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Un pedazo de Boca
vuelve al trabajo
Suplentes y juveniles, mayoritariamente, se reintegran hoy. El viernes, sin Palermo, arranca el resto rumbo a Tandil y la pretemporada.

Una buena parte del plantel profesional de Boca comienza hoy la pretemporada con vistas al exigente calendario de este año. El resto de los jugadores recién se reintegrará el viernes próximo. El grupo de jugadores que realizará tareas físicas desde las 9 en Casa Amarilla trabajará con Alfredo Altieri, puesto que Bianchi, Ischia, Santella y Veglio se reincorporarán recién el viernes, junto con el resto de los futbolistas. Así, hoy se reencontrarán, además de los hermanos Gustavo y Guillermo Barros Schelotto, los siguientes jugadores: Mauro Astrada, Ariel Páez, Gastón Díaz, Joel Barbosa, Juan Forchetti, Alex Da Silva, Clemente Rodríguez, Gustavo Pinto, Julio Marchant, Matías Arce, Diego Cepeda, César La Paglia, Omar Pérez, Leonardo Verón, Esteban González, Fernando Pandolfi, Julio Alcorcé, Marcelo Alvarez, Adrián Guillermo, Hernán Medina, José Pereda y Esteban Herrera.
En este grupo figuran varios juveniles seleccionados por Bianchi, que serán la base del equipo que afrontará los primeros partidos de los torneos de verano, ya que el cuerpo técnico pretende evitar que se repitan las lesiones, como ocurrió el año pasado. En tanto, el viernes se acoplarán Córdoba, Abbondancieri, Ibarra, Bermúdez, Matellán, Serna, Traverso, Riquelme, Delgado y Barijho, quienes viajarán al mediodía a Tandil junto al resto de la delegación. Por su parte, el goleador Martín Palermo –actualmente en Punta del Este, Uruguay– recibió un permiso especial para sumarse a la pretemporada el domingo próximo en La Posada de los Pájaros tandileña.
En otro orden, resta definir aún la situación del arquero Muñoz, quien sería devuelto por Los Andes donde está a préstamo, y de Alfredo Moreno, quien sería cedido al Necaxa de México. Battaglia y Andrizzi, en tanto, continuarán recuperándose de sus respectivas lesiones en Tandil, mientras que el juvenil marcador lateral Méndez lo hará en Buenos Aires. Los que no estarán en el inicio de la temporada futbolística boquense serán José María Calvo, Nicolás Burdisso, Christian Giménez y Wilfredo Caballero, afectados al Seleccionado Sub-20 que jugará el torneo Sudamericano en Ecuador, que comienza el viernes próximo. Respecto de la programación futbolística para la temporada de verano, Boca participará en tres torneos que se jugarán en las provincias de Mendoza, Córdoba y Mar del Plata. Debuta el 16 de enero en Mar del Plata contra San Lorenzo.

 

OPINION
Por Gustavo Veiga

Y la pelota sigue picando...

Las muertes, a menudo, disparan frases de circunstancia. Para condolerse, creemos, no hay mejor expresión que el silencio. O acaso, el aplauso cerrado que se le tributa a quien dio todo por un ideal, por los demás o por la vida misma. En cualquier instante de la historia, una muerte que conjuga dos elementos se asemeja a un martirio: si la persona fallecida es joven y si su deceso se da en condiciones desgraciadas o violentas. Gabriel Riofrío tenía 23 años, cayó fulminado sobre el parquet de una cancha de básquet y se le atribuye haber percibido esa posibilidad trágica en una frase que le dijo a su madre pocos días antes del desenlace. “Yo me voy a morir en una cancha”, sentenció. Y, por desgracia, su vaticinio se cumplió.
Le habían detectado una miocardiopatía hipertrófica que significaba un diagnóstico que él se resistía a aceptar manso y tranquilo. Era natural. Amaba al básquet y no concebía la vida sin él. “No apto para la práctica de deportes competitivos, porque la práctica deportiva implica en su persona altos riesgos de enfermedad y/o riesgo de muerte”, dice el informe del Centro Medicina del Deporte que la Asociación Cordobesa de Básquet le mandó a realizar en junio del año pasado. El texto, lapidario, exime de más consideraciones.
Sin embargo, el jugador de Estudiantes de Bahía Blanca, vaya a saber por qué extraño salvoconducto o controles omitidos que le permitían salir a la cancha, siguió participando del juego, una pasión incontrolable que lo llevaría a su muerte. Resulta que hace unas horas caímos en la cuenta de que la Asociación de Clubes no exige un certificado de aptitud física y hasta comprobamos que delega esa tarea de prevención en sus entidades afiliadas. Pero la situación no concluye allí. Los equipos que compiten en la Liga Nacional no llevan médico cuando juegan de visitantes porque el presupuesto no alcanza. Y en las divisiones inferiores los controles escasean. Todo estas circunstancias, sumadas, ahora nos ocupan porque se murió Gabriel Riofrío. Asumimos la pereza. Pero se nos antojan terribles e indican una irresponsabilidad que no puede atribuirse a la falta de fondos, como algún dirigente comentó por ahí.
Que sepamos, al básquet se sigue jugando y hay fondos para ello. Como prosiguió siempre el fútbol después de la muerte que, para algunos personajes de pensamiento liviano, sería como aceptar que la vida continúa como si nada. Vale entonces preguntarse: ¿La pérdida de este joven deportista servirá para que alguien haga algo?

 

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