Por Felipe Yapur
Tras varias idas y vueltas,
el Gobierno reformó el sistema previsional a través del
cuestionado decreto de necesidad y urgencia. Pero aún resta un
paso: la ratificación parlamentaria. Los últimos días
del 2000 sirvieron para que halcones y palomas del Frepaso, incluido su
líder Carlos Chacho Alvarez, anunciaran el rechazo
al decreto y la elaboración de una ley previsional. El PJ, presto,
aprovechó la dureza del socio menor de la Alianza y anunció
su coincidencia en la derogación del decreto. Pero el inicio de
conversaciones en la coalición gobernante por los comicios de octubre
moderaron la firmeza inicial del Frepaso. Este cambio de actitud desconcertó
a sus diputados rebeldes, que ven esfumarse el debate de una
nueva norma previsional al tiempo que intentan mantener su postura sin
beneficiar el oportunista juego opositor del peronismo. Por
ahora, todo indica que el decreto tiene más chances de ser aprobado
que rechazado.
Dos hechos demostraron a los rebeldes que se están desvaneciendo
las posibilidades de evitar la aprobación del decreto y, sobre
todo, de ofrecer una ley debatida en profundidad con los diferentes sectores
interesados en el tema: la reunión Raúl Alfonsín-Fernando
de la Rúa y las últimas declaraciones de Chacho Alvarez.
El cambio radical. El martes
pasado el titular de la UCR se encontró en Olivos con el Presidente
y le transmitió el respaldo del partido al decreto previsional.
Si bien le objetó el momento elegido para implementar la medida,
le reconoció las modificaciones realizadas al texto original, en
las que tuvo mucho que ver el legislador radical Eduardo Santín.
Esto les permitió a los rebeldes decir que los radicales están
alineados.
Entre los legisladores radicales hay varios, como el propio Santín,
que prefieren no hablar de alineamiento liso y llano. En todo caso, dicen
que si bien el decreto no es la vía más conveniente
para reformar el sistema jubilatorio, las modificaciones realizadas al
decreto lo acercan bastante al ideal. Diría que en un 95 por ciento.
La definición es de Santín, firmante de uno de los tantos
proyectos presentados en la Cámara baja, quien se preocupa por
aclarar que al regreso de la actividad legislativa y cuando se deba ratificar
el decreto seguramente se le harán algunas modificaciones
más. Este es el camino que seguirá el radicalismo y me parece
que gran parte del Frepaso.
El Frepaso se suaviza. Chacho
dijo primero que la reforma previsional, tal como la planteaba el radicalismo,
sería rechazada. Esto alegró a los diputados del Frepaso,
rebeldes y oficialistas por igual. Con los días, la intransigencia
inicial se fue suavizando, lo que desconcertó a más de un
legislador. El viernes, Alvarez desde la ciudad neuquina de Villa
La Angostura dijo: No creo que el Parlamento tenga que derogar
la reforma previsional. Pero creo que no hay que aceptar el aumento de
la edad jubilatoria de la mujer. Palabras más, palabras menos,
el máximo representante del Frepaso retrocedía con respecto
a su posición inicial generando una mala señal para los
legisladores frepasistas que pugnaban por derogar el decreto.
Entre los rebeldes se generó cierta desconfianza para con la conducción
del bloque, sobre todo en el apoyo que brindarán a la comisión
parlamentaria propiciada por el Frepaso, desde donde se pretende encontrar
el consenso necesario para rechazar el decreto y promover una nueva ley.
Temo que lo que se busque sea diluir la discusión entre aprobar
o no el decreto y se deje de lado el fondo de la cuestión,
advirtió Ramón Torres Molina, que rechaza la flexibilización
de la posición frepasista por necesidades electorales: No
cambiamos principios por una banca.
En la misma línea se inscribe Jorge Giles, quien destacó
la arremetida del Gobierno para desarmar el frente opositor,
que se le hace evidente cuando desde el Gobierno afirman que derogar el
decreto es hacerle el juego al PJ. No es así, dijo
Giles. Nuestra actitud busca no hacerle el juego al FMI. Un dato
que daría cuenta de que la Alianza está desfalleciente sería
la insistencia en este punto.
Los números necesarios.
Más allá de la comisión que promueven los diputados
del Frepaso los rebeldes aseguran que cuentan con varios colegas
del bloque, pero ninguno del radicalismo, lo real es que para rechazar
el decreto hacen falta 129 diputados. El cambio de actitud en las conducciones
de los partidos aliancistas disminuye seriamente la posibilidad de que
los legisladores oficialistas puedan hacerlo.
Hoy por hoy, los rebeldes son nueve. A éstos hay que sumarles los
tres socialistas democráticos (Alfredo Bravo, Jorge Rivas y Héctor
Polino) y la radical que trabaja con ellos, Elisa Carrió. Los rebeldes
juran que pueden contar con el acompañamiento de otros 15 colegas.
Número final: 28 diputados. Necesitarían dos más,
además de los 99 que aporta el PJ, para sesionar y con mayoría
simple derogar el decreto.
Es difícil afirmar que lo lograrán, ya que entre ellos mismos
hay diferencias de opiniones, ahora que Chacho suavizó su posición.
Un ejemplo es la reunión de Marcela Bordenave con la ministra de
Trabajo, Patricia Bullrich. Si bien la diputada asistió con la
venia de sus compañeros, el hecho de encontrarse demuestra y
a así lo reconocen algunos que las posiciones no son uniformes
ni tan intransigentes. También es importante tener en cuenta la
opinión de otro rebelde, Eduardo Macaluse: Si los cambios
son de fondo y favorecen a los jubilados, no veo por qué no modificar
el decreto.
La calma del justicialismo
Por F.Y.
En la vereda del bloque justicialista, la situación no
es tan complicada como en la de la Alianza. Los justicialistas sostienen
su rechazo al decreto, pero reconocen que no podrán juntar
el número necesario para derogarlo: Nosotros somos
99 y hacen falta 30 más para conseguir quórum. El
punto es que los rebeldes no juntan votos. Por su parte, el
presidente del bloque, Humberto Roggero, afirma que lo de Chacho
y su gente es puro marketing y que la única posición
coherente es la del PJ: Nos opusimos desde el primer momento,
solicitamos una sesión especial para su rechazo y además,
hemos presentado recursos ante la Justicia. El Frepaso se quedó
en el discurso.
Convencidos de lo difícil que será revertir el decreto,
parece que entre los diputados justicialistas no queda otra que
recurrir a las frases grandilocuentes, como la de Eduardo Camaño,
quien dice que el PJ va a rechazar este decreto impuesto por
los organismos internacionales a través de sus gerentes argentinos:
(Chrystian) Colombo y (José Luis) Machinea.
Puertas adentro, en el bloque opositor cuentan y cuentan los votos.
Dicen que el radicalismo no tendrá fisuras, un número
no estimado de frepasistas avalarán el decreto y los once
miembros del bloque de Acción por la República también
apoyan la iniciativa presidencial: Es un hecho que lo aprueban.
Esperemos que los jueces acepten nuestros recursos, confiesan.
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