Fue el primer día del resto de su proceso. Ayer el ex dictador
Augusto Pinochet finalmente comenzó a realizarse los exámenes
que ordenó el juez chileno Juan Guzmán como preludio a su
interrogatorio y procesamiento formal. Los exámenes tienen lugar
en el Hospital Militar y otras clínicas, y durarán hasta
el sábado. Pinochet había decidido ignorar el consejo de
su defensa, de que no se presentara, luego de que el ejército y
sus aliados políticos le advirtieran que se quedaría aislado.
Resolvió así postergar el desafío hasta el lunes,
cuando Guzmán aseguró que le realizará el interrogatorio
esté o no el resultado de los exámenes. Pero la Corte Suprema
barrió ayer una de las bases de la estrategia pinochetista cuando
votó abrumadoramente en contra de la impugnación a Guzmán
por parcialidad que pidió la defensa. Eso no impidió
que el jefe de la defensa, Pablo Rodríguez Grez, asegurara que
el lunes podría llegar a pedir la postergación de
la indagatoria si se esperaba los resultados. Las bravatas de Rodríguez
no lograban ocultar que su estrategia judicial había sufrido una
fuerte derrota cuando a las 7 de la mañana Pinochet ascendió
lentamente las escalinatas del Hospital Militar en Santiago. De las promesas
de desafío e impugnación de la semana pasada se pasó
a un dócil acatamiento de las disposiciones del juez Guzmán.
El examen de ayer consistió esencialmente en extraer muestras de
sangre y orina, que luego fueron llevados a otra clínica (posiblemente
la de la Universidad de Chile) para ser examinadas. El momento clave se
desplaza así hacia adelante, hasta que se realicen los exámenes
neurológicos y psicológicos que, espera la defensa, probarán
que el ex dictador no está en condiciones de someterse a juicio.
Según el doctor Archibaldo Donoso, de la Universidad de Chile,
esos chequeos se centrarán en su capacidad de memoria, de
razonamiento, de resolver problemas. Todo esto se examinaría
utilizando medios bastante simples, con lápiz y papel: pruebas
de aprendizaje de palabras, mostrarle escenas para que las interprete.
De todos modos, Guzmán aclaró ayer que la justicia chilena
no permitía eximir a alguien por razones humanitarias
como las que salvaron a Pinochet en Gran Bretaña. Para escapar
un proceso, el inculpado debe ser declarado loco o demente, subrayó.
SAN
PABLO INDEMNIZARA A VICTIMAS Habitado por 35 millones de personas, Sao Paulo es el estado más industrializado de Brasil. Su gobierno anunció ayer que indemnizará a los presos políticos del régimen militar. El gobierno estadual indemnizará a las personas que fueron detenidas bajo la acusación de participar en actividades políticas entre 1964 y 1979, las cuales estuvieron bajo la custodia de organismos de ese estado y sufrieron torturas que resultaron en secuelas físicas o psicológicas, o en la muerte. Las indemnizaciones se cifraron entre 3.900 y 39.000 reales (entre 2.000 y 20.000 dólares al cambio actual), informó la gobernación, que no adelantó estimativas sobre el número de personas que podrían acogerse a la medida. El régimen militar brasileño se extendió entre 1964 y 1985. Las violaciones a los derechos humanos fueron investigadas en 2000 por una Comisión del Congreso. |
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