Por Marcelo Justo
Desde
Londres
Hasta ahora, la recurrente frase
de José Luis Machinea lo peor ya pasó parecía
una muletilla sin más intención que generar confianza. Pero
ayer, entrevistado por Página/12 en la capital británica,
el ministro explicitó el sentido de la frase. Si no hubo
explosiones sociales en un año en que la economía estaba
estancada, no lo habrá cuando hay crecimiento, reflexionó,
esperanzado en la recuperación económica durante este año.
El mensaje es para los inversores: llegó el momento de poner dinero
en Argentina ya sin el temor a un estallido social.
Los inversores coinciden en que la situación internacional
actual favorece a Argentina. La gran incertidumbre que tienen es si va
a haber crecimiento y cuál va a ser la fuente, el motor, de la
economía.
Nosotros creemos que las reformas estructurales son una oportunidad
de inversión. Uno de los problemas que tuvo Argentina es que no
hizo reformas estructurales desde el 95 hasta la fecha. En un año,
nosotros hicimos mucho más que lo que hizo Menem en sus últimos
cinco años de gobierno. Esto crea oportunidades de inversión.
Le doy dos ejemplos: la desregulación de las telecomunicaciones
y la de obras sociales. Segundo, estamos disminuyendo impuestos a la inversión
en 2500 millones de pesos. En tercer lugar, estamos poniendo un programa
de infraestructura que no hubo el año pasado y junto con eso hemos
renegociado varias concesiones, entre ellas agua, trenes y carreteras,
que significarán unos 3 mil millones de pesos de inversión.
En cuarto lugar, en el 2000 tuvimos una restricción fiscal muy
importante de cinco mil millones de dólares. Este año tenemos
un estímulo fiscal, manteniendo el gasto total y bajando impuestos.
En quinto lugar, con el paquete de ayuda financiera hemos logrado disipar
una fuerte dosis de incertidumbre respecto de la capacidad argentina de
acceder a los mercados de crédito. Esto se vio reflejado ya en
un descenso de las tasas de interés. Y en sexto lugar, el contexto
internacional es bastante más favorable a la Argentina en términos
de tasas del interés, depreciación del dólar y precios
de los productos agrícolas bastante superiores a los del año
pasado.
El problema es el factor tiempo. Hay un tiempo social, otro político
y otro para los inversores. ¿En cuánto tiempo esto se va
a trasladar a la economía real para evitar que haya explosiones
sociales, divorcios políticos o pánico de los inversores?
No va a haber explosiones sociales en Argentina. Si no las hubo
en un año en que la economía estaba estancada, no las habrá
cuando hay crecimiento. ¿Cuánto tiempo va a tardar esto?
Tenemos indicadores que muestran que la economía se ha empezado
a mover. En diciembre, el índice de producción industrial
mostró un importante crecimiento respecto a noviembre y también
en relación a diciembre de 1999. El descenso de la tasa de interés
en la Argentina y el fuerte aumento de reservas que está mostrando
el ingreso importante de capitales que hubo en los últimos 30 días
son indicadores positivos. Pero yo no voy a hacer pronósticos exactos
respecto de cuánto tiempo tardan en levantar la demanda. Mi impresión
es que se va a mover más rápido de lo que se calcula.
La cuestión política es otra de las preocupaciones
recurrentes de los inversores. Primero por el tema de la reforma previsional,
que se debatirá en el Congreso en marzo y, después, con
el telón de fondo de las elecciones de octubre.
La verdad es que después de la renuncia de Chacho (Alvarez)
a la vicepresidencia, la Alianza se mantuvo. No sólo formalmente,
sino pasando proyectos de leyes muy importantes en el Congreso.
En las últimas semanas hemos visto, además, una aproximación
de Alvarez al gobierno. Con la reforma previsional hubo reacciones negativas
al principio, pero eso se ha ido moderando, porque todo el mundo ha leído
el decreto que sacó el Poder Ejecutivo, que tiene cosas muy positivas
aunpara los que se opusieron a las reformas y que ha recogido varias de
las sugerencias de los diputados. Desde los mecanismos para un subsidio
universal que cubra a los que no tienen prestación de ningún
tipo, una mayor competencia y regulación de los fondos de pensión
y, en el caso de la mujer, una cosa muy gradual con incentivos para que
se jubile más tarde.
DUDAS
EN LO POLITICO, CAUTELA POR EL CRECIMIENTO
Con una dosis de escepticismo
Por M.J.
Desde Londres
Optimismo, cautela, acuerdo
y una dosis de escepticismo fueron las reacciones que Página/12
encontró tras dialogar con cuatro de los inversores que escucharon
el mensaje de José Luis Machinea en Londres. Ninguno puso en duda
la evaluación del ministro y la misión argentina sobre el
cambio de tendencia de la economía mundial y el impacto positivo
que tendrá en el país, pero todos expresaron reservas sobre
la velocidad y magnitud del crecimiento y la estabilidad política
de la Alianza en un año electoral.
Neil Dougal, economista jefe de América latina de Kleinwort Benson,
uno de los 120 participantes del megadesayuno de trabajo en los salones
del Royal Horseguards Hotel, señaló a Página/12 que
no cabe duda de las condiciones internacionales muy favorables para
que Argentina vuelva a crecer, el problema es cuánto va a tardar
en ocurrir el crecimiento. Me parece que va a llevar más tiempo
del que se prevé que estas condiciones generen la confianza de
los inversores y el aumento del consumo que necesita la economía
para salir de la recesión. Dougal aceptó la posibilidad
de que la economía creciera hacia fin de año a un 4 o 5
por ciento, aunque subrayó que había que estar preparados
para desilusiones. Otros se mostraron más escépticos.
Nick Fields, especialista en Argentina del West Merchant Bank, indicó
a este diario que las predicciones de crecimiento que escucha ahora son
similares a las que oyó el año pasado. Creo que habrá
cautela en la reacción de los mercados. No digo que no sea cierto,
ni que las predicciones de Machinea no sean correctas, señaló
Fields. Como el resto de los inversores, aconsejará a sus clientes
comprar deuda argentina en la primera parte del año. A largo plazo
es más escéptico. El problema es que Argentina se
quedó sin reformas para hacer y, por lo tanto, está tocando
los límites de la Convertibilidad, que la ata a la economía
más productiva del planeta. Sugirió que el país
debería tener una moneda más débil, porque
así tendrá eventualmente una crisis de deuda externa. En
el mejor de los casos, si todo sale bien ahora, el Gobierno debería
aprovechar el crecimiento económico para plantearse una salida
de la Convertibilidad, dijo Fields.
A corto plazo, nadie tiene dudas sobre la Convertibilidad. El problema
es la política, alertó uno de los participantes del
encuentro, a condición de mantener en reserva su nombre. La misma
preocupación estaba presente en el resto de los inversores. El
debate de la reforma previsional en el Congreso será la primera
prueba, pero la estabilidad y voluntad política de la Alianza es
el gran enigma en un año signado por las elecciones de octubre.
El más optimista fue el argentino Alfonso Prat Gray, economista
del JP Morgan. Jesús Rodríguez fue muy convincente
en su explicación sobre la continuidad de la Alianza. Lo que en
cambio no quedó del todo claro es de dónde vendrá
el crecimiento, señaló.
|