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Polémica en el mundo científico
por el primer mono transgénico

El anuncio del nacimiento de ANDi �un mono con un gen de medusa incluido� desató un debate sobre hasta dónde experimentar.

ANDi nació en octubre, pero acaba de ser presentado en sociedad.
Sus creadores explican que no harán personas genéticamente modificadas.

Por James Meek *
Desde Londres

Los investigadores de Estados Unidos que hicieron posible el nacimiento de ANDi, el primer mono con un gen insertado de otra especie, no están buscando hacer personas modificadas genéticamente (GM). Están tratando de crear monos transgénicos que copien perfectamente las enfermedades humanas para poder así encontrar cura para ellas. Pero los monos rhesus y los humanos son tan similares –pertenecen al orden de los primates– que el éxito de la modificación del gen es una evidencia convincente que funcionaría. “No estamos interesados en usar esta técnica en los humanos”, dijo Anthony Chan, del Centro de Investigaciones de Primates de Oregon, donde ANDi nació el 2 de octubre. “No encontramos ninguna razón para hacerlo. Pero creo que provocará muchas discusiones.” De todas formas, la alarma comenzó ayer en torno a dónde apuntan los futuros experimentos.
La perspectiva de los seres humanos genéticamente modificados se acercó más a la realidad con el anuncio de que científicos habían implantado por primera vez un gen extraño en un mono, una especie relacionada muy de cerca con el hombre. ANDi –el nombre surge de las siglas del ADN– lleva un gen de medusa; si tiene descendencia, también llevará el gen. “Podríamos de la misma manera introducir, por ejemplo, un gen de Alzheimer, para acelerar el desarrollo de una vacuna para esa enfermedad”, dijo Gerald Schatten, el colega del doctor Chan. “Estamos en un momento extraordinario en la historia de los humanos.”
La fácil disponibilidad de los ratones transgénicos produjo un gran aumento en el número de los experimentos en animales en Gran Bretaña. “La experimentación en primates es particularmente problemática porque están más cerca nuestro, porque sabemos que es más probable que sufran igual que nosotros”, dijo Sue Mayer, de GeneWatch, Reino Unido.
Para crear a ANDi, que probablemente sea patentado, el equipo de Oregon tomó 224 óvulos de mono y usó un virus modificado para portar el gen de la medusa dentro de cada uno. Unas pocas horas después, los óvulos fueron fertilizados con esperma de mono. Un poco más de la mitad se desarrolló en embriones y los científicos implantaron 40 de éstos en 20 monas. Sólo tres de los fetos monos sobrevivieron, y el gen de la medusa fue detectado en uno sólo de ellos, bautizado ANDi. Aun en ANDi, el gen no parece estar produciendo el químico que debiera, ya que las raíces del pelo del mono y las uñas de sus pies no brillan bajo la luz fluorescente. Dos monos que nacieron muertos, sin embargo, brillaron.
Sin embargo, los científicos señalan que ANDi no representa la primera evidencia de que los óvulos de los primates pueden desarrollarse normalmente después de una manipulación genética. “Poniendo la ética de lado, el proyecto podría haber sido más fácil de lograr en los humanos, para quienes la tecnología IVF está mucho más avanzada”, escribió Science.
Dave King, un militante del Reino Unido contra la ingeniería genética humana, dijo ayer: “Esto es otro paso más en la resbaladiza pendiente para diseñar bebés... Es la ciencia fuera de control, y es de lo más irresponsable”. Si una técnica más confiable para silenciar y reemplazar los genes de primates elegidos pudiera desarrollarse, sin el enorme gasto de óvulos que hay involucrados, algunos médicos sostienen que a las parejas humanas que portan enfermedades hereditarias se les podría ofrecer la oportunidad de tener bebés modificados genéticamente. “Todo recae en el debate anticlonación, los Niños de Brasil, pero creo que debemos soslayar eso”, dijo Simon Fishel, jefe de la clínica IVF en Park Hospital, Nottingham, Inglaterra. “Hemos estado luchando durante cientos de miles de años para eliminar enfermedades humanas. Si llegamos a la etapa en el desarrollo en que la única manera de hacer eso es atacar los errores de nuestro proyecto, entonces tenemos que intentarlo.”
Dominic Wells, un profesor de biología transgénica en el Imperial College de Londres, dijo del trabajo de ANDi: “Este tipo de tecnología estaría totalmente prohibido en los humanos por el riesgo de dañar losgenes”. Pero ése no siempre podría ser el caso, continuó. “Por el momento, la mayoría de nosotros se oculta detrás del hecho que no podríamos conducir este tipo de técnicas con cierta seguridad. Si la tecnología llegara al punto en que se pudiera, donde hubiéramos eliminado muchos de los riesgos, entonces deberíamos tener que considerar cuidadosamente si es ético o no.” Agregó que el mundo estaba atrapado entre tratar de restringir la investigación que tendría enormes beneficios médicos, y correr el riesgo de que la tecnología transgénica caiga en manos inescrupulosas. “O bien nos arriesgamos a demorar importantes tecnologías médicas, o nos arriesgamos a entrar a un Mundo Feliz”, dijo.

* De The Guardian de Gran Bretaña especialmente para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


 

UN NUEVO SISTEMA INVESTIGADO POR ARGENTINOS
Alargar la vida del tomate

Tomates nunca blanditos. La fórmula podría ser promovida a partir de ahora por las mejores verdulerías de la urbe. Es que un grupo de científicos de la UBA ha descubierto un método económico para fabricar tomates preciosos y durables con sabor y olor idénticos a los originales. Contando y descartando enzimas y hormonas, el equipo de Adela Fraschini de la Cátedra de Bioquímica de Agronomía halló el modo de evitar que los tomates se degraden. El descubrimiento, dicen los expertos, logrará quitarles a los porteños la manía de descartar por día el veinte por ciento de los tomates expuestos en las verdulerías.
Los tomates podrán conservar la textura y firmeza de los cosechados, sin pérdidas de olores ni sabores a partir del descubrimiento del equipo de agrónomos. La aceleración en la maduración, después de la cosecha, es la responsable de grandes pérdidas económicas entre productores y vendedores. El grupo de científicos comenzó a estudiar el problema de la degradación de los tomates hace ocho años. En diálogo con Página/12, Adela Fraschini, titular de la cátedra, aseguró que la experiencia no consiguió ningún descubrimiento de enzimas sino el modo para abaratar el uso de inhibidores que retrasen la maduración del tomate. Esto es importante, dijo, especialmente para los productores que generalmente por cuestión de costos de tecnología prefieren perder sus productos antes que someterlos a intervenciones millonarias. El método reemplaza el uso de sustancias que hasta ahora se inyectan y será patentado por los científicos para poder, más tarde, comercializarlo.
Recién dentro de seis meses, Fraschini cree que la información se encontrará disponible para que los productores puedan incorporarla a la etapa de preproducción. En ese período deberán insertar al fruto inhibidores de etileno, la hormona usada por los frigoríficos para retrasar la maduración.
“Tradicionalmente se sostuvo que el ablandamiento era producto sólo de una enzima, la poligalacturonasa”, explicó Fraschini, quien considera que existen otras enzimas, tanto o más importantes que activan la degradación. “Nosotros creemos, en cambio, que la calidad del producto final depende más de la aplicación de la tecnología en la preproducción y no tanto después de la cosecha”, indicó Fraschini.

 

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