Por Eduardo Fabregat
desde Río Gallegos

Cumplida la segunda fecha de Argentina en Vivo 2, en el equipo de producción del ciclo gratuito abundaban las sonrisas. Sobraban las razones: el sábado 6, Divididos completó su show bajo un cielo amenazante que recién descargó el aguacero al día siguiente. El miércoles, cuando Los Ratones Paranoicos comenzaban a darle marcha a “Ceremonia”, cuarto tema de una lista de quince, el omnipresente viento de Río Gallegos se detuvo como por arte de magia, y ya no volvió. Dos horas después del show, sobre la capital de Santa Cruz diluviaba. Será difícil que semejante buena suerte acompañe a todo el festival propulsado por la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación, pero el arranque resultó auspicioso.
A la hora del diluvio, en tanto, en un pub pool del centro de Río Gallegos podía apreciarse una extraña imagen. Roy, Sarcófago, Fabián Quintiero y Nicolás Cota confraternizaban con integrantes de la producción y gente de prensa; los fans pugnaban por ocupar el boliche y acercarse a los músicos. ¿Y Juanse? Juanse, líder natural de los Ratones y star por elección aun en un lugar tan alejado de todo glamour rockero, no despegaba la vista de una pantalla en la que se veía a... Juanse. Juanse en el escenario montado en el Paseo Costanero, sin remera, trepando a las estructuras tubulares, arengando a algo más de dos mil personas que le pusieron el cuerpo al frío. El músico exigió ver la filmación realizada por la empresa satelital Sky y Canal 7 (se verá el próximo martes a las 22), directamente de una cámara durante la cena y en gran pantalla en el after hours. Y su grado de excitación hablaba a las claras de sus impresiones sobre el show.
El show de los Ratones, en la que podría denominarse la capital del viento patagónico, tuvo el sabor de lo que sucede muy de vez en cuando. En los últimos tiempos, la gente de Gallegos (una ciudad con 85 mil habitantes, que se reducen a 65 mil en el receso de verano) tuvieron a La Mona Jiménez y a Ráfaga, por ejemplo, pero poco para conformar al paladar rockero: apenas un show de Pappo a comienzos de diciembre. Por eso los pibes que se amontonaban adelante se esmeraron en el pogo de “Enlace”, “Ya morí” y “Rock del gato”, y por eso se renovó el fervor del coro para el doblete de “Rock del pedazo” y “Vicio”. El orgullo local había sido cubierto por La Mami Rock and Roll Band, un grupo que edita una revistita “que no es un fanzine, porque ni fans tenemos”.
Esos detalles terminan de pintar la significación del show de Argentina en Vivo 2 en Gallegos, Patagonia por donde se lo mire y escasas posibilidades de esparcimiento. Cerca de la ría, cerca de ese lugar donde se montó el escenario que, por magnitud nomás, se ganó la tapa de todos los diarios galleguinos, un maxiquiosco dice tener el record de cervezas vendidas en todo el sur argentino. El dato es difícil de comprobar, pero sirve para sostener que aun en el sur olvidado el rock y su mística tienen una llama ardiendo. Esa llama y los fuegos de “Juana de Arco” sirvieron para el eufórico final en el que Juanse hizo su número de treparse a la estructura y terminó de arengar a un público que había detenido el viento. “Traigan a los Redondos, che”, gritó un pibe cuando el show ya era recuerdo. Por suerte Juanse ya estaba con la atención en la pantalla.

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