Por
David Cufré
Susana
Rico vive amenazada de muerte, con un policía en la puerta de su
casa. Hace cinco meses que sus salidas se limitan a traslados con custodia
hasta los tribunales de Comodoro Py. Al no poder garantizar su seguridad,
el Ministerio de Justicia resolvió que no concurra a trabajar.
Semejante cuadro se produjo luego de que Rico denunció a sus jefes
en la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad Automotor,
adonde se desempeña como auditora. Página/12 publicó
hace tres meses una investigación con los nombres de familiares
y amigos de políticos que administran registros del automotor.
Se trata de una actividad concesionada por el Estado, que reporta ganancias
de hasta 150 mil pesos anuales. Entre los beneficiados figuran personas
vinculadas a dirigentes de máximo nivel, especialmente del menemismo,
pero también del radicalismo y el Frepaso.
Me presenté ante la Oficina Anticorrupción porque
me dio asco ver lo que pasaba dentro de la Dirección Nacional,
dice Rico, quien logró que su denuncia fuera elevada a la Justicia.
Pero no fue suficiente como para que el Gobierno tomara cartas en el asunto.
Por el contrario, todos los acusados fueron ratificados en sus puestos
e incluso algunos de ellos fueron promovidos. Acá premiaron
a los sospechados y castigaron a los denunciantes, se indigna Rico,
quien asegura que se decidió a contar su historia ante la indiferencia
oficial.
El juez federal Gabriel Cavallo allanó a fines de setiembre pasado
la sede de la Dirección Nacional. Los empleados no lo podían
creer. Desde que su director, Mariano Durand, se convirtió en amo
y señor de la casa, en 1983, nunca nadie puso un pie
en el organismo para investigar por qué los elegidos para operar
registros del automotor eran en su amplia mayoría personas relacionadas
con políticos, jueces o militares. El operativo de Cavallo fue
provechoso. Las pruebas que pudo recoger fueron obtenidas gracias al aporte
que hizo Rico en su declaración testimonial. El revuelo aceleró
la decisión del entonces ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra,
de pedir la renuncia de Durand. Gil Lavedra y su subsecretario de Justicia,
Carlos Balbín, fueron casi los únicos que hicieron cambios
en la forma de otorgar y administrar registros en 17 años.
Esas transformaciones también fueron motivadas, en parte, por las
denuncias de Rico. Y los afectados no se lo perdonan. Ole, le, ola,
la, que maten a los ricos que desplazaron a Durand:
éste es el canto de guerra de empleados de la Dirección
Nacional que realizan frecuentes manifestaciones en la puerta del organismo,
protestando por el reemplazo de su jefe y por la investigación
que lleva adelante la Justicia. Tamaña demostración de fuerza
puede entenderse si se tiene en cuenta la influencia de los padrinos políticos
que respaldan a los empleados, muchos de ellos denunciados. Del grupo
de choque participarían afiliados a Unión del Personal Civil
de la Nación (UPCN), sindicato comandado por el menemista Andrés
Rodríguez.
Pero del negocio de los registros del automotor que consiste en
anotar las transferencias de vehículos, cobrando a los usuarios
cifras altísimas por los trámites, lo que les reditúa
hasta 150 mil pesos anuales netos se benefician numerosos políticos,
ya sea directamente o a través de terceros. Se trata de una caja
que ha servido para enriquecer a muchos de ellos o, si se quiere, para
financiar sus campañas.
La
sobrina, la hija del cocinero y una amiga de Carlos Menem son titulares
de registros del automotor. También lo son la secretaria y el cuñado
de Eduardo Menem; el cuñado de Eduardo Duhalde; la esposa de Alberto
Kohan; la cuñada de Carlos Corach; la cuñada de Alberto
Pierri; el hijo de Hugo Anzorreguy; la hermana de Raúl Granillo
Ocampo; el hermano de Rodolfo Barra; el padre del secretario de Eduardo
Bauzá; la esposa y el hijo de César Arias; la hermana de
Germán Kammerath; la esposa de Hugo Toledo; la hermana de Julio
Mera Figueroa, y la ex esposa y la ex suegra de Carlos Grosso. En el Frepaso,
la actual viceministra del Interior, Nilda Garré, es titular de
un registro, aunque ahora está en uso delicencia. Del radicalismo
se interesaron por el negocio el hijo del gobernador de Entre Ríos,
Sergio Montiel; el hijo del ex senador Adolfo Gass, y el ex diputado Juan
Manuel Moure. También figuran amigos o familiares de senadores
como Remo Constanzo, César Mac Carthy y Omar Vaquir. La lista es
mucho más extensa. Por citar algunos casos finales, que resultan
paradigmáticos del manejo discrecional en la concesión de
registros, también son titulares la madre de una de las cantantes
de Las Primas y la ex esposa del Beto Alonso, gracias a los favores de
Ramón Hernández y Carlos Menem.
