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EE.UU. ADVIRTIO DEL PELIGRO QUIMICO EN KOSOVO
La OTAN supo y no hizo nada

La escalada de bajas de posguerra por leucemia pone contra las cuerdas a la OTAN, en el caso del uranio empobrecido.

Oficiales portugueses toman muestras de radioactividad cerca del lago Radoniq en Kosovo, ayer.

Los gobiernos de la Unión Europea (UE) pudieron considerar que no había nada peor que la revelación la semana pasada que 50 de sus soldados podrían haber muerto de leucemia a causa del uranio empobrecido utilizado en las guerras balcánicas de Bosnia y Kosovo. Pero ayer surgió un dato aún más desprestigiante: esos mismos gobiernos habrían estado perfectamente conscientes de los peligros que aguardaban a sus tropas de paz. El New York Times difundió un informe del Pentágono fechado el 1º de julio de 1999 (inmediatamente después de la guerra de Kosovo) donde se advierte sobre el “posible peligro” de intoxicación química en los vehículos donde impactó munición con uranio empobrecido. La OTAN, sin embargo, intenta minimizar el riesgo y rechazó ayer la propuesta ítalo-alemana de declarar una moratoria contra el uso de la munición. Sólo accedió a la creación de un “mecanismo de seguimiento” para el intercambio de datos sobre el tema. Pero la Comisión Europea de la UE fue más lejos y ordenó que un equipo de expertos investigue el peligro en Bosnia y Kosovo.
Es cierto que por ahora la comunidad científica respalda parcialmente la posición atlantista. La causa de muerte entre los soldados europeos ha sido leucemia, mal que requeriría de dos a diez años para desarrollarse. “Es poco probable que se vean muchos casos uno o dos años después de haber estado expuesto a la radiación”, enfatizó Eric Wright, experto británico en leucemia inducida por radiación. Wright admitió, por otra parte, que nunca se estudió el tema: “No conozco ninguna investigación radiobiológica sobre el uranio empobrecido”. La Organización Mundial de Salud (OMS) –a la que el “procónsul” de la ONU en Kosovo, Bernard Kouchner, pidió ayer que participe de las investigaciones en la provincia– calificó de “improbable” el vínculo del uranio empobrecido con la leucemia. Si bien hay un “riesgo teórico” de que cause cáncer de pulmón y en los huesos, no tendría relación con la enfermedad que mató a 50 tropas de paz europeas.
Esta era la base científica para la conclusión ayer de la Comisión Política de la OTAN de que no había pruebas de una relación “causa-efecto” entre el uranio empobrecido y la leucemia. El gobierno de Italia, que ya sufrió seis muertos entre las fuerzas que desplegó en Kosovo, había presionado para que se declare una moratoria en el uso de esa munición, con vistas a su eventual abolición. El gobierno roji-verde alemán apoyó su posición. Pero fuentes diplomáticas estimaron ayer que la decisión formal de la OTAN sólo permitirá la formación de un organismo para coordinar la investigación entre los gobiernos miembros.
Sin embargo, el gradualismo atlantista está siendo superado por los hechos. Ayer la misma fuerza de la OTAN en Bosnia (SFOR) admitió encontrar radiactividad en tres proyectiles de uranio empobrecido recuperados en Sarajevo. Más temprano, el italiano Romano Prodi, titular de la Comisión Europea, ignoró la opinión del Consejo de Política y Seguridad (COPS) de la UE –que recomendaba dejar la investigación a la OTAN– y ordenó el despliegue de un equipo de expertos, que presentaría un informe el mes que viene. Esto coincidiría con la publicación del informe final de la ONU sobre los 112 sitios en Kosovo donde se disparó la munición. Las conclusiones preliminares de esta investigación fueron las que revelaron radiactividad en ocho lugares donde se utilizó uranio empobrecido.
Muchos gobiernos europeos, sin embargo, no están dispuestos a aguardar plácidamente que los organismos multilaterales terminen sus trabajos. Ya todos los ministros de Defensa de la UE, incluyendo el renuente Geoff Hoon en Gran Bretaña, ordenaron examinar a sus tropas de paz para determinar si padecen de cáncer. Otros fueron más lejos. Grecia, por ejemplo, ordenó ayer eliminar su arsenal naval de 5.000 misiles armados con uranio empobrecido. El gobierno portugués, cuya armada también posee estos misiles, recalcó nerviosamente que “cualquier medida de ese tipo debe ser tomada en el seno de la OTAN y no unilateralmente por los países miembros”. Pero la creciente lista de “bajas” europeas parece estaragotando la paciencia de los gobiernos que deben afrontar la responsabilidad.

