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El Gobierno, obsesionado con la desregulación

El procurador del Tesoro, Ernesto Marcer, apeló el fallo que suspendió la aplicación del decreto de desregulación del sistema de obras sociales y pidió el apartamiento de la jueza.

El Gobierno apeló ayer el fallo judicial que suspendió la desregulación del sistema de obras sociales. Lo hizo argumentando el derecho del Ejecutivo a dictar decretos de necesidad y urgencia. Y además planteó la incompetencia del fuero de Seguridad Social y el apartamiento de la jueza que falló contra el decretazo por supuesto “prejuzgamiento”.
El recurso de apelación está firmado por el procurador del Tesoro de la Nación, Ernesto Marcer, y la directora de Asuntos Jurídicos de la cartera de Salud, Viviana Bompland, y cuenta con el aval del Ministerio de Trabajo y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
La última semana la jueza de feria de Seguridad Social, Adriana Lucas de Tarradellas, haciendo lugar a un reclamo de gremios, dispuso la suspensión de los efectos de los decretos de desregulación del sistema de salud, que había permitido desde el 1º de enero la libre competencia entre las obras sociales sindicales y las empresas de medicina prepagas.
La medida se conoce como “innovativa”, ya que resuelve sobre un paquete de decretos que ya estaban en plena vigencia. La jueza dispuso dejar sin efecto los decretos hasta que la Justicia analice la cuestión de fondo.
El argumento sindical se basa en la inconstitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia para abordar cambios en el sistema de seguridad social. Las dos CGT consideran que el tema debe ser tratado en el Congreso y tener carácter de ley. En el fallo la jueza es contundente en ese sentido. “Sin que ello implique prejuzgamiento alguno, cabe señalar que en reiterados pronunciamientos he hecho referencia a la ineludible necesidad de tratamiento legislativo de las normas de la naturaleza que reviste el decreto en examen (...) Y si, finalmente, el Congreso no asumiera el tratamiento del decreto ni lo rechazara ni lo convirtiera en ley, esta última omisión debería equipararse al rechazo, con el efecto de que el decreto quedaría derogado.”
El Gobierno se manifestó molesto porque la decisión de la jueza fue tomada “inaudita parte”, es decir, sin que uno de los actores de la causa fuera escuchado en el expediente. Lombardo justificó la apelación con otros argumentos. “La jueza invadió el fuero que no le corresponde y creo que allí se ha excedido en su atribución, porque acá estamos hablando de la constitucionalidad de un decreto”, dijo. La presión sobre la magistrada también llegará por otra vía, según admitió el propio Lombardo. “El Consejo de la Magistratura le tomará declaraciones a la jueza para ver realmente por qué razón actuó en un fuero que no le corresponde”, dijo.
Desde la vereda sindical se oyeron quejas. “El Ejecutivo tiene derecho de apelar, pero no forma parte de las reglas de juego la presión sobre la jueza ya que muestra una falta de respeto a la separación de los poderes. Además, no vi la misma reacción cuando la misma jueza declaró la inconstitucionalidad de dos decretos de Menem que disponían la rebaja de las asignaciones familiares”, señaló el abogado de la CGT rebelde, Héctor Recalde, uno de los promotores de la embestida judicial.

 

 

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