La estrategia electoral para los comicios de octubre desató una
batalla en el interior de la UCR. Poco después de que el presidente
Fernando de la Rúa desactivara personalmente la reunión
prevista para hoy en el Hotel Elevage, el titular del radicalismo, Raúl
Alfonsín, resolvió convocar a la mesa de conducción
partidaria para dirimir la forma en que se encarará la campaña
electoral para el próximo 2 de febrero.
Todo estaba listo para que en el Elevage se concretara la reunión
que había sido organizada por el jefe de la SIDE, Carlos Becerra.
Se esperaba la presencia, entre otras, de Alfonsín, el ministro
del Interior, Federico Storani, y del secretario general de la UCR, Enrique
Coti Nosiglia. Allí se preveía analizar las
tres encuestas encargadas por el radicalismo y a partir de éstas
comenzar a delinear los principales aspectos de la campaña electoral.
Al menos dos son las causas que provocaron la caída del encuentro.
Y las dos están íntimamente relacionadas. En primer lugar
no le gustó el lugar elegido para el cónclave: el Hotel
Elevage, cuya propiedad se le atribuye a Nosiglia y, o casualidad, allí
reside la segunda razón: El Presidente no quiere que el Coti
tenga mucho protagonismo en el armado de la campaña, confió
a este diario una fuente del Ministerio del Interior.
Justamente a este ministerio donde Nosiglia sentó sus reales
durante el gobierno alfonsinista llegó De la Rúa el
lunes, quien según fuentes del ministerio le pidió
personalmente a Storani que desactive la reunión del hotel dándole
las razones antes mencionadas.
Dispuesto a no perder terreno en el armado de la estrategia electoral,
Alfonsín no perdió tiempo y ordenó la convocatoria
a la mesa de conducción partidaria que, de no mediar inconvenientes,
se realizará el 2 de febrero.
Creo que el Gobierno no debería meterse en el tema de las
elecciones partidarias ya que ésa es una función que deben
cumplir cada una de las fuerzas que integran la Alianza, dijo el
ex presidente y adelantó que, junto a los integrantes de la mesa
de conducción, evaluará cómo se vigoriza la
Alianza, cuáles son los planes y objetivos a seguir en este año
que es fundamental para el gobierno central.
Pero De la Rúa tampoco se quedó quieto. En un intento por
equilibrar su orden de frenar la reunión del Elevage, le dio la
misma orden al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, para que levantara
el encuentro que motorizaba en el complejo veraniego de Chapadmalal, con
ministros, secretarios y legisladores.
Como contrapartida, el Presidente propuso y concretó la megarreunión
que comenzó ayer en la residencia de Olivos y que, como indicaron
fuentes presidenciales, proseguirá durante la mañana de
hoy.
HOMENAJE
POR EL 18º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ILLIA
Fue incomprendido y atacado
Por Nora Veiras
En las puertas del Cementerio
de La Recoleta el calor y la humedad transformaban todo en pegajoso. Poco
a poco el hall de entrada se fue llenando de viejos militantes radicales.
Todos llegaron para participar del acto por el 18º aniversario del
fallecimiento del ex presidente Arturo Illia. En los corrillos las preguntas
se repetían: ¿Cuándo llega el Presidente?,
Alfonsín, ¿vendrá? y El Chacho,
¿se dará una vuelta?. En pocos minutos, la respuesta
para cada duda fue la misma: No. Eso sí, Fernando de la Rúa
envió un mensaje y al titular del Senado, Mario Losada, en su representación.
En su época fue incomprendido y atacado. Con el tiempo fue
reconocido y admirado por sus virtudes cívicas y democráticas,
escribió De la Rúa y todos aplaudieron.
¿Por qué tiene que existir el vicepresidente?
Mirá, ahí está el presidente provisional del Senado
que legítimamente ocupa ese lugar y casi no le conocen la cara
reflexionaba un bronceado militante radical ante otro correligionario
que rumiaba por el protagonismo de Carlos Chacho Alvarez.
Hizo tanto escándalo en el Senado que no le quedó
otra salida que renunciar. Si el Senado fue siempre una cueva de corruptos
¿El no lo sabía? repetía otro intentando convencer
a una mujer de que la política es así y no tiene remedio.
