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SHIMON PERES SE REUNIO AYER CON ARAFAT EN GAZA
Premios Nobel de la política

Ante el colapso del proceso de paz, Shimon Peres dialogó ayer con Arafat, con quien en 1993 compartió el Premio Nobel de la Paz.

Un palestino durante los
choques ayer con el Ejército israelí.
Se teme una ola de terrorismo durante las elecciones israelíes.

Pocos tienen fe ya en las negociaciones de paz israelo-palestinas. El mismo presidente norteamericano Bill Clinton admitió ayer que “no puedo permitirme mantener muchas esperanzas”. En realidad, si todavía existía optimismo, éste sólo podía depositarse en las negociaciones que se celebraron ayer en la franja de Gaza. Es cierto que éstas comenzaron anteayer y ese día no arrojaron ningún resultado positivo, más bien todo lo contrario. Pero ayer entraron a escena quizá los únicos actores que todavía pueden rescatar algún tipo de compromiso de las ruinas del proceso de paz. Premios Nobel de la Paz por su Acuerdo de Oslo en 1993, ayer el palestino Yasser Arafat y el israelí Shimon Peres se reunieron en Gaza a fin de intentar “sentar las bases para reanudar el proceso de paz”.
Hay que notar que Peres fue el primero en minimizar cualquier euforia que pudiera surgir por esta nueva dirección gerontocrática de las negociaciones. Si bien actualmente ocupa el cargo algo oximorónico de “ministro de Cooperación Regional”, Shimon Peres es quizá la figura israelí más respetada por los palestinos y ciertamente tiene mejor diálogo con ellos que el premier Ehud Barak. Peres estaba muy consciente de su importancia, y se había rehusado a participar de los encuentros del viernes luego de que se anunciara que Arafat no iría. Pero al mediodía de ayer las oficinas de ambos anunciaron que se celebraría una reunión entre ellos a las 7 de la tarde locales. “El presidente Arafat ha aceptado recibir a Peres y los otros negociadores”, informó un portavoz palestino.
Este encuentro buscaba antes que nada preservar el status quo. Peres hizo hincapié en que “el objetivo de esta reunión es asegurar que, durante este período de transición (entre el fin de mandato de Clinton el 20 de enero y las elecciones a premier en Israel el 6 de febrero), no habrá una ola de terrorismo”. Esto se refiere a la experiencia de 1996, cuando una serie de atentados en Israel impulsaron al derechista Benjamin Netanyahu al cargo de primer ministro. Habiendo fijado ese objetivo central, Peres agregó que también se intentaría “ver cómo llevar a cabo negociaciones para que lo que se logró no quede reducido a nada”.
Estas eran entonces las modestas consignas que dominaron el encuentro en la tarde de ayer en Erez, cuando Peres y Arafat se unieron a sus respectivas delegaciones que negociaban allí desde el viernes. Las señales que la precedieron no eran alentadoras. Uno de los principales negociadores palestinos, Saeb Erekat, afirmó públicamente que “yo no creo que haya ninguna posibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo antes del 20 de enero y el 6 de febrero”. El asesor de Arafat Nabil Abu Rudeina enfatizó que “las bases para reanudar el proceso de paz deben ser el respeto de las resoluciones 242 y 338 de la ONU (que exigen el retorno de todos los refugiados palestinos que huyeron de Israel tras 1948)”. Luego de que finalizara el encuentro, Abu Rudeina informó vagamente que las discusiones tocaron las “negociaciones sobre el estatuto final” y la “importancia de alcanzar un acuerdo sobre todos los asuntos”. Pero el único resultado concreto fue que los negociadores “aceptaron verse de nuevo en los próximos días”.
Sin embargo, la vaguedad de estas aspiraciones podría servir para ocultar que el objetivo central del encuentro es netamente electoralista. Más precisamente, lograr que Peres reemplace al premier Barak como candidato del laborismo en las elecciones del 6 de febrero. Actualmente hay una fuerte presión sobre Barak para que el “campo de la paz” sea representado por Peres en los comicios. El motivo es que los sondeos predicen que Barak será derrotado por casi 20 puntos por el ultra-halcón Ariel Sharon, pero que este último perdería por dos puntos si se presenta Peres. En particular, el Premio Nobel de la Paz tiene retiene una alta popularidad entre la población árabe-israelí, que detesta a Barak por la represión durante la intifada palestina. Y Arafat ciertamente tiene un claro interés en que su interlocutor después del 6 de febrero sea Peres y no Sharon. Interrogado ayer sobre sus posibles ambiciones electorales,Peres respondió juguetonamente que “déjenme primero que lea tranquilamente las encuestas y las disfrute”.

