Mientras Diego Maradona dijo querer morirse cuando la guardia
financiera italiana lo retuvo a su llegada a Roma para notificarlo de
una investigación por evasión impositiva, el ministro italiano
de Finanzas, Ottaviano del Turco, le pidió que arregle sus cuentas
con el fisco y pague la deuda de unos 26 millones de dólares. En
un típico agitado día maradoniano, el astro llegó
una hora tarde a la presentación de unas monedas con su efigie,
aseguró que rompía para siempre con el Napoli,
acusó al hombre fuerte del club, Corrado Ferlaino, de traidor
y cuando le comentaron que Martín Palermo había sido vendido
al Villarreal, exclamó, con sorpresa: ¡No me jodan!.
Estaba escrito en letras grandes en mi contrato que el Napoli tenía
que pagar los impuestos de mi salario. Deberían ir y pedir a Ferlaino
que pague porque él estaba al frente del club cuando yo estaba
allí, aseguró Maradona, pero el ministro retrucó:
Si él dice que no tiene nada que ver y que debe pagar Ferlaino,
entonces que se haga dar ese dinero, pero que pague.
Maradona comentó su atribulada llegada a Roma: No fue un
día fácil para mí. Después de lo que ha sucedido
quería morirme. Toda noticia que llegaba a Argentina era como si
me fueran a fusilar en Italia. No fue así, la policía financiera
se comportó muy bien y éste es un asunto que debe arreglar
el Napoli, insistió el astro, que lucía su ahora habitual
cinta negra en el pelo, camiseta negra y pantalón gris.
Una cosa está clara y es que nosotros conocemos al sujeto
fiscal Diego Armando Maradona y que es el inscripto, dijo Del Turco,
quien distinguió el caso de Maradona del protagonizado por el tenor
Luciano Pavarotti, un contribuyente que ha cometido errores de buena
fe y que ha pagado.
Maradona se mostró dolido y extrañado por lo sucedido. Tengo
la espalda grande, hecha en la cancha añadió,
pero cada año que pasa se me hace más pequeña y me
duele más. Lo que me aconteció ayer podía haber ocurrido
cuando el pasado diciembre vine a Roma a recoger el premio de la FIFA.
Pero está visto que el poder está con el poder.
El abogado italiano de Maradona, Vincenzo Siniscalchi, dijo que su cliente
no corre ningún riesgo ni arriesga limitación a su
libertad personal. Según trascendió, el caso del presunto
fraude fiscal viene de 1992, cuando el ministerio envió un informe
fiscal a España, donde jugaba Maradona (en el Sevilla). En 1998,
cuando el jugador regresó por vez primera a Italia tras su salida
en 1991, la policía intentó notificar la denuncia. Se
abrirá un procedimiento y Maradona será escuchado. Estos
procesos son muy largos, indicó Siniscalchi.
Maradona pasó el día recluido en su hotel y recibió
a Giorgio Corbelli, el presidente del Napoli, pero lo dejó con
su representante, Guillermo Coppola. Después, atacó duramente
al otro accionista del club, Corrado Ferlaino. Me traicionó
por segunda vez y las traiciones no se perdonan. Lo recibí con
una cena, con mi familia, que no va a cenar ni siquiera con Clinton, por
el bien del Napoli. Hablamos de comprar a Palermo, a Saviola, pero me
tomó el pelo, como ha hecho otras veces.
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