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EL NUMERO DOS DEL FMI, STANLEY FISCHER, EVALUA LA CRISIS ARGENTINA
“Una de las peores de la década”

El hombre fuerte del FMI ubicó la reciente crisis al mismo nivel que la padecida por México, Asia, Rusia y Brasil durante los �90. Así lo expresó hace diez días en una conferencia, texto al que accedió Página/12.

Stanley Fischer, el
representante de EE.UU. en el FMI.
Presentó un trabajo sobre la ventaja de un tipo de cambio fijo o libre.

Por Maximiliano Montenegro

Según el Fondo Monetario Internacional, la crisis económica de la Argentina del año 2000 figura entre las mayores debacles financieras a nivel internacional de la última década, en el mismo rango que los derrumbes de México, el sudeste asiático, Rusia o Brasil. Lo aseguró recientemente el número dos del organismo, el norteamericano Stanley Fischer, en un seminario sobre la conveniencia de tener un tipo de cambio fijo, como es el caso de la Argentina, o un tipo de cambio libre, como ocurre con la mayoría de los países. Dejando en claro que ése es el tema del momento, días después habló sobre la misma cuestión el titular del FMI, el alemán Hoerst Köhler (ver aparte). Ambos coincidieron en que lo deseable es poder contar con un tipo de cambio flexible, aunque defendieron los regímenes fijos “sólo en limitadas circunstancias”. Sin embargo, los representantes europeos en el directorio del organismo son cada vez más críticos de la Convertibilidad.
Gracias a Stanley Fischer, el influyente vicepresidente del Fondo, la experiencia argentina, durante el primer año de gobierno de la Alianza, figurará desde ahora en la bibliografía especializada como una de las mayores crisis financieras de los últimos tiempos. Según Fischer, “las mayores crisis relacionadas con el mercado de capitales internacional desde 1994” son: “México, en 1994, Tailandia, Indonesia y Corea en 1997, Rusia y Brasil en 1998, la Argentina y Turquía en 2000”. Así lo expresó en una conferencia dictada recientemente en Nueva Orleans, que hoy circula por el mundo en un “documento de trabajo” del FMI.
Para poner en perspectiva la frase, para el número dos del FMI la gravedad de la crisis argentina podría compararse con el famoso “efecto tequila” que desató la devaluación mexicana en el ‘94, con el “efecto arroz” que disparó la crisis asiática, o con las “efectos vodka y caipirinha” que iniciaron la caída del rublo y del real, respectivamente.
¿De ahora en más quedará registrado en los archivos de Washington el “efecto Tango”?
Es probable que el funcionario le haya querido imprimir semejante dramatismo a la situación argentina para justificar el megapréstamo que otorgó el Fondo para asegurar el financiamiento del país. Pero, sea como fuera, con la comparación despeja cualquier duda sobre que tal préstamo es un “salvataje” financiero, antes que un “blindaje”, como no se cansa de publicitar el gobierno.
Fischer se refirió a todas esas crisis en el contexto de la discusión sobre el tipo de cambio. Todas ellas, según el influyente economista norteamericano, “involucraron, de alguna manera, un régimen cambiario fijo o controlado”. Por el contrario, explica, “países que no tenían un tipo de cambio fijo –entre ellos Sudáfrica, Israel, México y Turquía en 1998– evitaron crisis del tipo de la que soportaron los países emergentes con tipos de cambio fijo”.
Así, Fischer plantea una discusión de moda en el FMI: ¿qué tipo de cambio es el mejor “blindaje” para prevenir crisis financieras como las que vienen padeciendo los “países emergentes” en la última década?
En la estadística del hombre del Fondo, en la última década cada vez más países denominados emergentes están adoptando tipos de cambio flexibles: a fines de 1999, el 48 por ciento tenía tipos de cambio completamente libres, contra el 30 por ciento de una década atrás. Mientras que el 42 por ciento tenía regímenes cambiarios de flotación controlada, contra el 64 por ciento a principios de los ‘90. Sólo tres casos entre los emergentes, en tanto, mantienen un tipo de cambio fijo con Convertibilidad: Argentina, Hong Kong y Bulgaria.
“La reputación sobre el desempeño de los regímenes de Convertibilidad, alguna vez mirados como una curiosidad histórica, indudablemente ha cambiado”, afirma Fischer, y cita como factores el buen resultado que tuvo en frenar la inflación en países como la Argentina. Sin embargo, explica que “la fortaleza de la Convertibilidad, la virtual eliminación del tipode cambio como instrumento de ajuste, es también su principal debilidad, porque el ajuste a los shocks externos o internos a través de la diferencia inflacionaria es más lento que vía una modificación nominal del tipo de cambio”.
De otro modo: cuando el país se precipita en una recesión con costos en dólares demasiado elevados, la famosa falta de competitividad sólo puede salir lentamente una vez que los salarios y precios en dólares hayan caído lo suficiente como para poder exportar o competir con las importaciones en el mercado local. “Esta dificultad es ahora evidente en la Argentina, pero el ajuste está teniendo lugar en la medida en que los precios y los costos domésticos están cayendo en relación con los precios y costos extranjeros”, dice Fischer.
El segundo del FMI es cauteloso al sacar una conclusión sobre la Convertibilidad: “Es difícil hacer a priori una evaluación sobre los costos y beneficios impuestos por la Convertibilidad. La experiencia muestra que en un país con una historia de extremo desorden monetario, la introducción de la Convertibilidad puede ser un camino posible”, sostiene. “Y para un país como la Argentina, con una larga e infeliz historia inflacionaria, la sociedad tal vez pueda estar predispuesta a soportar los eventuales costos de corto plazo de no tener el tipo de cambio como instrumento de ajuste, así como la memoria de la hiperinflación en Alemania tiñeron desde entonces las actitudes de los alemanes frente a la inflación.”