 

Claves

Ayer se profundizó el escándalo por el posible vínculo entre el uso de la munición con uranio empobrecido en las guerras de Bosnia y Kosovo y las 50 muertes por leucemia de las tropas de paz europeas desplegadas allí.
Se reveló que en 1999 el Pentágono advirtió sobre el “posible peligro” de los restos del metal en Kosovo. Su informe aclaraba que el riesgo no era radiactivo.
La OTAN se aferró a esta distinción para insistir ayer en que no había una relación “causa–efecto” y negarse a suspender el uso de la munición. Eso no impidió que Grecia lo eliminara unilateralmente de su arsenal.
Los informes de la ONU y la Unión Europea sobre el tema saldrán en febrero.

 

Una entrega voluntaria en La Haya

Biljana Plavsic, la ex presidenta de la República Serbia de Bosnia (foto), y colega de dos acusados de crímenes de guerra, Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic, voló voluntariamente a La Haya ayer para hablar con los funcionarios del Tribunal de Crímenes de Guerra. No ha sido acusada públicamente, pero dice que quiere saber si figura en una lista secreta. Si es así, les dijo a amigos, aceptará ser juzgada. El Tribunal Internacional Criminal de Yugoslavia comenzó a hacer acusaciones secretas hace dos años, en parte para facilitar el arresto de sospechosos. Plavsic, de 70 años, era llamada la Dama de Hierro de la República Serbia de Bosnia por su oposición al entonces presidente serbio, Slobodan Milosevic, a quien públicamente desairó cuando él introdujo las sanciones en 1994 para presionar a los serbio-bosnios para lograr la paz. En 1997 abandonó el ultranacionalista Partido Democrático Serbio, estableció el Partido de la Alianza del Pueblo serbio y pidió apoyo a Occidente para su ataque anticorrupción. La movida llevó a una remoción de los funcionarios de la línea dura del gobierno y a la elección por el parlamento serbio-bosnio del moderado Milorad Dodik como primer ministro de la República Serbia. La red se está ajustando alrededor de los altos personajes serbio-bosnios, ahora que Milosevic fue derrocado y no pueden confiar en un santuario en Serbia. Momcilo Krajisnik, otro colega de tiempo de guerra, fue arrestado y llevado a La Haya hace unos pocos meses, acusado de genocidio.

 

OPINION
Por Carlos O. Suárez

Una alarma argentina

En abril de 1999 presenté en la sede de la Sociedad Argentina de Escritores el Informe “La OTAN contra Yugoslavia”, señalando: “(...) Aun más allá de las consecuencias políticas, económicas y sociales que la devastación de Yugoslavia está provocando en el país agredido, pero también en las naciones limítrofes, se va acentuando a diario una derivación que las intervencionistas tratan de ocultar celosamente: la catástrofe ambiental. De la misma forma que en Irak, donde tras la guerra del Golfo se produjeron una serie de daños detallados por el Centro de Acción Internacional –uno de sus integrantes es el ex secretario de Justicia de Estados Unidos, Ramsey Clark– en el libro Metal of Dishonor (Metal de la deshonra) se documenta el genocidio de americanos nativos e iraquíes por efecto de la radiación. Sobre el particular se expresa:
“El público en general, tanto en el Reino Unido como en Yugoslavia, ignora que las balas de 30 mm que están siendo disparadas por aviones antitanque A-10 y probablemente todos los misiles de crucero Tomahawk en esta acción contienen uranio reducido (Depleted Uranium DU)... Cuando las bombas de DU explosionan, el óxido de uranio se convierte en partículas de entre 0,5 y 5 micras. Estas pueden ser llevadas por el aire varios cientos de millas o permanecer suspendidas electrostáticamente en la atmósfera. La vida media del uranio es de 109 años, por lo que no se deteriora. Una “partícula caliente” de este material DU en los pulmones equivale a unos rayos X en el pecho por hora de vida. (...) Se dice que el uso sin precedentes de misiles Crucero con inserciones de DU en Yugoslavia tendrá el mismo efecto que el desastre de Chernobyl y de Mile Island.”
Esa y otras denuncias no merecieron la más mínima atención de la llamada “gran prensa” ni de la legión de “analistas” dedicados a fundamentar las razones del intervencionismo “democrático” en el país balcánico. Ahora se publica que existen casos de leucemia entre los soldados y oficiales de la OTAN destacados en Kosovo, alertándose acerca del peligro potencial para los efectivos argentinos enviados por el régimen menemista a participar de la aventura invasora contra una nación soberana.
Resulta necesario difundir las características y objetivos de la intervención de la OTAN y sus socios menores para alertar al pueblo argentino sobre las consecuencias que para nuestro país y la humanidad arrojan las políticas imperiales a escala mundial.

 

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