Las críticas de coyuntura se apagaron cuando empezaron los discursos.
Estoy en un encuentro de información y ordenamiento de la
política pública con todos los ministros se disculpó
De la Rúa. Pero estoy seguro de que don Arturo me hubiese
dicho: Siga, Fernando, con el trabajo. Lo primero es atender las
necesidades de la gente. El Presidente debutó en la política
nacional como asesor en el Ministerio del Interior durante el gobierno
de Illia.
El apretujamiento transformó en vitales los pañuelos para
secar el sudor. El secretario general del comité porteño,
Guillermo Tello Rosas, destacó que la evocación de Illia
es un fuerte compromiso para emular su conducta y mantener la línea
ética y de principios que no decae por los nuevos vientos del poder
mundial. Por el contrario, resurge con más bríos cuando
el Comité Nacional del partido y su presidente Raúl Alfonsín
marcan la línea contestataria frente al neoliberalismo y la secuela
del hambre, miseria y marginalidad que han traído a pesar de la
estabilidad las políticas neoconservadoras.
La política, el gobierno y el poder no son para los dirigentes
sino para la gente. Ese es el compromiso de De la Rúa. Y el mejor
homenaje que podemos hacerle a don Arturo es transformarnos en imitadores,
intérpretes y actores de una vida como la de él, dijo
Losada antes de que todos partieran hacia el panteón de los caídos
en la Revolución del Parque que liderada por Leandro Alem dio origen
a la Unión Cívica.
Ricardo Illia, Marcelo Stubrin, Enrique García, Facundo Suárez
Lastra, Manuel Sadosky y José María García Arecha
marcharon entre los militantes para colocar la ofrenda floral. El enigmático
Enrique Coti Nosiglia optó por mirar a la distancia
y se alejó después de saludar a cada uno de los militantes
que se le acercaban. Su fugaz aparición le impidió ser testigo
del inesperado final del homenaje.
Me agarran a mí porque soy cabecita negra y los políticos
son los que se llevan la plata gritaba un hombre al ser detenido
por la custodia de Losada.
El desconocido se había acercado al senador misionero para insultarlo
en voz baja.
Radicales y cordobeses
Viejos militantes del radicalismo se codearon ayer, en la Recoleta,
con un pequeño grupo de dirigentes de la UCR. Los primeros
superaban los 60 años, lucían trajes gastados y portaban
escarapelas rojiblancas. Algunos habían vivido en carne propia
el golpe de Estado del 28 de junio de 1966 y contaban con orgullo
anécdotas del Doctor. Los más jóvenes,
en cambio, a la hora de elogiar a Arturo Illia, tuvieron que recurrir
a los libros de historia. Fue un sacerdote laico, aseguró
Guillermo Tello Rosas, secretario general de la UCR de Capital.
Destacó los valores de austeridad, solidaridad y corrección
en el manejo de la cosa pública, señaló
Facundo Suárez Lastra, secretario de Seguridad y Justicia
porteño. Luego, a pedido de este diario, los hombres del
partido de Alem e Yrigoyen compararon a Illia con el presidente
Fernando de la Rúa y con Raúl Alfonsín. De
la Rúa es cordobés, como lo era Illia. Y tiene un
estilo y una idea de la autoridad semejante a la de su comprovinciano,
opinó el diputado Marcelo Stubrin. De la Rúa,
como Don Arturo, recorre la Argentina y mantiene el compromiso que
significa entender el poder como un servicio a la gente, remarcó
Mario Losada durante su discurso, en el que invitó a imitar
la vida del presidente que fue derrocado por Juan Carlos Onganía.
Más allá de los elogios compartidos por todos los
consultados, nadie pasó por alto las críticas que
recibió el Doctor Arturo durante su gestión
presidencial. A los gobiernos radicales se los ha criticado
como lentos. Al de Illia quizá más que ninguno. Pero
fue el mejor gobierno de los últimos 60 años,
sintetizó Gustavo Vivo, ex convencional constituyente por
la UCR. Al momento de analizar la actualidad, el subsecretario de
Turismo de la ciudad, Jorge Purciariello, contestó que a
la gestión de De la Rúa tendremos que analizarla cuando
termine.
Informe: Martín Piqué
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