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El barco nuclear, cerca de las costas argentinas

El �Pacific Swan� fue sobrevolado por la Armada próximo a la zona de exclusión. Un barco de Greenpeace irá a su encuentro.

El barco lleva 80 toneladas de residuos radiactivos, la mayor carga transportada.
Ayer fue avistado por la Armada a la altura de la ciudad de Rawson.

El buque de bandera británica “Pacific Swan”, que lleva a bordo 80 toneladas de residuos radiactivos de alta peligrosidad, dejó ayer de ser un fantasma y fue avistado por un avión de la Armada a la altura de la ciudad de Rawson, Chubut, “en proximidades del límite de la Zona Económica Exclusiva” argentina de 200 millas, confirmó el Comando de Operaciones Navales. Dos aviones, uno de la Armada y otro de la Prefectura Naval Argentina, acompañaron a la nave, cuya inquietante carga fue considerada “un verdadero Chernobyl flotante” por Juan Carlos Villalonga, coordinador de la Campaña de Energía de la organización ecologista Greenpeace. La entidad no gubernamental contrató un barco que llegará hoy al puerto de Ushuaia y que partirá en las próximas horas hacia la zona del Cabo de Hornos, con el propósito de realizar una acción de protesta en el área por donde se presume que pasará el “Pacific Swan”, que seguía con rumbo sur, hacia su destino final en Japón.
La Armada, por medio de un escueto comunicado, informó anoche que un avión B-200 de la fuerza “sobrevoló la nave” extranjera muy cerca del límite de las 200 millas exclusivas. El barco fue visto en horas de la tarde y luego continuó el seguimiento con intervención de aviones P3 Orion de la Armada y Casa 212 de la Prefectura. El monitoreo continuará mientras la nave se encuentre en las proximidades de la costa argentina. Versiones procedentes de Puerto Belgrano señalaron la posibilidad de que –dada la posición y dirección actuales, muy cerca del límite de las 200 millas– el “Pacific Swan” tenga el propósito de entrar al Cabo de Hornos navegando entre las islas Malvinas y el continente, lo que aumentaría la posibilidad de que ingrese a la zona de exclusividad argentina.
Al margen de las protestas de Greenpeace y de la medida cautelar contra las empresas responsables del material radiactivo solicitada la semana anterior por el fiscal federal de Bahía Blanca Hugo Cañón, la jueza María Cristina Carrión, del fuero en lo Contencioso Administrativo Federal, desestimó un pedido tendiente a lograr la prohibición judicial de la aproximación del barco al territorio argentino. Carrión estimó que la Justicia “no puede constituirse en autoridad de aplicación del control de las fronteras ni sustituir competencias específicas de otros poderes del Estado”, desestimando el recurso promovido por el abogado Carlos José Díaz, quien había citado el artículo 41 de la Constitución Nacional que contempla ese tipo de prohibición.
Antes de que se difundiera el comunicado de la Armada Argentina, su par de Chile había anticipado la localización del barco a unas 650 millas de Comodoro Rivadavia. Así lo informó el capitán de navío Hugo Barra, jefe de Relaciones Públicas de la Armada chilena. Según el oficial, el “Pacific Swan” estaba ayer por la tarde “en jurisdicción de Argentina”. Estimó que el viernes llegará a la zona chilena en el Cabo de Hornos.
La Armada chilena supervisará el paso del buque británico por medio del remolcador “Leucotón”, que lo escoltará “mientras se encuentre en aguas con responsabilidad de Chile”, precisó Barra. Un periplo similar es el que planea realizar la nave contratada por Greenpeace, similar al “Leucotón”, que buscará aproximarse a la nave británica para “poder decirles en la cara que no pueden pasar por estas aguas con un cargamento de semejante peligrosidad”, dijo a Página/12 Emiliano Ezcurra, de Greenpeace. Para la entidad, el buque es “un Chernobyl flotante” ya que lleva una carga equivalente a 96 millones de curies de radiactividad. El accidente de Chernobyl liberó al medio ambiente una cifra que osciló entre los 50 y los 185 millones de curies, según estimó Greenpeace.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) minimizó el peligro, aun en el supuesto de que el barco tuviera un accidente. La jueza Carrión había pedido informes al gobierno sobre el peligro que podría significar el paso de la nave, pero finalmente desestimó la posibilidad de una prohibición. De todas formas, en coincidencia con el fiscal Eduardo Irigoyen, consideró que el paso del “Pacific Swan” podría comprometer lasalud de “gran parte de la población” y afectar el medio ambiente, pero se limitó a dar intervención al defensor del Pueblo, Eduardo Mondino.
El “Pacific Swan” zarpó de Francia el 19 de diciembre, y luego anunció que su ruta pasaría por el Cabo de Hornos, ya que Panamá prohíbe el uso del canal para el traslado de material radiactivo. “Si los gobiernos no se ponen firmes, se está abriendo el camino hacia un intenso tránsito de residuos nucleares y plutonio”, advirtió Juan Carlos Villalonga.

 


 

LOS PASAJEROS DEBIERON SER EVACUADOS EN EZEIZA
Un avión de Lloyd con un ala quebrada

El piloto había anunciado el inminente despegue. El Boeing 727 de la compañía Lloyd Aéreo Boliviano, con destino a Santa Cruz de la Sierra, se disponía a ubicarse en la cabecera de la pista del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, para iniciar el carreteo final, antes de tomar altura. Pero la operación no pudo concretarse. El tren de aterrizaje izquierdo del avión se rompió y al inclinarse sobre ese lado, una de las alas de la nave se quebró. Un violento sacudón estremeció a los 131 pasajeros y 8 tripulantes. El pánico se esparció entre los asientos. Como en las películas, se abrieron las puertas de emergencia, se inflaron los toboganes y se evacuó la nave. Como se había desparramado combustible, los Bomberos rociaron al avión con espuma, para evitar incendios. El accidente, que interrumpió el tráfico aéreo en la terminal poco más de 10 minutos, no ocasionó heridos de gravedad. La Junta de Investigaciones de Accidentes de la Fuerza Aérea analiza las causas del siniestro.
Al menos cuatro argentinos, que se dirigían a México de vacaciones, viajaban en el Boeing 727 averiado. El accidente ocurrió a las 17.20 de ayer, en la pista 1/1 del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y afectó al vuelo 932, con destino a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Según informó un vocero de Aeropuertos Argentina 2000, entre los pasajeros hubo sólo un lesionado, un hombre que tuvo un esguince. Una mujer, en tanto, sufrió un ataque de asma, por la tensión y los nervios generados por la traumática situación. “Todos recibieron chequeos médicos de rutina en el mismo aeropuerto”, agregó la fuente.
“Evidentemente hubo una falla técnica”, evaluó ante Página/12 un vocero de la Fuerza Aérea. La Junta de Investigaciones de Accidentes del organismo intervino inmediatamente para estudiar las causas de la ruptura del tren de aterrizaje. Como consecuencia del accidente, el tráfico aéreo en la terminal quedó interrumpido durante 11 minutos hasta que se habilitó la otra pista. “Afortunadamente no hubo fuego, posiblemente porque el avión iba a muy baja velocidad”, señaló una fuente de Fuerza Aérea. En el operativo de evacuación participó además, personal de Policía Aeronáutica, el SAME y Fuerza Aérea.
Anoche se esperaba el arribo desde la ciudad boliviana de Cochabamba de otro avión de la misma empresa para embarcar a los pasajeros evacuados. Sin embargo, fuentes de Lloyd Aéreo Boliviano reconocieron que habían empezado a devolver el equipaje a los viajeros que no querían volar al país vecino con la misma compañía.

 

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