Treinta
segundos bastaron para desatar el pánico y la desolación
en Centroamérica, pero harán falta varios días para
conocer el resultado final. Hasta anoche, las autoridades de El Salvador
habían reportado 381 muertos, 1077 heridos y casi 1200 desaparecidos,
saldo parcial del terremoto de entre 7.6 y 7.9 puntos en la escala Richter
apenas dos puntos por debajo del máximo, con epicentro
en el océano Pacífico, que afectó poblados enteros
de ese país y se hizo sentir también en México, Honduras,
Nicaragua y Guatemala. La localidad más afectada fue La Colima,
en el departamento de Santa Tecla, virtualmente sepultada por tierra y
escombros. Mientras las brigadas de socorristas trabajaban en el rescate
de víctimas y los reportes se dificultaban porque las comunicaciones
estaban cortadas, el suelo salvadoreño volvió a temblar
ayer, con más de 500 réplicas del sacudón del sábado.
Desde distintos países del mundo se han montado operativos para
enviar ayuda al pueblo salvadoreño (ver aparte).
Con el recuerdo fresco del 10 de octubre de 1986, cuando un terremoto
similar dejó un saldo de más de 1400 muertos, El Salvador
volvió a ser escenario de la tragedia. El terremoto, que se originó
a las 11.34 del sábado a 110 kilómetros de la costa sudeste
del país, dejó a miles de personas sin vivienda. En la capital
salvadoreña, los afectados pasaron la noche a la intemperie. Niños
y ancianos descansaron sobre colchones acomodados en las veredas, mientras
que los jefes de familia y los más jóvenes se turnaron para
vigilar las pocas pertenencias que les quedaron y evitar saqueos. Calles,
edificios públicos, negocios y viviendas resultaron severamente
dañados en todo el país; 4 personas murieron en la basílica
de El Calvario al derrumbarse la cúpula y en Zacatecoluca, un micro
repleto quedó literalmente partido en dos por una lluvia de piedras.
En medio minuto, las 700 casas del poblado de La Colima, ubicado a 20
kilómetros de la capital salvadoreña, desaparecieron bajo
un alud de tierra. Hasta el momento, los socorristas que trabajan en el
lugar ubicaron 127 cadáveres, aunque una representante de la Fiscalía
General de El Salvador advirtió que las cifras aumentan dramáticamente,
a cada momento, ya que familias enteras de esa localidad quedaron
atrapadas bajo los escombros de sus viviendas. En las últimas horas
de ayer, el Cuerpo de Bomberos de Guatemala logró rescatar con
vida a un joven de 22 años. Pero, según la inspectora Claudia
Salazar, es casi nula la posibilidad de que haya más sobrevivientes,
por la increíble cantidad de tierra que cayó sobre las casas,
prácticamente aplastándolas. Para evitar un desenlace
similar, miembros de la Policía Nacional Civil dispusieron operativos
de evacuación en las colonias Pinares de Suiza y Nueva San Salvador.
Más de medio centenar de familias que vivían en esos pueblos
fueron trasladadas a albergues provisorios, montados por la alcaldía
municipal en las canchas de fútbol de la zona.
También en los países vecinos el temblor hizo sentir su
presencia. En Guatemala, donde el terremoto alcanzó los 5.8 puntos
en la escala Richter, se registraron 6 víctimas fatales: una niña
de dos meses y un hombre murieron aplastados en el departamento de Jutiapa,
en la frontera con El Salvador, mientras que otras cuatro personas murieron
en el departamento de Totonicapán, cuando el camión en el
que viajaban quedó sepultado por un derrumbe. En Nicaragua, un
nuevo temblor se registró ayer, como consecuencia del reacomodamiento
de las capas tectónicas desplazadas el sábado; en México,
mientras tanto, los edificios del Distrito Federal se sacudieron y se
registraron daños en la zona de Chiapas.
El vicepresidente salvadoreño, Oscar Quintanilla, señaló
que lo más necesario en este momento es el envío de
expertos y maquinarias para las tareas de rescate; además de material
hospitalario para curaciones.
Llega
ayuda internacional
La Cancillería argentina anunció que
enviará ayuda a El Salvador a través de una misión
de Cascos Blancos, aunque aún no definió cuándo
ni en qué forma se hará efectiva. En tanto, la Red
Solidaria recolectará medicinas, ropa y alimentos que se
enviarán a la zona afectada a través de Cáritas
El Salvador. La respuesta desde todo el mundo fue casi inmediata.
Después de la tragedia, varios países ofrecieron su
ayuda a través del envío de medicamentos, ropa, alimentos
y equipos médicos y de rescate. México mandó
brigadistas y aviones militares equipados con transmisores y elementos
médicos; Guatemala puso a sus grupos de rescate a trabajar
; Colombia y Ecuador dispusieron el envío de medicamentos
y víveres. Desde España partieron 75 bomberos y 25
perros adiestrados para la búsqueda de sobrevivientes.
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