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La denuncia por coimas en el peaje vuelve a la ruta

La causa había sido archivada por Canicoba Corral, mientras que Carlos Liporaci procesó al denunciante por falso testimonio. La Cámara Federal revocó el último fallo y daría lugar al reinicio de la investigación.

Por Raúl Dellatorre

La Justicia podría volver sobre sus pasos y reabrir la causa en la que fueron denunciados el ex ministro de Obras y Servicios Públicas Roberto Dromi y los directivos de las mayores empresas constructoras del país por supuestos ilícitos cometidos en relación con la concesión de las rutas nacionales por peaje. La denuncia había sido archivada el año pasado por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, y el denunciante, Guillermo Laura, terminó procesado por falso testimonio por Carlos Liporaci. Un fallo de la Sala II de la Cámara Federal, sin embargo, revocó el procesamiento y ordenó el sorteo de un nuevo juzgado para investigar los hechos denunciados. Además, dispuso remitir los antecedentes de la causa archivada por Canicoba Corral al Consejo de la Magistratura, lo cual podría constituir el primer paso para su posterior juicio político. La denuncia de Laura señala –apoyada en testimonios de testigos e incluso grabaciones telefónicas a varios involucrados– que el ex ministro Dromi habría recibido “coimas” por cinco millones de pesos en una oportunidad y dos millones en otra, supuestamente pagados en el primer caso a cambio de la concesión de los corredores viales nacionales y en el segundo por la preadjudicación de los accesos a Buenos Aires.
La denuncia original había sido formulada por el ex concejal metropolitano por el partido Demócrata Roberto Azaretto, en su carácter de presidente de la Asociación Civil de Defensa del Usuario de los Servicios Públicos, en abril de 1999, quien ofreció a Laura como testigo. Los denunciados eran las empresas adjudicatarias de los corredores viales y se señalaban como principales responsables del presunto cohecho al ex ministro Dromi y los empresarios Eduardo Baglietto (Grupo Techint y titular de la Cámara Argentina de la Construcción) y Rodolfo Perales (empresa Perales–Aguiar).
Tras su declaración como testigo ante el juez Canicoba Corral (septiembre de 1999), Laura fue denunciado por falso testimonio ante el juzgado de Liporaci. Canicoba citó posteriormente a los empresarios y ex funcionarios involucrados por la denuncia: Aldo Benito Roggio, Sergio Einaudi (Techint), Oscar Vicente (SADE–Pérez Companc), Luis Freixas Pinto (Dycasa) y los ex funcionarios del área de Obras Públicas Mario Guaragna y Eduardo Mertechikian. Todos ellos, como cabía esperar, negaron la veracidad de los dichos de Laura. Sobre la base de tales testimonios, Canicoba decidió archivar la causa y Liporaci ordenó el procesamiento del denunciante.
Al considerar estos hechos, el fallo de la cámara, firmado por los magistrados Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Luraschi, señala que “si alguno (de los citados por Canicoba) hubiese admitido la existencia de irregularidades en relación con los hechos sobre los que se le preguntara, podrían haberse visto incursos en responsabilidad penal”, por lo cual juzga que “no parece adecuado darles la relevancia que les fuera otorgada (por el juez) en autos” para desacreditar la denuncia. Y con respecto a Liporaci, refiere que “de ningún modo debió subordinar su propio criterio ni pudo considerarse compelido a hacer suya” la valoración hecha por Canicoba.
Este último desestimó como prueba las transcripciones de conversaciones telefónicas grabadas por Laura, que él mismo había mantenido con empresarios que habrían participado o sido testigos del pago de las supuestas coimas. Lo propio hizo Liporaci. La cámara cuestionó ambas actitudes, considerando “como mínimo, discutible” que Canicoba no tomara en cuenta las grabaciones en la denuncia por coimas, y con respecto a Liporaci señala que “no cabe ninguna duda de que en modo alguno podrían ser dejadas de lado sin más” las conversaciones grabadas, dada su responsabilidad de evaluar la conducta de Laura como denunciante.
Por otra parte, el Tribunal de Alzada les imputa a ambos jueces intervinientes una “lectura sesgada” de pruebas y testimonios que habríallevado a la desacreditación de la denuncia y al procesamiento de Laura. Víctor Pellegrino Testoni, asesor de una de las empresas concesionarias, fue citado por Laura como quien le habría relatado en un almuerzo en el Jockey Club (junio de 1998) el hecho referido a “la coima de cinco millones de dólares que habrían aportado las empresas beneficiarias de los corredores viales”, supuestamente pagada por el empresario Rodolfo Perales al ex ministro Dromi. “A partir de la respuesta negativa dada por Testoni a una pregunta imprecisa referida a si él le había comentado a Laura alguna circunstancia vinculada a este hecho –refiere el Tribunal–, (el magistrado) llegó a la conclusión de que los dichos (de Laura) habían sido refutados en forma contundente”. La cámara rechaza esta conclusión y señala, en cambio, que “las constancias de la causa parecerían dar sustento a la versión de Laura”.
El Tribunal no sólo resolvió revocar el procesamiento y embargo dictado por Liporaci contra Guillermo Laura, sino que le ordena a aquél “remitir copia certificada de la declaración indagatoria y de la documentación aportada por Laura en esa oportunidad, del memorial presentado por la Defensa oficial del nombrado ante esta Alzada y de la presente resolución, al Consejo de la Magistratura, a los fines que ese órgano estime correspondan”. Esos fines no podrían ser otros que juzgar si tanto la conducta de Liporaci como la de Canicoba no serían pasibles de inicio de juicio político por mal desempeño.

 

 

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