 

Colocaron un bono a 30 años

Economía colocó ayer un bono Global a 30 años de plazo por 500 millones de dólares, a una tasa del 12,09 por ciento anual. La operación se concretó como parte del blindaje financiero, y el costo acordado con las AFJP y las compañías de seguro compradores de los títulos resultó inferior al 12,87 por ciento que el Gobierno hizo frente hace un semestre cuando emitió un bono de similares características. La novedad cayó bien entre los financistas y las acciones treparon 1,5 por ciento en promedio, mientras que los títulos públicos subieron entre 0,5 y 0,8 por ciento. En lo que va del año, el índice de papeles líderes Merval acumula un alza del 22,5 por ciento. El riesgo-país cayó otro escalón, y ya se sitúa en 691 puntos, contra 705 de la jornada anterior.
Los 500 millones de dólares colocados están incluidos en el programa de 2600 millones que Economía prevé lanzar este año en bonos Globales. También se circunscriben en el acuerdo alcanzado por José Luis Machinea con los inversores institucionales para que éstos adquieran en 2001 un total de 3000 millones en títulos, como parte del blindaje.
La última vez que la Argentina había colocado un bono a 30 años fue el 21 de julio último, por 1000 millones, y a un costo superior al pactado con las AFJP. Ayer, la sobretasa pagada fue de 656 puntos sobre la que devenga el bono del Tesoro estadounidense. Hace seis meses había sido de 683 puntos. No obstante, para seducir a los inversores, Economía ofreció un “premio” de 20 puntos básicos por sobre el rendimiento que mostraban en el mercado títulos similares. “Esta emisión no debe percibirse como una prueba del Gobierno para testear cómo están las aguas del mercado porque estaba preacordada”, señaló desde Nueva York Larry Krohn, del ING Barings.
Por ahora, Economía no definió el momento para salir a buscar fondos en los mercados internacionales. Lo más probable es que, luego de las emisiones lanzadas por México, Brasil y Colombia, Machinea espere a que Estados Unidos vuelva a bajar la tasa de interés, lo que ocurriría el próximo miércoles 31. Mientras tanto, el ministro se encuentra de gira promocionando el blindaje y el canje de títulos por 3000 millones de dólares que forma parte del auxilio financiero.

 

Köhler lo quiere libre

El sábado pasado, el director gerente del Fondo Monetario, el alemán Hoerst Köhler, habló en un seminario de ministros de Economía europeos y asiáticos sobre “los nuevos desafíos de la política cambiaria”. La conferencia pasó desapercibida por estas latitudes. Pero allí, Köhler marcó la posición europea claramente a favor de los tipos de cambio flotantes o flexibles, como instrumento para prevenir crisis financieras. Vivir con un régimen de Convertibilidad obliga al país a tener “una considerable flexibilidad de precios y salarios”, dijo Köhler en la conferencia. Y concluyó: “en el balance, los tipos de cambio fijo sólo son apropiados en determinadas circunstancias”.

