas de Tarradellas por entender que “se excedió en sus funciones”. “La jueza es de seguridad social y tomó un caso que habla de inconstitucionalidad, esto no corresponde a su fuero”, agregó Lombardo, quien agregó que el cuestionamiento no se traducirá en pedido de juicio político. La semana pasada, la jueza Lucas de Tarradellas hizo lugar al pedido de amparo presentado en Tribunales por dirigentes sindicales. “Mucha gente entiende que el sistema de la seguridad social está en una situación sumamente crítica y no producir ninguna innovación significaría dejar todo como está, es decir que muchas obras sociales no tienen cobertura de salud porque tienen cortados los servicios”, fue la defensa que hizo Lombardo del sistema que el Gobierno intenta poner en marcha no sin dificultades. A los contratiempos en la Justicia se agregó también la actitud de las empresas de medicina prepaga que no se interesaron en sumarse al sistema. Lombardo prometió que esta semana “va a haber grandes novedades en lo que respecta al sistema de salud” porque “estamos avanzando en propuestas de acuerdo para encontrar la solución al problema”.

 

Cada vez más lejos
Desde el llano, el ex jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, continúa mostrándose crítico con el rumbo del Gobierno del que formó parte hasta hace apenas tres meses. Ayer eligió cuestionar los decretos firmados por el presidente Fernando de la Rúa durante el último día hábil del 2000 porque, a su entender, “no eran necesarios” ni habían sido puestos como condición por el Fondo Monetario Internacional.
Un día antes, Terragno había adelantado que no sería candidato a senador en las elecciones de octubre porque, hoy por hoy, no se sentía en condiciones de defender la política económica del Gobierno. Ayer centró sus críticas en la seguidilla de decretos firmados por el Presidente que “no favorecen la calidad institucional de un país”. Y, sobre los decretos, se centró en el de la reforma previsional y descartó que su sanción hubiera sido una exigencia del FMI para otorgar el blindaje. “La idea de que se reúnen en Washington los representantes de organismos internacionales y dicen ‘si en la Argentina las mujeres no se jubilan a los 65 años, no les damos el blindaje’, me parece infantil, no entiendo que se pueda creer algo así”, añadió.
“Puede haber frente a un problema dos criterios, uno del Ejecutivo y otro del Legislativo. Pero, ¿quién dijo que la eficacia depende del Ejecutivo?”, se preguntó. Con respecto al blindaje, el ex funcionario sostuvo que no debe tomarse como un gesto de aprobación hacia el rumbo de la economía argentina o, también, que la ayuda externa bastará para hacer crecer al país. “Es una buena noticia pero a partir de la tranquilidad, hay que hacer lo que hasta ahora no se hizo: una política de desarrollo económico”, diferenció.

 

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