Por
Carlos Rodríguez
Yo
sé que me van a matar, estoy convencido de que lo van a hacer.
Lejos de la imagen de hombre duro que supo forjar con sus legendarias
fugas de Devoto y del Departamento Central de la Policía Federal,
Luis Agustín Cabrera, 39 años, más conocido como
Tractorcito, le aseguró a Página/12 que tiene
miedo porque corre peligro de muerte en la cárcel de
Ezeiza, donde está preso, luego de haber denunciado casos de corrupción
dentro del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Sobre su mítica
fuga de la principal sede policial del país sostuvo que él
nunca fue ni el ideólogo ni el gestor y adjudicó
ese rol a los policías presos por el atentado a la AMIA
que, según sus dichos, no se fugaron para demostrarle al
juez (Juan José) Galeano que están haciendo buena letra.
Admitió que fue muy fácil salir por la puerta
principal de la Jefatura de Moreno 1550 porque ya estaba todo arreglado
por los presos de la AMIA; es mentira que le hayamos pegado a un sargento,
dijo en alusión al suboficial Sofío Godoy, quien está
procesado en la causa por haber facilitado la evasión.
A punto de ser padre por cuarta vez es el primer hijo con su segunda
mujer, Tractorcito le reclamó al juez de Ejecución
Adalberto Polti que disponga su traslado a una dependencia de Gendarmería
o de la Prefectura, criticó duramente al juez Alberto Baños
antes le había pedido disculpas públicas por su última
fuga, ante quien hizo las denuncias contra el SPF, y al tiempo que
confirmó que pagó 100 mil pesos a los guardias para fugarse
de Devoto, en el año 1998, y negó haber sobornado a alguien
para escaparse del Departamento Central. Si hubo soborno (se habla
de 260 mil pesos) lo pagaron otros, yo sólo me monté a una
fuga que estaba armada, dijo Cabrera en un reportaje telefónico
con este diario.
El detenido, acusado de ser miembro de la banda de Luis El Gordo
Valor él lo niega, denunció un atentado en prisión
y el juez Polti (ver nota aparte) admitió que el hecho pudo haber
ocurrido. De todos modos, el magistrado advirtió que no es
fácil resolver el traslado de un preso de máxima peligrosidad
que tiene antecedentes de fugas muy importantes.
¿Cómo, por qué y quiénes lo atacaron
en la cárcel?
Me atacaron en la celda. La unidad de Ezeiza tiene un sistema yanqui
mediante el cual las puertas se cierran por un mecanismo electrónico,
sin llaves. Nadie puede entrar ni salir sin que el encargado del pabellón
apriete el botón. Me fui a dormir a las 23. Yo duermo boca abajo.
A la madrugada se abrió la puerta de golpe, me esposaron, me durmieron
y me pusieron algo en los ojos. En el Juzgado Federal de Lomas de Zamora
constataron lesiones con pegamento. Vi a una de las personas que lo hizo,
lo describí en la causa, pero no sé cómo se llama.
En la fuga del Departamento Central se dijo que usted pagó
una coima de 260.000 pesos. ¿Eso es verdad?
Yo no pagué nada, la fuga estaba armada. Me llevaron de la
cárcel de Batán al Palacio de Tribunales para hacer la denuncia
contra el SPF ante el juez Baños. El lunes siguiente a la fuga
(fue en la madrugada del domingo 17 de setiembre de 2000), tenía
que volver a Batán y estuve sólo unos días en el
Departamento Central.
¿Y entonces: quién organizó la fuga?
Yo me encuentro con los tres ex policías del caso AMIA (Diego
Barreda, único procesado por la fuga, Bautista Huici y Mario Bareiro).
Los conocía porque me habían detenido en el año 1993
en una causa en la que después fui sobreseído. Ellos estaban
recelosos conmigo, pero igual me enteré de la fuga. Ellos manejaron
los hilos, pero no se escaparon porque querían demostrarle al juez
Galeano que hacen buena letra.
¿Usted afirma que sólo se montó a una fuga
que ya estaba planificada?
Es que ya estaba planeada. Nadie puede irse así nomás
de un lugar así, cuando apenas hacía unos días que
estaba en el lugar. Ellos llevaban cuatro años, sabían cada
movimiento, manejaban la situación. Los detenidos paraguayos tenían
pleno conocimiento, llevaban ahí nueve meses.
Sin embargo, se dice que usted organizó la fuga...
Yo no quiero deslindar mi responsabilidad. Si me condenan porque
yo me escapé está todo bien, pero es una locura que digan
que yo fui el ideólogo de la fuga. Cada uno tiene que asumir su
propia responsabilidad.
También se dijo que en la fuga intervino la Policía
Bonaerense de una manera institucional y hasta que había sido una
maniobra política para perjudicar al Gobierno. ¿Qué
hay de verdad en eso?
Lo desconozco. Que me haya escapado del Departamento Central es
un desprestigio para la Policía Federal y para el Gobierno, eso
es indudable. Y también que se hayan escapado los paraguayos acusados
de matar al vicepresidente (Luis María) Argaña es un papelón.
Ahora yo no tengo conocimiento de que haya sido una maniobra orquestada
por la Policía Bonaerense. Yo puedo decir que me escapé.
¿Fue tan fácil escaparse del Departamento Central?
La policía, a través del comisario (Rubén)
Santos, dijo que se habían logrado evitar males mayores, ya que
se habrían podido escapar los presos de la AMIA. Se dijo incluso
que había un sargento que estaba muy golpeado, que había
perdido el conocimiento. Eso no ocurrió en ningún momento.
