Por
Laura Vales
El
PAMI tiene, sólo Dios sabe desde hace cuánto, un Departamento
para la Atención de Asuntos Espirituales. No parece ser un lugar
muy conocido. Está ubicado en el edificio de Piedras y Avenida
de Mayo, sexto piso a la derecha, detrás de una puerta con un cartel
que dice PAMI - C.A.E. (Coordinación de Asuntos Espirituales)
y a un costado Toque timbre y espere. El cartel no tiene grandes
pretensiones, es apenas una hoja de papel impresa en computadora, que
alguien sujetó a la puerta con cuatro tiras de cinta adhesiva.
Pero en cambio el departamento parece que sí las tiene: allí
hay nombradas por lo menos cuatro personas, todas con altas categorías.
Como máxima autoridad del área figura un sacerdote católico,
Obdulio Malchiodi. Seguramente porque pocas cosas son gratis en esta vida,
Malchiodi cobra un sueldo. No está muy claro todavía si
de 2700 pesos, como dice el PAMI, o de mucho más, como sospechan
los gremios.
Este diario intentó ubicar al sacerdote el viernes, en sus oficinas.
Quería saber qué funciones cumple la Coordinación
de Asuntos Espirituales, y si el servicio por el que el PAMI le paga un
salario mantiene a varios empleados y le da un despacho propio es sólo
para católicos o cubre también los asuntos espirituales
de judíos, musulmanes, evangélicos, testigos de Jehová
o mormones. Pero Malchiodi no estaba y en toda la C.A.E había una
sola persona, una rubia madura de modales educados.
¿Podría informarme de qué se ocupan en esta
Coordinación? le preguntó Página/12.
La rubia dijo que no podría y agrandó los ojos como pidiendo
comprensión. Prometió comunicarse de inmediato con Malchiodi
y ponerlo al tanto de la inquietud, pero el jefe nunca respondió
el llamado.
El legajo de Malchiodi registra que entró a la obra social de los
jubilados en 1989, durante la gestión de Santiago de Estrada. Después,
Matilde Menéndez lo encumbró como interventor del PAMI-Formosa.
En 1996 su sucesor, el falso ingeniero Bramer Markovic, lo despidió.
Según el documento, con causa, aunque no se detalla
cuál. El cura estuvo poco tiempo alejado del PAMI: Víctor
Alderete lo volvió a convocar después de un breve receso,
en 1997. Se supone que en algún momento de esos largos once años
en funciones, a alguien se le ocurrió crear la oficina de asistencia
espiritual rentada por el Estado.
La permanencia, cargo y categoría del sacerdote dentro del PAMI
fue detectada y denunciada por Margarita Todesca, de ATE Nacional. En
la documentación a la que accedió la dirigente, Malchiodi
figura con un cargo J6, lo que a su criterio indica un salario
que puede llegar a los siete mil pesos. Sus subordinados,
vale decirlo, aparecen en lugares del escalafón no menos envidiables.
El caso no es una excepción, sostuvo Todesca. El gremio
está especialmente sensible por el anuncio de que habrá
inminentes despidos dentro del PAMI. Y salió a mostrar el ejemplo
de Malchiodi como una muestra de los compromisos políticos
que continúan. Todesca señaló, en esa línea,
que mientras se seguían pagando este tipo de sueldos, el
instituto despidió, en enero del año pasado, a 120 trabajadores.
Muchos de ellos ganaban 700 pesos por mes.
Aunque Malchiodi haya estado inubicable, el PAMI dio en su lugar una respuesta
oficial. Después de las averiguaciones pertinentes, un colaborador
del interventor Polak confirmó a este diario que efectivamente
integra la planta de personal del PAMI.
¿A qué se dedica la Coordinación de Asuntos
Espirituales?
A dar atención espiritual. A recorrer geriátricos,
por ejemplo, y a dar ayuda telefónica.
¿Para eso un sacerdote cobra un sueldo?
A nosotros también nos sorprendió.
¿Hay en esa coordinación representantes de otros cultos?
No.
¿Por qué la intervención lo mantuvo?
El interventor acaba de ordenar que se investigue el tema y se tomen
las medidas del caso. Esto se inscribe en la reducción de personal
que acaba de anunciar. Va a haber una investigación y quien no
tenga función y cobre un sueldo se tendrá que ir.
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