El 8 de octubre último, la madre de Rico recibió una amenaza
telefónica. Minutos después, el teléfono sonó
en su casa. Rico le pidió a la policía de custodia que atendiera
el llamado. Vas a terminar con un tiro en la cabeza, escuchó
la agente el mensaje destinado a Rico. Fue una más de las múltiples
amenazas de muerte que recibió desde que concurrió a la
Justicia para develar los maniobras irregulares en la Dirección
Nacional. Pese a ello, la Side informó a Cavallo que nunca escuchó
amenazas. El informe del organismo de inteligencia da cuenta de las escuchas
telefónicas ordenadas por el magistrado, y abarca la fecha en que
la policía quien también declaró en la causa,
con nombre y apellido y número de chapa atendió el
llamado dirigido a su custodiada. Hugo Anzorreguy, quien fue titular de
la Side durante el menemismo y aún mantiene fluidos contactos con
personal del organismo, logró que su hijo acceda al registro del
automotor de Capital Federal número 60.
Acá nadie me protege. La única solución que
me da el Ministerio de Justicia es que me quede en mi casa, porque no
puede garantizar mi seguridad si voy a la Dirección Nacional. Es
absurdo. Soy una persona que denunció actos de corrupción
porque no podía seguir trabajando en esas condiciones. Y el resultado
es que me convertí en una rehén, relata Rico. Su denuncia
abarca varios puntos. Pero hay uno central. Durante ocho meses de 1993
se fraguó un contrato a su nombre por el que otras personas cobraban
su sueldo. En esa época, Rico trabajaba en la DGI. Recién
se enteró de esta situación cuando a fines de 1994 se incorporó
a la Dirección Nacional. Aunque hizo saber la irregularidad a su
jefa, Adriana Gronchi, en su recibo de sueldo siguió figurando
que trabajaba desde 1993. Meses más tarde, la propia Gronchi la
llamó y le dijo que su sueldo pasaría a ser de 3900 pesos,
pero debía entregarle en mano todos los meses 1500 pesos. Si no
lo hacía, perdería el trabajo.
Junto a Gronchi, jefa del Departamento de Registros Nacionales, figuran
como denunciados varios de sus subalternos. Los más comprometidos
en la causa que lleva Cavallo son Susana Gonet quien trabajó
en la policía bonaerense, bajo las órdenes de Juan José
Ribelli, y es patrocinada por César Arias, cuya esposa e hijo son
titulares de registros, Dina Vazon -acusada de falsificar firmas
en proyectos de resolución de la Dirección Nacional
y Alejandra Pérez también por falsificar firmas.
El departamento que conduce Gronchi tiene una estrecha relación
con los políticos que solicitan registros para si o personas vinculadas.
Es la dependencia que se encarga de recomendar al Ministerio de Justicia
los candidatos a asumir la titularidad de un registro. Rico denunció
que muchos de los elegidos no cumplen con los requisitos básicos
para esa tarea. Por ejemplo, Alejandra Medici sería designada para
administrar el registro de Lomas de Zamora 9, aunque pesa sobre ella una
inhibición general de bienes. También reveló otras
irregularidades, como el hecho de que aquellos funcionarios utilicen un
servicio de remises pagado por el organismo para su beneficio personal,
o cobren viáticos injustificados.
Más allá de la investigación judicial, el Ministerio
de Justicia no encontró motivos para desplazar de sus cargos a
los sospechados, lo que podría haber hecho a través de una
investigación propia. Y dejó en puestos clave a quienes
habrían favorecido a políticos para que ellos o sus allegados
se incorporen a un negocio altamente rentable. Mientras tanto, Rico permanece
en su casa, amenazada de muerte, olvidada por lasautoridades. En una oportunidad,
recibió un mensaje más directo que un llamado telefónico.
El automóvil de su custodia fue dañado mientras permanecía
en la puerta de su casa. Además, otras empleados que trabajan en
la Dirección Nacional, que aportaron datos en la causa que lleva
adelante Cavallo, también fueron amenazados de muerte. Ante ese
cuadro, Rico da un testimonio estremecedor: En la Argentina de hoy,
la mejor forma de llegar al infierno es hacer una denuncia contra la corrupción,
dice, con conocimiento de causa.
Cartas,
aprietes, concesiones
Por
D. C.
Días
antes de abandonar el poder, el gobierno menemista autorizó
la designación de 13 nuevos titulares de registros del automotor.
Pero los nombramientos fueron frenados por el Ministerio de Justicia
en cuanto la Alianza asumió el poder. El entonces subsecretario
de esa cartera, Carlos Balbín, ordenó investigar quiénes
eran las personas beneficiadas y suspendió toda nueva designación.