Los de la AMIA no se fueron porque no querían hacerlo y el sargento
no tenía ninguna lesión.
¿Qué sintió al salir tan fácilmente
del Departamento Central?
Fue muy fácil, pero los que habían hecho todo el trabajo
eran ellos. No debe ser nada fácil, lo fue por todo lo que habían
armado antes. Estuvo muy bien pensado. Era mi primera vez en el Departamento
Central. Salimos caminando, por la puerta central, y nos tomamos un taxi
junto con (Luis) Rojas. Y poco después salió (Fidencio)
Vega. Después nos separamos con Rojas y cada uno se fue por su
lado.
Ahora se lo acusa por el robo en el banco de Bahía Blanca.
¿Usted estuvo en el asalto?
Yo vivía frente al banco, en la calle Las Heras 126. Allí
estuve alquilando una semana. Después me mudé a una cuadra
y media. Todos los días pasaba por la puerta del banco. Nunca puedo
ir a cometer un delito a una cuadra y media de mi casa y después
salir a pasear tan tranquilamente con mi señora embarazada. A mí
me reconocieron en rueda de personas, pero en el reconocimiento estaba
yo y tres policías vestidos de policías. Los que me reconocieron,
que eran cinco, dijeron que me reconocían porque me habían
visto en el diario. Son reconocimientos nulos.
Después de una fuga tan espectacular, con la noticia en todos
los diarios, ¿por qué se quedó en pleno centro de
Bahía Blanca?
Cuando una persona sale no tiene ningún tipo de documento.
No tiene nada y yo buscaba un lugar tranquilo para poder organizarme.
Mi señora está embarazada, está por tener en estos
días, y yo necesitaba estar tranquilo.
Se dijo que usted tenía un documento falso y que tenía
amistad con un ex policía de la Bonaerense que era su gestor
o supuesto protector...
Nunca tuve una buena relación con la policía. Y nunca
tuve ningún protector ni nada que se le parezca.
¿Cómo fue su trato con la llamada Maldita Policía,
con Mario Chorizo Rodríguez y su gente?
Yo los conozco muy bien al Chorizo Rodríguez,
a Mario Naldi, al Coco Rossi. Yo los conozco muy bien y no
es buena gente. Están involucrados en un montón de causas,
pero ellos siguen siendo señores porque son comisarios. Todo es
así en la vida. Nosotros no somos nadie. No tenemos ningún
tipo de aval porque somos delincuentes comunes. Si detienen a cualquier
otra persona metida en política, siempre se investiga y nunca vienen
presos. Nosotros ni somos investigados, sólo nos meten adentro.
¿Está convencido de que lo quieren matar?
Lo van a hacer porque hay muchos presos a los que han matado y muchas
veces la noticia no sale en los diarios porque los familiares se callan
la boca. Yo sé que me van a matar porque denuncié al SPF.
Ya lo mataron a otro detenido que hizo lo mismo (se refiere a Maximiliano
Noguera pero nolo nombra). Por esto estoy hablando con usted, porque es
una forma de protección. El dato clave me lo dieron cuando estaba
en Batán y me comunicaron que habían matado al otro preso
que se había fugado de Devoto conmigo. Me llegó una carta
amenazante porque yo supuestamente me tenía que haber ido del país
para no comprometer a los que permitieron esa fuga. Me dijeron que me
iban a mandar a un preso para que me matara.
¿Está arrepentido de haberse presentado ante el juez
Baños?
Baños no resuelve nada. Lo único que hace es meternos
dentro del SPF después de que hicimos una denuncia contra el SPF
por corrupción y muchas cosas más. En mi poca capacidad
mental creo que él me mandó acá para que yo desistiera
de mi denuncia, para que a él le aflojaran las presiones que tiene.
Y se dejó corromper, psicológicamente hablando, por los
llamados, los atentados y las situaciones por las que está pasando.
El se cuida mucho, pero a nosotros nos dejó acá.
Quiero un lugar seguro
Yo
les quiero decir a los diputados, a los jueces, al propio Presidente
(Fernando de la Rúa), que no estoy pidiendo un indulto, ni
una libertad, ni que me rebajen la pena. Sólo quiero que me
lleven a un lugar seguro. Esa es la línea del reclamo
que hizo Luis Tractorcito Cabrera en el reportaje con
Página/12. Frente a ello, el juez de Ejecución Penal
Adalberto Polti, de quien depende esa decisión, le dijo a este
diario que es probable que corra peligro porque el detenido
tuvo fugas con ayuda de algunos guardias, pero aclaró
que él, como magistrado, no puede disponer así
nomás un traslado a Gendarmería o Prefectura, sin saber
si cuentan con el régimen de máxima seguridad que se
requiere para alguien con los antecedentes de Cabrera, que tiene varias
fugas importantes.
Polti explicó que le ha pedido informes al juez federal de
Lomas de Zamora Alberto Santamarina, quien recibió la denuncia
por la agresión que dice haber sufrido Tractorcito.
Ayer recibió la documentación y le dio vista al fiscal
Oscar Hermelo, y luego hará lo mismo con la defensa de Cabrera.
El tema hay que analizarlo bien porque, en principio, es difícil
reunir las condiciones de máxima seguridad que tiene la cárcel
de Ezeiza y no es un tema menor. Sobre la situación actual
de Tactorcito el detenido está en huelga
de hambre y dice haber perdido más de 20 kilos de peso en poco
más de un mes, Polti sostuvo que ha tomado los recaudos
para que no le pase nada. |
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