Página/12
en Perú
Por
Carlos Noriega
Desde Lima
Mientras
en Lima algunos de los poderosos hombres de su gobierno comienzan a ser
detenidos y puestos ante la Justicia para explicar su participación
en la mafia que montó su asesor Vladimiro Montesinos y que controló
el país durante la década de los noventa, desde Tokio el
ex presidente Alberto Fujimori ha reiterado que no piensa volver al Perú
antes de las elecciones del próximo 8 de abril y mientras no se
retiren las acusaciones de corrupción en su contra. Primero
esperaré las elecciones, declaró Fujimori a la cadena
de televisión japonesa Asahi TV cuando se le preguntó sobre
la posible fecha de su regreso al Perú. El ex presidente no aclaró
en cuál candidato había depositado sus esperanzas para retornar
sin temor a las investigaciones por corrupción que se le siguen.
Las autoridades peruanas investigan las millonarias cuentas bancarias
que tendría el ex presidente. No puedo volver mientras
estos cargos sigan en pie, ha anunciado Fujimori desde Japón.
Demacrado, con la mirada abatida y refugiado en un silencio que no pudo
ocultar su nerviosismo, el ex comandante general del Ejército y
ex presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general José
Villanueva Ruesta, fue llevado a un penal para reos primarios, después
de haber estado quince días bajo arresto domiciliario en una de
sus residencias. Se le acusa de haber colaborado con la fuga de Vladimiro
Montesinos y por enriquecimiento ilícito. Con él fue encarcelado
el coronel Roberto Huamán Azcurra, quien fuera el brazo derecho
del prófugo Montesinos en el Servicio de Inteligencia Nacional(SIN).
En el penal los esperaba el abogado Javier Corrochano, arrestado un día
antes de la última Navidad, considerado una pieza clave en las
relaciones que Montesinos mantenía con el narcotráfico y
en la estructura que montó el ex asesor de Fujimori para extorsionar
a connotados prisioneros a cambio de una absolución judicial o
una sentencia benévola.
Pero ellos no son los únicos personajes con razones para preocuparse.
En estos días han comenzado a ser vistos los videos incautados
en la casa de Montesinos. Se comenta que un súbito terror se ha
apoderado de importantes personajes de la política peruana. Son
más de 700 cintas. Y en una de ellas, escogida al azar para comenzar
la revisión de este explosivo material fílmico, aparece,
según reveló a Página/12 una fuente ligada a las
investigaciones, el director del fujimorista diario Expreso, Eduardo Calmell
del Solar, recibiendo dos millones de dólares de manos de Montesinos
en los meses previos a la campaña electoral del 2000. En esa campaña,
Expreso apoyó abiertamente la candidatura de Fujimori y se dedicó
a intentar desprestigiar a los otros candidatos. Calmell del Solar está
impedido de salir del país y hoy tendrá que declarar ante
la fiscalía.
Otras personas ligadas a Montesinos, como su esposa e hija, la esposa
y el hijo mayor del general Villanueva, y los hijos del ahora fugado general
Víctor Malca, ex ministro de Defensa, están bajo detención
domiciliaria. También está con arresto domiciliario el general
Nicolás Hermoza Ríos, quien fuera máximo jefe de
las Fuerzas Armadas entre 1991 y 1998. Hermoza ha sido acusado por el
detenido narcotraficante Demetrio Chávez, conocido como Vaticano,
de haber participado en el cobro de cupos a los narcotraficantes que dirigía
Montesinos. Sobre Hermoza también pesan graves acusaciones de violaciones
a los derechos humanos. Por su parte, la comisión del Congreso
que investiga a la mafia montesinista ha pedido el levantamiento del secreto
bancario de más de 300 personas.
Comienzan a caer algunos peces gordos y también comienzan a hablar
algunos de los montesinistas. Villanueva acusa a Fujimori y el abogado
Javier Corrochano ya no clama su inocencia, ahora pide acogerse a la ley
de arrepentimiento, que le permitiría una condena reducida a cambio
de delatar a sus antiguos socios. Corrochano sabe mucho de la forma como
operaba esa mafia en el Poder Judicial y de sus vínculos con el
narcotráfico, por lo que su testimonio será clave para avanzar
en las investigaciones. Pero la tarea será larga. El procurador
del caso Montesinos, José Ugaz, afirma que se necesitarán
unos tres años para culminar esas investigaciones. Según
Ugaz hay muestras evidentes de que esa mafia continúa
operando. Una de esas muestras es la presencia del vocal Alejandro Rodríguez
Medrano como presidente de una de las salas penales del Poder Judicial.
Diversos testimonios coinciden en señalar que Rodríguez
era el hombre de Montesinos para manipular el Poder Judicial. En el Congreso
más de un parlamentario seguiría respondiendo a las órdenes
del prófugo ex asesor. La contraloría de la república
sigue en manos de Carmen Higaona, una de las personas más cercanas
a Fujimori. Y entre los candidatos presidenciales figura el ex ministro
de Economía, Carlos Boloña, muy cercano a Montesinos. Pero
sus posibilidades de ganar las elecciones parecen ser inexistentes.
Se comienza a avanzar en las investigaciones. Pero las dos cabezas principales
de la mafia, Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, siguen lejos de
la Justicia peruana
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