Sin embargo, con la asunción de Jorge de la Rúa en
ese Ministerio, las cosas empezaron a cambiar. Página/12
pudo saber que es inminente la aprobación de los expedientes
aprobados poco antes que Carlos Menem dejara la Casa Rosada y que
se estudian nuevos nombramientos.
La entrega de registros a amigos o familiares de políticos
fue una práctica usual durante el menemismo, administración
durante la cual la explotación de este negocio llegó
a niveles notables. De hecho, se crearon 398 delegaciones, más
del doble de las existentes. Pero el uso que personas influyentes
hicieron de esta actividad no se limita al menemismo. Políticos
radicales, del Frepaso y hasta jueces como Luisa Riva Aramayo,
José Luis Ventimiglia y Rodolfo Rivarola y militares
el hijo de Martín Balza participan de un negocio
que en la actualidad deja ganancias de hasta 150 mil pesos anuales,
pero que en momentos de mayores ventas de autos llegó a redituar
hasta 400 mil pesos.
Susana Rico buscó ayuda por distintas vías para impulsar
su denuncia y protegerse. Una de ellas fue remitir una carta personal
al presidente del radicalismo, Raúl Alfonsín, quien
conocería de cerca el tema de los registros del automotor
y tendría contactos importantes en la Dirección Nacional.
El pedido de ayuda fue acompañado por el abogado de Rico,
Oscar Torres Avalos, un conocido diplomático radical que
recientemente fue designado embajador en Cuba. Después de
tres meses de remitida la nota, Rico recibió una respuesta.
Margarita Ronco, secretaria privada de Alfonsín, le informaba
que por expresa indicación de su jefe le daba
a conocer la acusación de recibo de su carta.
Pero le decía que no será posible conceder la
entrevista, ya que sus actividades como vicepresidente de la Internacional
Socialista para América latina y como presidente de la UCR
lo obligan a viajar casi de continuo al exterior e interior del
país.
Rico también envió cartas a Fernando y Jorge de la
Rúa. El Presidente nunca contestó, en tanto que el
ministro de Justicia la derivó a una funcionaria del Ministerio.
Me dijeron que van a seguir estudiando el caso, y que mientras
tanto me quede en mi casa, comentó Rico a Página/12.
Parece que me estuvieran cargando, concluyó,
sin disimular su enojo.
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OPINION
Por Alfredo Bravo *
Carta
abierta a Ricardo Ostuni
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El sábado
30 de diciembre, leí en Página/12 un comentario respecto
de la llamada que me hiciste para conocer sobre mi estado de salud.
Según leí te convenciste de que estaba en perfectas
condiciones porque, en el intercambio del breve diálogo,
empecé a criticar al gobierno. El remate fue un bueno...,
está bien, pero ¿cómo se lleva a la práctica?.
La pregunta es, en esencia, la que motiva el interés de la
respuesta. Es de tu conocimiento que el Partido Socialista Democrático
estuvo siempre en total desacuerdo con la política neoliberal
heredada y que, en forma unánime, todos los representantes
de los partidos nos opusimos en las conclusiones arribadas en el
Instituto Programático de la Alianza. ¿Por qué
fue tan categórico el rechazo a esa política económica
que venimos padeciendo durante algo más de una década?
Porque habíamos constatado el fracaso del modelo económico
y de su consecuente pensamiento único. Todos
sacábamos las mismas conclusiones: que el publicitado éxito
de los resultados macroeconómicos saludado eufóricamente
por la gran mayoría de los gurúes locales no
había impedido la agudización de los desniveles de
desempleo, de pobreza, de marginación y de la regresiva distribución
del ingreso de los habitantes de la República que, como la
nuestra, está relegada a la periferia del sistema. ¿Cómo
se logra revertir el estado actual y todas las trampas de esa supuesta
democracia del mercado? Los socialistas democráticos lo dijimos
con toda claridad cuando nos tocó intervenir en el debate
sobre el presupuesto nacional. Al referirnos a los antecedentes
de nuestra propuesta, que registra el diario de sesiones
expresábamos que la brecha entre los más ricos y los
más pobres se había duplicado en los últimos
30 años. La afirmación resultaba evidente a partir
de 1975 con el Rodrigazo y sus fieles continuadores,
los doctores José Alfredo Martínez de Hoz, ideólogo
económico del terrorismo de Estado y Domingo Felipe Cavallo.
