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PROPONEN QUE EMPLEADOS DE EDUCACION PASEN A LA POLICIA FEDERAL
Unas comisarías muy bien educadas

El secretario de Modernización del Estado, Marcos Makón, anunció que personal de Educación podría desarrollar tareas administrativas en la Federal. El ministro Juri dijo que desconoce esa alternativa.

Por Santiago Rodríguez

Educación es el ministerio elegido por el Gobierno para empezar a ensayar la reforma del Estado. Así lo anunció el secretario de Modernización del Estado, Marcos Makón, quien dijo que “en diez días” comenzará una reestructuración de esa cartera para transformarla en un “organismo rector en planificación y evaluación educativa” y avanzó al punto de adelantar que “podría ser” que algunos de sus empleados sean transferidos a la Policía Federal. A pesar de haber estado ayer a la mañana con Makón conversando del tema, el ministro Hugo Juri aseguró a Página/12 que del pase de su gente a las filas policiales “no escuché nada” y relativizó el impacto de la reforma sobre la competencia de su cartera. Detrás de la reestructuración aparece el temor de unos y el auspicio de otros de que el ministerio termine por vaciarse de contenido y pierda sentido mantenerlo dentro del organigrama nacional.
El miedo de los que sostienen que Educación no debe desaparecer radica en la sospecha de que después de la reforma –que es apenas un capítulo de una reestructuración general del Estado– se intentará avanzar en la provincialización de las universidades nacionales. La desconfianza tiene razón de ser: hace un tiempo el jefe de Asesores de Economía, Pablo Gerchunoff, le preguntó a Juri cuán complicado y conflictivo sería deshacerse de las casas de altos estudios y transferirlas a las provincias.
El asunto no pasó de aquella pregunta, pero muchos tienen el recuerdo del traspaso de las escuelas secundarias y terciarias a las provincias a fines del ‘91: entonces, el ministro de Educación, Antonio Salonia, se enteró de la transferencia al ver que había sido incluida por el titular de Hacienda de la época, Domingo Cavallo, en una carta de intención con el Fondo Monetario Internacional.
“Las universidades –destacó el ministro de Educación– fueron pensadas y creadas como nacionales y si se provincializaran, habría que repetir carreras en todas las provincias porque no todas se dictan en todos los lugares. Por ejemplo, en la Patagonia habría muchos paleontólogos, pero no médicos.”
Juri fue terminante en cuanto a su posición frente a la idea de provincializar las universidades y advirtió que “no constituiría una eficiente utilización de los recursos”. Aun así, una mera comparación entre lo que fueron sus declaraciones sobre la reforma en esa cartera y las que realizó Makón permitiría inferir que no todas las decisiones pasan por Educación.
“En ningún caso se plantea despido del personal. Si se determina que sobra, hay otros organismos que requieren de personal”, comentó Makón por la mañana y precisó que un destino “podría ser” la Policía Federal. Afirmó, incluso, que “éste es un tema que se viene conversando desde hace tiempo” y que una de las políticas para “mejorar la seguridad es que la mayor cantidad de policías esté en la calle y que tareas administrativas en las comisarías no las realice personal uniformado”.
“De eso no escuché nada”, sostuvo Juri por la tarde, aun cuando horas antes había estado con Makón. Y la reunión había sido precisamente para analizar los alcances de una reforma, que –según el secretario de Modernización del Estado– servirá para “fortalecer las capacidades de planificación y supervisión” de la cartera educativa.
Juri dijo no poder “asegurar si después de la reforma va a quedar más o menos gente” en Educación, pero dio alguna que otra pista: adelantó que se buscará armar “una estructura más ágil que la que el ministerio tuvo por años cuando tenía las escuelas bajo su dependencia” y evaluó que “así como nosotros podemos necesitar personal de otros organismos, imagino que puede que haya gente en la cartera que sea más útil en otras áreas”.
En la planta permanente de Educación quedaron unas 1100 personas a partir de la reducción de personal que se realizó el año pasado e incluyó la fusión de dependencias, retiros voluntarios y no renovación dedeterminados contratos. Como resultado de esa reingeniería la masa salarial de la planta estable bajó de 32 a 24 millones de pesos y se redujo de 72 a 45 millones el gasto en contrataciones.
La etapa que viene será para adecuar la estructura a “los roles básicos del ministerio: el diseño de políticas compensatorias para las provincias más atrasadas, la evaluación de la enseñanza y la mejora de la calidad educativa”. Eso dijo Juri.

 

 

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