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REACCION POR LOS DICHOS DE RUCKAUF SOBRE LA RUPTURA DEL OFICIALISMO
En la Alianza no piensan en el divorcio

Bastó que Carlos Ruckauf anunciara la muerte de la Alianza para que tanto de la UCR como del Frepaso se levantaran voces en defensa de la coalición. Chrystian Colombo, Rodolfo Terragno, Graciela Fernández Meijide y Eduardo Sigal respondieron que fue una expresión de deseo de la oposición.

Por Eduardo Tagliaferro

Luego de autocandidatearse como el próximo presidente de los argentinos para el 2003, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, instaló el debate en el punto más sensible para sus adversarios electorales: la existencia de la Alianza. Su afirmación de que “la Alianza había muerto el día que Carlos “Chacho” Alvarez renunció a la vicepresidencia” generó la lógica respuesta de los aliancistas. “Para que la Alianza muera, falta mucho”, le respondió el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Más allá del enfrentamiento verbal entre peronistas y aliancistas, discutiendo sobre las innegables contradicciones de la coalición gobernante, Ruckauf inició una típica campaña negativa.
“La Alianza está muerta, aunque a sus dirigentes les cuesta admitirlo. Hasta que no lo admitan, les va a costar solucionar la situación propia y la de los argentinos”, afirmó Ruckauf, haciendo hincapié en las contradicciones de la coalición sobre el decreto presidencial que reforma el sistema jubilatorio. El bonaerense comparó las disidencias de los frepasistas con respecto a las modificaciones del sistema previsional con la renuncia de Chacho a la vicepresidencia cuando no compartió los cambios de gabinete implementados por Fernando de la Rúa, el pasado 6 de octubre.
En la misma línea que Ruckauf, el ex gobernador bonaerense y derrotado candidato presidencial por el peronismo, Eduardo Duhalde, afirmó que “a la Alianza le pasa lo que al modelo económico: está agotado y lo quieren resucitar”. “Es como resucitar a Frankenstein”, opinó Duhalde, emparentando lo monstruoso del modelo impulsado por Carlos Menem con el que lleva adelante Fernando de la Rúa.
Desde las veredas de la coalición, Rodolfo Terragno reconoció que “la UCR y el Frepaso están actuando todavía de manera incoordinada”. Para Terragno, uno de los cinco miembros del núcleo fundacional de la Alianza, las dificultades entre las dos principales fuerzas aliadas no responden a responsabilidades del Gobierno nacional sino a que “la Alianza no se ha institucionalizado, no hay autoridades, no hay una conducción formal y no se federalizó su estructura”.
Luego de la renuncia de Alvarez, cuando el silencio del líder frentista hacía presumir que su paso al costado era el comienzo de la ruptura de la coalición gobernante, desde distintas voces del radicalismo se reclamó la “institucionalización de la Alianza”. El ministro del Interior, Federico Storani, fue uno de los que reclamó un órgano de conducción que contenga no sólo a Chacho sino también al titular del radicalismo, Raúl Alfonsín. Ni de parte del Gobierno ni de los frentistas hubo una respuesta formal al reclamo de Storani. “Fue un error de un sector del Gobierno haber pensado que la institucionalización de la Alianza podría recortar el margen de maniobra del Presidente”, dijo Terragno, en alusión a la indiferencia con la que el Gobierno recibió la propuesta de Storani.
“El gobernador bonaerense no critica al Gobierno nacional. Cuestiona a la Alianza porque quiere fracturar el acuerdo entre la UCR y el Frepaso”, opinó Graciela Fernández Meijide. Para desmentir las declaraciones de Ruckauf, Fernández Meijide comentó que “el Frepaso tiene 19 intendencias, entre ellas Rosario con Hermes Binner y la Ciudad de Buenos Aires con Aníbal Ibarra”.
Una de las estrellas del gabinete, su jefe, Chrystian Colombo, señaló a modo de respuesta que “de ninguna manera la coalición murió. Tener una opinión diferente (sobre el tema previsional) no va a generar la ruptura de la Alianza”.
Desde el Frepaso, el senador provincial, Eduardo Sigal, señaló que “debemos tomar los dichos de Ruckauf más como una expresión de sus deseos que como algo serio”. A la hora de responder los dichos del gobernador, tanto Fernández Meijide como Sigal pusieron el centro en la gestión del bonaerense. “Cuando el gobernador pidió a los legisladores de la Alianza la autorización para endeudar al Estado provincial en 1600 millones de pesos, no parecía estar hablando con un muerto”, reseñó Sigal. Si bien es cierto que a partir de los dichos de Ruckauf el debate gira en torno de la existencia o no de la Alianza, no es menos real que el discurso del bonaerense logra unificar a los socios de la coalición. No por nada la Alianza se definió por la oposición al peronismo, en su momento para frenar la reelección de Carlos Menem.

