El
jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, salió a marcar el límite
de disidencia que admitirá el Gobierno en la oposición interna
al decreto de la reforma previsional. Colombo aceptó que el ex
vicepresidente Carlos Chacho Alvarez haya calificado como
inoportuno el decreto, pero que no cree que desde el Frepaso
se genere un movimiento para intentar derogarlo. En su apoyo salió
la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, quien
defendió las medidas de necesidad y urgencia firmadas por el presidente
Fernando de la Rúa porque el país necesita determinadas
transformaciones.
La semana pasada, un grupo de diputados del Frepaso creó una comisión
para impulsar la derogación del decreto de reforma previsional
que tanto irrita a la fuerza, en especial en lo que se refiere a la modificación
de la edad jubilatoria de las mujeres y la eliminación de la PBU.
Ni lerdos ni perezosos, los diputados peronistas aprovecharon para subirse
a la ola opositora y tomaron el rechazo a la reforma como bandera.
En la Rosada, entonces, surgió la inquietud ante la posibilidad
de que los legisladores del Frepaso y del peronismo se unieran en un frente
opositor contra el Gobierno. En una reunión con sus ministros,
De la Rúa planteó que aceptaba la libertad de pensamiento,
pero no que los aliados del Frepaso unieran fuerzas con la oposición.
Hay que tener en cuenta que disentir no significa ruptura,
aclaró ayer Colombo. Una cosa es pensar que era inoportuno
y que hay algo en el decreto que podría haber sido diferente, y
otra cosa muy distinta es generar un movimiento para derogar un decreto,
agregó.
Hasta ahora, las señales que recibió el Gobierno desde el
Frepaso parecieron indicar que el partido de Alvarez seguirá una
línea de marcada oposición al decreto que modificó
el sistema jubilatorio, pero que no sostendrá la formación
de una comisión junto al peronismo. A lo sumo, la entente quedará
restringida al grupo de frepasistas rebeldes que desde hace tiempo vienen
diferenciándose de la mayoría de las iniciativas del Ejecutivo.
Con todo, hasta marzo, cuando comenzarán las sesiones ordinarias
del Congreso y se tratará la reforma, el Gobierno seguirá
pendiente de cómo se mueven las posiciones en torno al decreto.
El jefe de Gabinete se mostró seguro de que el decreto no
va a generar ningún conflicto serio en la Alianza. Y, aunque
hizo la salvedad de que no sabía si estaba de acuerdo con la reforma
previsional, las declaraciones de Fernández Meijide fueron en la
dirección marcada por las palabras de Colombo. Hay una diferencia
entre hacer decretos de necesidad y urgencia, aun teniendo el Congreso
a favor como hacía el gobierno anterior, y lo que significa tener
la urgencia y la necesidad de hacerlo porque se cree que el país
necesita determinadas transformaciones, y encima se tiene el Legislativo
en contra, explicó la ministra, tentando un juego de palabras.
El decreto ya salió, yo no tengo que manejar nada, lo que
hay que ver son los distintos matices dentro del Frepaso, que van
desde Alvarez hasta los diputados que intentan cambiar puntos del decreto.
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