 


 

POLEMICA POR LA BUSQUEDA DE CADAVERES Y POR PINOCHET
Nadie cree a nadie en Chile

“Si esto resulta ser una mentira, Dios me libre del tremendo daño que se han hecho a sí mismas las Fuerzas Armadas en su credibilidad”. Las palabras del abogado chileno Nelson Caucoto abren una perspectiva (aún más) siniestra en Chile: que la información que los militares dieron para identificar a algunos de los 1200 desaparecidos durante la dictadura sea falsa. Ocurre que ayer concluyeron las excavaciones en Cuesta Barriga, donde supuestamente estaban los cadáveres de seis militantes comunistas asesinados en 1976, y no se encontró nada. Por otra parte, Hugo Gutiérrez, abogado querellante en el caso Pinochet, dudó ayer de las decisiones del juez Juan Guzmán, que anteayer resolvió postergar el interrogatorio a Pinochet para el martes 23. La querella le pidió a Guzmán que se retracte y vuelva a la fecha de mañana para la declaración indagatoria.
“Soy optimista. Sólo una declaratoria de locura podría librar a Pinochet de un juicio. Y sabemos que Pinochet no está loco”. Pero el optimismo de Gutiérrez parece más bien un autoconvencimiento de que todo va bien aunque los últimos fallos de Guzmán indiquen lo contrario, porque a renglón seguido dijo que la nueva postergación de la declaración indagatoria a Pinochet “es una exageración, que no se le brinda a los ciudadanos comunes”. Según Gutiérrez, esta postergación sólo servirá para que la defensa de Pinochet tenga más tiempo para interponer “todo tipo de recursos para evitar la diligencia”. Para los abogados del ex dictador, la cosa en realidad es muy dura: si Pinochet es interrogado mañana, como pide la querella, podría correr peligro de muerte. No, no es una broma, lo dijo el abogado Gustavo Collao.
Tampoco es una broma que el primer resultado práctico de los informes sobre el destino de los desaparecidos aportados el fin de semana pasado por las Fuerzas Armadas haya resultado un fiasco. Las excavaciones en Cuesta Barriga, en un camino abandonado entre Santiago y Valparaíso, terminaron cuando los peritos estimaron que, luego de haber logrado un pozo de dos metros de profundidad y de un diámetro mayor aún, se había llegado a la roca subterránea y no quedaba nada por buscar.
Las principales organizaciones chilenas de derechos humanos protagonizaron diversos actos en Santiago para reclamar Justicia. El principal de esos actos se realizó en el Cementerio General bajo el lema “Una flor para que Nunca Más”, frente al Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político, en cuya lápida están grabados los nombres de más de 2000 víctimas de la dictadura. Varios voceros de dichas organizaciones rechazaron la información aportada por los militares aduciendo que es parcial, que se refiere justamente a los casos en los cuales se pueden frenar procesos existentes, y que en definitiva es producto de una Mesa de Diálogo en la que las Fuerzas Armadas pidieron a cambio de la información alguna forma de absolución de los juicios contra algunos de sus miembros. Ahora encontraron otra razón para rechazarlos: que a lo mejor las informaciones no son exactas.

 

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