 

JOSE LUIS MACHINEA BUSCA CONVENCER A LOS INVERSORES
Las dudas sobre el crecimiento

Por Marcelo Justo
Desde Londres

Rodeado de banqueros en la elegancia de un club privado londinense, en las imponentes oficinas del diario color salmón de la comunidad financiera internacional, el Financial Times, entre representantes de Fondos de Inversión, el ministro de Economía, José Luis Machinea, repitió el mantra mágico del blindaje y el crecimiento argentino. Con la tranquilidad del respaldo del Fondo Monetario Internacional, el ministro procuró convencer a todos que las condiciones están dadas para que la economía crezca y los inversores regresen a la Argentina. Si hubiera sido otro gobierno, habría agregado: “Síganme, no los voy a defraudar”.
Sí lo seguirán los inversores británicos, franceses, españoles y estadounidenses que está visitando en esta gira es un enigma. El consenso entre los representantes del fondo de inversión que vio en la tarde de ayer y los alrededor de 20 banqueros que aceptaron el convite organizado por el consultor Jeffrey Bell en el exclusivo club de Pall Mall, a cuadras del palacio de Buckingham, es que el blindaje financiero y la mano del tío Alan Greenspan, titular de la Reserva Federal (banca central de Estados Unidos), recortando la tasa de interés, mejoran el panorama financiero para Argentina.
“En general el clima tanto en Madrid como aquí, en Londres, ha sido muy positivo. Los mercados están muy optimistas, creen que las cosas han cambiado y que las tasas de interés van a bajar todavía más, señaló Machinea en diálogo con Página/12 después de la cena. El gran enigma es si esos datos positivos bastarán para sacar a la economía argentina de la prolongada recesión en que entró a partir de agosto de 1998.
El mensaje itinerante que aportan Machinea y Daniel Marx, secretario de Finanzas, es que la reactivación está en marcha y que el crecimiento económico podría situarse hacia fin de año alrededor del 4,0 ó 5,0 por ciento. Uno de sus talones de Aquiles es que dijo exactamente lo mismo el año pasado, si no en la cara de estos mismos inversores, sí al menos en las letras de las agencias de noticias y los diarios que cada día bucean los economistas jefe de los grupos de inversión para hacer sus proyecciones. La otra preocupación manifestada por los inversores es sobre la situación política en Argentina.
Hoy será el plato fuerte de la visita londinense. Por la mañana el ministro de Economía será el orador de un desayuno de más de 100 comensales, entre los que habrá los consabidos representantes del mundo financiero, economistas, consultores, y diplomáticos. Después dialogará con su homólogo laborista, Gordon Brown, con quien habrá una agenda abierta, y con el presidente del Banco Central de Gran Bretaña, Eddie George, que hasta ahora resistió las presiones para bajar los intereses como hizo Greenspan, pero que el próximo mes podría estar muy tentado de anunciar un recorte más modesto, de un 0,25 por ciento para la economía británica.
Con Brown, obviamente, uno de los temas de conversación será el “mal de la vaca loca”, que tiene en vilo a los europeos, pero que además deprimió el mercado de las carnes. Esto último ha afectado a los exportadores argentinos, que vieron derrumbarse el precio de 7000 a 4900 dólares la tonelada de carne vacuna.
En tanto, mientras el chileno Tomás Raichman acompaña a Machinea en su gira, el Fondo Monetario Internacional recurrió a su latiguillo preferidopara ponderar a la economía argentina del pos blindaje. “Están en el buen camino”, saludó el director de Relaciones Externas del organismo, Thomas Dawson. Y añadió: “Todos los acontecimientos parecen claramente favorables”, en referencia a la colocación de un bono por 500 millones de dólares que ayer concretó Economía. Por otra parte, se conoció que el gobierno español formalizará mañana la aprobación del préstamo por 1000 millones a la Argentina que forma parte del socorro financiero. Está previsto que, de ese total, unos 470 millones ingresen al Tesoro argentino hacia mayo, mientras que el resto será enviado en forma trimestral.

 

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