Por José
Natanson
La casualidad y el verano volvieron
a juntarlos. El lunes, Fernando de Santibañes y Enrique Coti
Nosiglia se encontraban descansando en la estancia del ex jefe de la SIDE
en San Martín de los Andes, cuando se enteraron de que Alberto
Flamarique estaba cerca. Lo invitaron a pescar truchas y conversaron juntos.
Pero el encuentro, al que todos coincidieron en darle un tono casual,
no pasó desapercibido en la Casa Rosada. Apenas se enteró,
Fernando de la Rúa decidió suspender la visita que tenía
agendada a la estancia del ex banquero. Con el gesto, el Presidente buscó
no irritar a Carlos Chacho Alvarez también de
descanso en el Sur reuniéndose con sus tres peores enemigos
dentro de la Alianza.
La estancia de Parque Diana está enclavada a orillas del Lago Meliquina,
a 30 kilómetros de San Martín de los Andes. Es un lugar
lindísimo, ideal para la pesca de truchas o las cabalgatas. Allí
descansaban dos viejos amigos De Santibañes y Nosiglia
cuando se enteraron de que Flamarique que había llegado junto
a su mujer, la diputada Cristina Zuccardi estaba de visita en la
provincia. Sin dudarlo, lo invitaron a sumarse a la tertulia.
Juntos, los tres salieron a pescar con mosca y a disfrutar del espléndido
paisaje patagónico. Flamarique cenó frente a la chimenea
y se quedó a pasar la noche en lo de De Santibañes, que
ayer lo llevó en su auto al aeropuerto de Chapelco, donde el ex
funcionario subió al avión que lo llevaría de vuelta
a Buenos Aires. Estuve con Coti por pura coincidencia,
dijo el ex ministro de Trabajo a los periodistas locales antes de salir.
Más allá del tono fortuito que todos insistieron en darle,
la reunión fue observada con cierta preocupación por algunos
funcionarios del Gobierno. A punto tal que De la Rúa, que tenía
previsto llegar ayer a la estancia de De Santibañes, decidió
a último momento suspender el viaje. No hubo ninguna aclaración
oficial sobre la decisión del Presidente. Sin embargo, los motivos
son transparentes y están vinculados a su relación con Chacho.
Pero para entender el enojo que el encuentro podría haber producido
hay que remontarse un poco en el tiempo.
El enfrentamiento entre Alvarez y Nosiglia es antiguo: Chacho siempre
lo acusó de antialiancista y sospechó de sus fluidos contactos
con el menemismo, a lo que el operador radical contraatacó con
una querella por calumnias. Se odian desde hace décadas.
Con De Santibañes, los cortocircuitos comenzaron por diferencias
ideológicas dentro del Gabinete. Se incrementaron cuando Chacho
sospechó que desde la SIDE se había montado una operación
de prensa en su contra. Y estallaron con el escándalo del Senado,
en el que el ex banquero fue uno de los funcionarios involucrados.
La relación con Flamarique se interrumpió en esos mismos
días. Chacho asegura que el mendocino, que fue su operador de máxima
confianza durante años, lo traicionó políticamente
al resistirse a renunciar en plena crisis por los sobornos. No se hablan
desde que Alvarez renunció a la vicepresidencia.
Para colmo, en el Frepaso están convencidos de que el desafortunado
recambio ministerial del 5 de octubre del año pasado fue digitado
por Nosiglia y De Santibañes, en colaboración con Antonio
de la Rúa y con la complicidad de Flamarique. Cerca de Alvarez
insisten en que fueron ellos los autores de la teoría de fortalecimiento
de la imagen presidencial que motivó el portazo de Chacho.
Los motivos de De la Rúa para evitar una reunión con los
tres archienemigos de Alvarez son, por lo tanto, bastante transparentes:
el Presidente buscó no irritar al jefe del Frepaso que, para colmo,
también se encuentra descansando con su familia en el Sur, en una
hostería de Villa La Angostura. Una reunión del Presidente
con los tres peores enemigos de Chacho y con el ex vicepresidente
a pocos kilómetros dedistancia se hubiera leído como
un gesto de desafío difícil de justificar.
Y eso es justamente lo que el Presidente está tratando de evitar.
Desde que Chacho renunció al cargo, De la Rúa encaró
un proceso de recomposición de la Alianza que incluyó la
incorporación de algunos frepasistas al Gobierno y que se coronó
con una reunión a solas con el jefe del Frepaso.
Ayer, por ejemplo, el secretario de Turismo, Hernán Lombardi, reveló
que De la Rúa le dio instrucciones para que aproveche la presencia
de Alvarez en la Patagonia para invitarlo a la inauguración de
obras de infraestructura en el Corredor de los Lagos.
EL
FREPASO REVE SU POSICION ANTE LA REFORMA PREVISIONAL
No era tanto como pensábamos
Por estos momentos, el Frepaso
revé su posición ante el decreto de reforma previsional
que tanto revuelo causó. Luego de reunirse con la ministra de Trabajo,
Patricia Bullrich, y de tener en sus manos el decreto, la diputada frepasista
Marcela Bordenave admitió que no era tanto como pensábamos,
aunque reiteró que lo mejor sería derogarlo. El jefe de
los diputados aliancistas, Darío Alessandro, anticipó que
antes de tomar cualquier decisión hay que discutir la posición
en nuestro bloque. Bullrich le aseguró a Bordenave que algunas
exigencias del Frepaso fueron tenidas en cuenta en el decreto. Por ejemplo,
la continuidad del sistema de reparto o cómo se atenuó la
reducción de la PBU. Bordenave salió un poco más
conforme pero no convencida. No fue la única persona con la que
Bullrich se reunió para quitar dudas. El martes se encontró
Raúl Alfonsín para responder sus preguntas. La ministra
le recalcó algunos aspectos que en el Gobierno consideran progresistas
de la reforma, como la garantía de una remuneración mínima
a los mayores de 70 años que nunca aportaron.
Una de las intrigas que persisten en el Frepaso es cuál será
la directiva que bajará Alvarez, más allá de la libertad
de acción que prometió a sus diputados. Ayer, cerca del
ex vice planteaban una serie de cuestiones con respecto a la posición
del Frepaso frente a la reforma:
La inconveniencia de que el
Frepaso se una al PJ contra el decreto.
Qué significa que el
PJ consiga un triunfo con la derogación.
La incidencia que podría
tener la medida en el escenario económico.
La oportunidad de anunciar
la derogación en marzo cuando se supone que comenzarán a
vislumbrarse signos de reactivación. Y si el Frepaso no corre el
riesgo de quedar como el culpable de un nuevo retroceso económico.
Es decir, en este momento la posición de Alvarez y sus colaboradores
es más cercana a bajar los decibeles. Pero para la reanudación
de las sesiones en el Congreso falta mucho y en el Frepaso no tienen apuro.
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