El intento del represor Ricardo Miguel Cavallo para que el Gobierno argentino
interviniera oficialmente para impedir su extradición a España
fue, por ahora, inútil. En el tema de fondo, que es la extradición
de Cavallo, el gobierno argentino no es parte, son partes el gobierno
español y el gobierno mexicano y allí no va a intervenir
el gobierno nacional, manifestó el vocero presidencial, Ricardo
Ostuni. La Cancillería se mantuvo en la misma línea. Son
los jueces los responsables de actuar en tales circunstancias, aseguraron
colaboradores del ministro Adalberto Rodríguez Giavarini.
José Scelzi, abogado de Cavallo en Argentina, se presentó
ante el juez federal Adolfo Bagnasco y ante el Poder Ejecutivo con un
mismo pedido, que su defendido sea extraditado a Argentina, donde lo amparan
las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y no a España donde
será juzgado por genocidio y terrorismo.
El pedido acaba de llegar a la Cancillería y al Ministerio
de Justicia, girado desde Defensa y está bajo estudio. Sin embargo,
se puede adelantar que de acuerdo con las normas vigentes
no es el Poder Ejecutivo quien debe tramitar las extradiciones. Son los
jueces los responsables de actuar en tales circunstancias, expresaron
en el Ministerio de Relaciones Exteriores en referencia al escrito de
Scelzi, en el que reclama que el Poder Ejecutivo interceda por su defendido
en base al principio de territorialidad. El vocero presidencial recordó
que el gobierno nacional lo único que ha hecho fue lo que
se hace con todo argentino (detenido en otro país) que es otorgar
la asistencia consular. Sin embargo, en otras oportunidades el Gobierno
se ha pronunciado en contra de la extraterritorialidad de la justicia.
Los organismos de derechos humanos están en alerta ante probables
pasos del Gobierno porque recuerdan dos antecedentes: el caso del ex dictador
Augusto Pinochet, en el que el gobierno chileno insistió para que
fuera llevado a Chile y la funcional confusión entre el Ministerio
de Justicia y el juez Gustavo Literas, que provocó que la orden
de captura internacional contra 98 represores elaborada por el magistrado
español Baltasar Garzón quedara en la nada y volviera a
España. Pero hay algunas diferencias entre estos casos y el de
Cavallo. En principio, la insistencia del gobierno chileno para repatriar
al dictador estaba respaldada además de en su jerarquía
por la Justicia de su país, que esperaba poder juzgarlo en Santiago.
Esta no es la situación de Cavallo, a quien por el momento ningún
magistrado argentino reclama. En el segundo hecho las órdenes
de capturas de Garzón se le pidió al Estado argentino
que extraditara a los represores. En cambio, con respecto a Cavallo, ni
el juez mexicano ni el español reclamaron nada al gobierno de Fernando
de la Rúa.
Sin embargo, hubo una actitud del juez azteca Jesús Guadalupe Luna
Altamirano que incomodó a las autoridades locales. Desde la Cancillería
rechazaron la expresión del magistrado acerca de que el país
no respeta los pactos internacionales. España y México
son respetuosos de los tratados internacionales, pero Argentina no está
cumpliendo con ellos a causa de las leyes de Obediencia Debida y Punto
Final, que impiden que Cavallo sea juzgado allí, aseguró
a Página/12 Luna Altamirano momentos después de leer la
resolución que indicaba que el represor de la ESMA debía
ser trasladado a Madrid.
El canciller mexicano, Jorge Castañeda, que tiene 20 días
para expedirse acerca de la extradición de Cavallo, aseguró
ayer que resolverá sin la menor duda en el plazo legal.
Después de la resolución oficial, los abogados del represor
en México presentarán un recurso de amparo, que podrá
demorar un año el viaje de Sérpico a España.
En Argentina, Scelzi espera una señal de Bagnasco. El magistrado
no desestimó la presentación en la que pidió la extradición
de su cliente y, según informó este diario, estudia la idea
de traer a Cavallo y declarar la inconstitucionalidad de las normas que
impiden su juzgamiento en el país, aunque no hay seguridad de que
este planteo resista una acordada dela Corte Suprema. Por ahora, el reclamo
está congelado por la feria judicial.
Por el sí de
Castañeda
Las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora solicitamos
a usted que, de acuerdo al dictamen ejemplar del juez Jesús
Guadalupe Luna Altamirano, apruebe la extradición del genocida
Ricardo Miguel Cavallo a España para ser juzgado y condenado
por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Argentina.
Estas palabras fueron enviadas por las Madres de la Línea
Fundadora al secretario de Relaciones Exteriores de México,
Jorge Castañeda. El funcionario debe expedirse sobre la procedencia
o no de extraditar al represor argentino a Madrid, donde será
juzgado por el juez Baltasar Garzón. La carta, firmada por
Matilde Melibovsky, Laura Bonaparte y Nora Cortiñas, se sumó
a una enviada el lunes por la Asociación de ex Detenidos
Desaparecidos. La semana pasada, una docena de organismos de derechos
humanos de México y la Argentina también escribieron
a Castañeda para pedirle que el Estado mexicano cumpla
con las diversas obligaciones que ha contraído a nivel internacional.
|
|