Por James Meek
*
Desde Londres
Los investigadores de Estados
Unidos que hicieron posible el nacimiento de ANDi, el primer mono con
un gen insertado de otra especie, no están buscando hacer personas
modificadas genéticamente (GM). Están tratando de crear
monos transgénicos que copien perfectamente las enfermedades humanas
para poder así encontrar cura para ellas. Pero los monos rhesus
y los humanos son tan similares pertenecen al orden de los primates
que el éxito de la modificación del gen es una evidencia
convincente que funcionaría. No estamos interesados en usar
esta técnica en los humanos, dijo Anthony Chan, del Centro
de Investigaciones de Primates de Oregon, donde ANDi nació el 2
de octubre. No encontramos ninguna razón para hacerlo. Pero
creo que provocará muchas discusiones. De todas formas, la
alarma comenzó ayer en torno a dónde apuntan los futuros
experimentos.
La perspectiva de los seres humanos genéticamente modificados se
acercó más a la realidad con el anuncio de que científicos
habían implantado por primera vez un gen extraño en un mono,
una especie relacionada muy de cerca con el hombre. ANDi el nombre
surge de las siglas del ADN lleva un gen de medusa; si tiene descendencia,
también llevará el gen. Podríamos de la misma
manera introducir, por ejemplo, un gen de Alzheimer, para acelerar el
desarrollo de una vacuna para esa enfermedad, dijo Gerald Schatten,
el colega del doctor Chan. Estamos en un momento extraordinario
en la historia de los humanos.
La fácil disponibilidad de los ratones transgénicos produjo
un gran aumento en el número de los experimentos en animales en
Gran Bretaña. La experimentación en primates es particularmente
problemática porque están más cerca nuestro, porque
sabemos que es más probable que sufran igual que nosotros,
dijo Sue Mayer, de GeneWatch, Reino Unido.
Para crear a ANDi, que probablemente sea patentado, el equipo de Oregon
tomó 224 óvulos de mono y usó un virus modificado
para portar el gen de la medusa dentro de cada uno. Unas pocas horas después,
los óvulos fueron fertilizados con esperma de mono. Un poco más
de la mitad se desarrolló en embriones y los científicos
implantaron 40 de éstos en 20 monas. Sólo tres de los fetos
monos sobrevivieron, y el gen de la medusa fue detectado en uno sólo
de ellos, bautizado ANDi. Aun en ANDi, el gen no parece estar produciendo
el químico que debiera, ya que las raíces del pelo del mono
y las uñas de sus pies no brillan bajo la luz fluorescente. Dos
monos que nacieron muertos, sin embargo, brillaron.
Sin embargo, los científicos señalan que ANDi no representa
la primera evidencia de que los óvulos de los primates pueden desarrollarse
normalmente después de una manipulación genética.
Poniendo la ética de lado, el proyecto podría haber
sido más fácil de lograr en los humanos, para quienes la
tecnología IVF está mucho más avanzada, escribió
Science.
Dave King, un militante del Reino Unido contra la ingeniería genética
humana, dijo ayer: Esto es otro paso más en la resbaladiza
pendiente para diseñar bebés... Es la ciencia fuera de control,
y es de lo más irresponsable. Si una técnica más
confiable para silenciar y reemplazar los genes de primates elegidos pudiera
desarrollarse, sin el enorme gasto de óvulos que hay involucrados,
algunos médicos sostienen que a las parejas humanas que portan
enfermedades hereditarias se les podría ofrecer la oportunidad
de tener bebés modificados genéticamente. Todo recae
en el debate anticlonación, los Niños de Brasil, pero creo
que debemos soslayar eso, dijo Simon Fishel, jefe de la clínica
IVF en Park Hospital, Nottingham, Inglaterra. Hemos estado luchando
durante cientos de miles de años para eliminar enfermedades humanas.
Si llegamos a la etapa en el desarrollo en que la única manera
de hacer eso es atacar los errores de nuestro proyecto, entonces tenemos
que intentarlo.
Dominic Wells, un profesor de biología transgénica en el
Imperial College de Londres, dijo del trabajo de ANDi: Este tipo
de tecnología estaría totalmente prohibido en los humanos
por el riesgo de dañar losgenes. Pero ése no siempre
podría ser el caso, continuó. Por el momento, la mayoría
de nosotros se oculta detrás del hecho que no podríamos
conducir este tipo de técnicas con cierta seguridad. Si la tecnología
llegara al punto en que se pudiera, donde hubiéramos eliminado
muchos de los riesgos, entonces deberíamos tener que considerar
cuidadosamente si es ético o no. Agregó que el mundo
estaba atrapado entre tratar de restringir la investigación que
tendría enormes beneficios médicos, y correr el riesgo de
que la tecnología transgénica caiga en manos inescrupulosas.
O bien nos arriesgamos a demorar importantes tecnologías
médicas, o nos arriesgamos a entrar a un Mundo Feliz, dijo.
* De The Guardian de Gran Bretaña especialmente para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
UN
NUEVO SISTEMA INVESTIGADO POR ARGENTINOS
Alargar la vida del tomate
Tomates nunca blanditos. La
fórmula podría ser promovida a partir de ahora por las mejores
verdulerías de la urbe. Es que un grupo de científicos de
la UBA ha descubierto un método económico para fabricar
tomates preciosos y durables con sabor y olor idénticos a los originales.
Contando y descartando enzimas y hormonas, el equipo de Adela Fraschini
de la Cátedra de Bioquímica de Agronomía halló
el modo de evitar que los tomates se degraden. El descubrimiento, dicen
los expertos, logrará quitarles a los porteños la manía
de descartar por día el veinte por ciento de los tomates expuestos
en las verdulerías.
Los tomates podrán conservar la textura y firmeza de los cosechados,
sin pérdidas de olores ni sabores a partir del descubrimiento del
equipo de agrónomos. La aceleración en la maduración,
después de la cosecha, es la responsable de grandes pérdidas
económicas entre productores y vendedores. El grupo de científicos
comenzó a estudiar el problema de la degradación de los
tomates hace ocho años. En diálogo con Página/12,
Adela Fraschini, titular de la cátedra, aseguró que la experiencia
no consiguió ningún descubrimiento de enzimas sino el modo
para abaratar el uso de inhibidores que retrasen la maduración
del tomate. Esto es importante, dijo, especialmente para los productores
que generalmente por cuestión de costos de tecnología prefieren
perder sus productos antes que someterlos a intervenciones millonarias.
El método reemplaza el uso de sustancias que hasta ahora se inyectan
y será patentado por los científicos para poder, más
tarde, comercializarlo.
Recién dentro de seis meses, Fraschini cree que la información
se encontrará disponible para que los productores puedan incorporarla
a la etapa de preproducción. En ese período deberán
insertar al fruto inhibidores de etileno, la hormona usada por los frigoríficos
para retrasar la maduración.
Tradicionalmente se sostuvo que el ablandamiento era producto sólo
de una enzima, la poligalacturonasa, explicó Fraschini, quien
considera que existen otras enzimas, tanto o más importantes que
activan la degradación. Nosotros creemos, en cambio, que
la calidad del producto final depende más de la aplicación
de la tecnología en la preproducción y no tanto después
de la cosecha, indicó Fraschini.
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