También sosteníamos que el aumento de los pobres coincidía
con el incremento del proceso de urbanización que tiende
a la concentración de la población en las ciudades,
en particular en las más grandes. No era de extrañar
entonces que la grave crisis de subsistencia en una población
urbana creciente y el fenómeno de exclusión social,
generara altos grados de desesperanza e impulsara a la violencia,
en todas sus características, hasta constituir un obstáculo
casi insalvable para la convivencia, por la enfrentada contradicción
social. Dejando de lado los análisis expuestos sobre los
U$S 140.000 millones de la deuda externa, además del monto
total que corresponda a la deuda de las provincias, recordamos las
palabras del presidente de la UCR doctor Alfonsín qué
lindo sería no poder pagar la deuda por dos años
y las respuestas del doctor Machinea hacen mucho daño
y del presidente de la República doctor De la Rúa
hay temas que mejor no hablar. Teniendo en cuenta que desde
el 24 de marzo de 1976 el país se vio sometido a la voluntad
del FMI y cuyos funcionarios fueron responsables, directa y activamente
en aquellas negociaciones hoy cuestionadas por el fallo del
juez federal Jorge Ballestero no sería utópico
ni absurdo que si realmente los acreedores quieren percibir el dinero
de sus préstamos, deban adaptar sus pretensiones y eliminar
todo condicionamiento a la política que entre todos acordamos
en la Alianza. Decimos que toda la operatoria del Gobierno por lograr
confianza en el exterior, perseguía un solo objetivo honrar
la deuda. ¿Cuál es el objetivo oculto de las
autoridades para lograr también confianza y credibilidad
de los ciudadanos y habitantes de la República? Si desde
abril de 1991 hasta agosto de 1994 el doctor José Luis Machinea
criticó duramente al Plan de Convertibilidad que instauró
el doctor Cavallo y en el mes de noviembre de 2000, reconoce que
el camino correcto es haber adoptado la Convertibilidad para terminar
con la inflación, ¿a qué Machinea hay que creerle?
¿Al de ayer o al de hoy, que nos impone un régimen
superdependiente del ingreso de capitales y por lo tanto del endeudamiento
externo? ¿Dónde ha quedado la imaginación llevada
al poder,que en mayo del 68 los franceses habían esgrimido
ante el mundo, como oposición al único camino, la
única solución y la única alternativa?
¿Por qué no establecer un programa nacional de ingreso
mínimo garantizado para todas las familias, de modo que ningún
argentino viva con ingresos por debajo de la pobreza, como lo propusiera
la Central de Trabajadores Argentinos? ¿Por qué no
encarar un programa de creación de empleos, estimulando la
formación de empresas insertas en la economía social
y fortaleciendo las redes entre las Pymes entre sí y entre
éstas y las grandes empresas exportadoras? ¿Por qué
no propiciar un plan nacional de promoción social que debe
integrarse con acciones interrelacionadas con las áreas de
salud, educación, recreación y cultura, de modo tal
que se proporcione a todos los habitantes sin excepción?
¿Por qué no poner en marcha un plan nacional de infraestructura
y vivienda popular que tenga como objetivo un programa consensuado
de inversiones públicas? ¿Por qué no conformar
un plan integral de defensa de los productores nacionales que apunte
a complementar el plan nacional de creación de empleo, poniendo
énfasis en el apoyo a los procesos de reconversión
de la actividad productiva de capital nacional? Para ello es prioritario
combatir las maniobras de dumping y contrabando y, la práctica
monopólica en los mercados de comercialización de
los grandes intermediarios. ¿Por qué no pensar en
la transformación integral del sistema impositivo que le
incorpore a éste un sesgo decididamente progresivo, disminuyendo
el IVA y reemplazándolo por impuestos a los grandes beneficios
y a la riqueza no productiva? ¿Por qué no proponer
en una nueva política con respecto de las empresas de servicios
públicos privatizados y revisar en profundidad los marcos
regulatorios y las tarifas de los contratos de concesión,
excesivamente elevadas, como consecuencia de negociaciones irregulares
y/o con alta dosis de corrupción? ¿Por qué
no reformular el sistema financiero local, consolidando la banca
nacional estatal, privada y cooperativa, aún subsistente,
fijando criterios de manejo de la política por medio del
Banco Central, para reducir drásticamente el costo del crédito
y ampliar la oferta de recursos financieros a los sectores hoy excluidos?
¿Por qué no modificar nuestra participación
en el Mercosur e impedir que siga siendo el espacio de los grandes
negocios, para que se convierta en un área de promoción
privilegiada de las pequeñas y medianas empresas de la región
y que además incluya la protección de los derechos
de los trabajadores de los cuatro países por intermedio de
una Carta Social?
Claro está, estimado amigo, para que la imaginación
se asiente en el poder y tenga proyección institucional hay
que pensar en el pueblo y organizar una sociedad justa e igualitaria.
* El diputado
socialista Alfredo Bravo escribió esta carta en respuesta
a declaraciones del vocero presidencial.
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