El futuro, según sus protagonistas

Por Federico Storani (ministro del Interior)
“Optimista por naturaleza”
Soy optimista por naturaleza y nunca bajo los brazos ante las dificultades que se nos presentan. El año pasado me tocó anunciar públicamente la renuncia de Chacho Alvarez a la vicepresidencia de la Nación y transmitir la tristeza del Presidente y de quienes lo acompañamos en el gabinete. No fue fácil, pero estoy convencido de que la crisis fue superada. Todos hicimos grandes esfuerzos para reacomodarnos. Y no fueron en vano: se sumaron importantes figuras del Frepaso a distintas áreas del Gobierno y continuamos el trabajo conjunto. Es permanente la consulta con los legisladores de la Alianza en el Congreso e incluso, en lo que atañe a mi área, durante todo el año 2000 trabajamos con los equipos de Alvarez en el proyecto de Reforma Política.
No me sorprenden algunos comentarios que escucho y que, por otra parte, no son nuevos. Desde su gestación, la Alianza sufrió los embates de distintos agoreros que fracasaron en sus crónicas anticipadas de una muerte que no fue. No nos engañemos. Siempre hubo quienes apostaron a dañar a esta fuerza política, pues para ellos no es más que un obstáculo, especialmente cuando comienzan a verse los frutos del esfuerzo de un año de Gobierno. Esos que vaticinaban que la Alianza se iba a romper, se han llevado una desilusión porque no se ha roto.
Es positivo que se acerquen propuestas al Gobierno, como lo ha hecho Alvarez con el presidente de la Nación. En nuestro país, con una democracia cada vez más madura, debemos procurar un funcionamiento similar al de otros gobiernos de coalición, como el de Francia, donde los partidos que los integran pueden proponer temas, analizarlos y oficiar de vanguardia para las acciones que quiere desarrollar el propio gobierno.
Hoy está claramente consolidada la figura del Presidente. Se ha concluido un año con mayor optimismo por el reaseguro del denominado blindaje, pero también por una gran cantidad de medidas que se han tomado y que van en la dirección de producir una reactivación, aprovechando la oportunidad que brinda ese reaseguro.
Por eso, en esta nueva etapa, los integrantes de los partidos que constituyen la Alianza podemos allanar el camino y tratar con responsabilidad los temas más conflictivos. Con una sola condición: hacerlo con la voluntad de construir y enriquecer las propuestas del Gobierno.
El año que acaba de comenzar será mucho mejor. Para ello, no alcanza con el esfuerzo realizado. Todos los dirigentes, no sólo los de la Alianza, debemos seguir trabajando en conjunto y alimentar la esperanza y la expectativa que se han generado. No dejemos que nos gane la desesperanza de aquellos a los que no les interesa el bien común, aunque pregonen lo contrario.

Aníbal Ibarra (Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires):
“Los muertos que vos matáis”
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, pretende proyectar sus deseos a la realidad, lo cual en política no resulta demasiado aconsejable. Pero se olvida de que las discusiones, la polémica enriquecedora o la confrontación sobre diferentes puntos de vista sobre una cuestión no sólo no nos asustan sino que forman parte del desafío que plantea la vida política de una coalición, sin que impliquen necesariamente crisis o rupturas y mucho menos extinciones como las que vaticina el gobernador bonaerense.
El éxito o el fracaso de la Alianza va a estar marcado por algo tan concreto como son los resultados en la acción de gobierno más que por la discusión de hechos puntuales. En todo caso, Ruckauf podría fijarse en las profundas diferencias y peleas que hay en el seno del Partido Justicialista en lugar de decretar muertes anticipadas y ajenas. Habría que responderle como los clásicos: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.

Alfredo Bravo (diputado nacional Partido Socialista Democrático):
“La UCR y una cúpula”
La Alianza ha dejado de existir desde el momento en que dos de sus principales protagonistas, Carlos “Chacho” Alvarez y Rodolfo Terragno, se retiraron de ella. Y cuando un tercero, el doctor Raúl Alfonsín, hizo una voluntariosa expresión acerca de qué lindo sería no pagar la deuda externa durante dos años, Machinea le contestó que hablar de eso hacía daño y el Presidente le dijo que de eso no se habla. ¿Dónde está la libertad de expresión y la posibilidad de debatir ideas? Desde el punto de vista fundacional, la Alianza ha dejado de tener vigencia. Además dejó de existir porque este Gobierno no es de coalición: sigue decidiendo por sí cosas que deberían ser debatidas dentro de la coalición. Y cuando la Alianza presenta disidencias sobre algún aspecto, el Gobierno lo resuelve todo por medio de un decreto de necesidad y urgencia. Segundo, la coalición ha desconocido totalmente el programa electoral que fue elaborado y consensuado durante un año y medio en el Instituto Programático de la Alianza. Allí, durante un año y medio, se debatieron todos los escenarios posibles y luego se llegó a un acuerdo. Ese fue el programa electoral que presentamos a los electores, al pueblo.
En la Alianza siempre se desechó la posibilidad del Teorema de Baglini, al igual que el modelo económico neoliberal, que se sigue aplicando. Por todo esto, no veo razón para hablar de una Alianza que hoy sólo está contenida por los representantes de la Unión Cívica Radical y una cúpula frepasista que no presenta hasta ahora un discurso coherente.

 

 

 

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