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UN MARATON CON CINCO EPISODIOS DE “EL PRISIONERO”
El hombre que no lograba huir

La serie inglesa fue objeto de culto, a fines de de los '60: su tono opresivo, casi asfixiante, le auguraba un destino reñido con lo masivo.

Bobby Flores, fan de la serie desde su infancia, será el presentador.
“Para mí remite al tiempo en que en la Argentina pedían a los militares.”

Por Patricia Chaina

Inglaterra, 1967: nace una de las series más raras y provocadoras de la TV. “El prisionero”, protagonizada por Patrick McGoohan, fue una saga de naturaleza atípica en la que un ex agente del servicio secreto, tras renunciar a su puesto, era tomado prisionero y recluido en una extraña villa. En cada episodio intentaba escapar, sin lograrlo. El programa no fue un éxito, pero se convirtió rápidamente en objeto de culto por lo elaborado de su línea argumental, por su desprejuiciada apuesta estética, por la ironía y la punzante crítica política que proponía. No es un dato menor que justamente el cerebro y la cara del programa tomen cuerpo y alma en McGoohan, el actor que venía de la exitosa serie “Cita con la muerte”. Porque en “El Prisionero” McGoohan es protagonista, productor y, en muchos episodios, guionista y director. Hasta ese punto se hizo cargo del programa que Uniseries presenta el viernes 26 a partir de las 21, en un maraton.
Presentada por Bobby Flores, fanático de la serie desde que su padre le recomendaba verla en lugar de los enlatados de siempre, el maratón ofrecerá cinco de sus 17 episodios. “Será una buena oportunidad para descubrir una verdadera rareza”, sugiere Mariano César, programador de la señal, ya que la serie no fue nunca un producto masivo. “Ahí se desarrollaron importantes vanguardias televisivas”, explica César. “La serie es contemporánea a ‘Los vengadores’, está en esa clave estética. Pero además es innovadora por su fuerte tono de crítica política dentro del género fantástico.” Aunque es difícil de clasificar: “No es de espionaje aunque son espías –resume César–, es fantástica pero no hay nada mágico, excepto unas bolas gigantes que funcionan como sus perseguidores. Y cada episodio reporta a un género diferente: western, suspenso, acción. Era ambiciosa para la TV abierta , 33 años atrás”.
“El prisionero –agrega Flores– cae a un lugar donde parece que está todo bien pero está todo mal, y para mí remite en la Argentina a esos años en los que mucha gente, como una tía mía, pedía el golpe militar para poder recuperar el orden.” Se sabe qué orden impusieron esos militares a los que se refiere Bobby Flores. Por eso Flores considera que “la serie fue un suceso porque rompió con la lógica, y mostró la violencia y la opresión en un plano absolutamente mental, el peor de todos”, concluye. Es que “El prisionero” logra suspenso “jugando con influencias que van desde los laberintos de Borges y las telarañas de Kafka al panóptico de Foucault”, analiza César. “Desde la crítica política de Orwell hasta los divertidos juegos lógicos de Lewis Carroll”. Eso, dice, impidió su masividad. “A medida que la intriga se hacía más opresiva la gente dejaba de verla”, cuenta César. “Es que la asfixia de alguien que está solo contra todo –agrega Flores– y no tiene cómo salir de la situación envolvió toda la trama. Y eso hizo que la serie no tuviera éxito. Mi tía, por ejemplo, no hubiera podido soportarla.”

 

Los capítulos que se verán

Los cinco capítulos de “El Prisionero” elegidos por Uniseries para este maratón resumen el espíritu de la serie. En el primero (“La llegada”) están la renuncia del agente (Patrick McGoohan), su captura y reclusión y sus intentos de fuga. Que son frustrados por unas enormes esferas blancas que dan inicio a la lucha entre el prisionero, ahora bautizado Número 6, y un personaje llamado el Número 2, que cambia en cada episodio. En el último (“Liberación”), la trama llega a la cumbre de la crítica política y también del delirio surrealista. Entre uno y otro se verán tres perlitas de la tira de 17 episodios: “Cambio de personalidad”, “Las campanas del Big Ben” y “Muy hábil para vencerlo”.

 

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