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UN ESPECTACULAR INCENDIO ESTALLO EN UNA FABRICA QUIMICA
Escenas del infierno en el Tigre

Una serie de explosiones desataron el incendio, que generó una espesa nube negra cuya toxicidad estaba siendo estudiada. Un hombre habría muerto. Otros se salvaron tirándose al río.

El incendio, visible a varios kilómetros, obligó a cerrar
el lugar y evacuar viviendas.

”La experiencia fue impresionante. Las paredes de las casas temblaban y las llamas eran de más de 50 metros”, describió un vecino de la fábrica química de Tigre, ubicada a orillas del río Reconquista, que ayer se convirtió en un verdadero infierno. Poco antes de las 19, una serie de explosiones en la planta desataron un feroz incendio que generó una espesa nube de humo negro, cuya toxicidad estudiaban, al cierre de esta edición, técnicos de la Secretaría de Política Ambiental bonaerense. El fuego habría sido provocado por el estallido del tanque de un camión que ingresó al lugar. Un hombre que anoche estaba desaparecido, habría muerto, según informó a Página/12, el asesor letrado de la Municipalidad de Tigre, Vicente Pla. “No hay heridos”, aseguró a este diario Ernesto Girola, a cargo del operativo sanitario. Al menos cuatro empleados de la fábrica salvaron sus vidas al arrojarse al río apenas comenzaron las llamas, indicó el jefe de Bomberos de Escobar, Daniel González. Anoche más de veinte dotaciones de bomberos continuaban trabajando para apagar las llamas.
“En la primera explosión volaron las chapas del techo para arriba, con una gran llamarada. Cuatro muchachos que descargaban un camión corrieron hacia la calle y una lengua de fuego salió atrás de ellos, por un portón, y llegó hasta la mitad de la calle. Se salvaron de milagro. En pocos segundos estaba todo incendiado el galpón y, en unos 20 minutos, hubo por los menos 30 explosiones más. Después, todo el barrio se puso negro por el humo”, relató Martín, un joven del barrio Liniers, que caminaba por la cuadra de la fábrica, en el momento del siniestro.
El incendio afectó a la fábrica de solventes Callegari, situada en la avenida Liniers y Esquiú, a unas 15 cuadras del centro de Tigre. Anoche no estaba confirmada la identidad del hombre desaparecido, pero fuentes policiales señalaban que su apellido sería Chamorro. Una versión indicaba que se trataría del chofer del camión que al explotar provocó el fuego. Otra, que la presunta víctima fatal sería el encargado de la planta.
El intenso calor que generó el gigantesco incendio derritió literalmente a los camiones de la empresa de mantenimiento del sistema eléctrico del Tigre, lindera a la fábrica. “En pocos minutos las paredes de mi casa parecieron ponerse al rojo vivo. Cuando llegaron los bomberos me dijeron que me tenía que ir porque podía explotar todo”, contó Alberto, otro vecino que vive en Liniers 2515. Alberto regresó a su domicilio al poco tiempo “para enfriar las paredes de mi casa con una manguera”. Dos horas después –dijo– seguían calientes.
“Empecé a sentir truenos y de pronto el cielo se puso oscuro como si se estuviera por desatar una tormenta. Después me enteré que el estruendo venía de la fábrica”, contó Shona Mclenan, una vecina que vive a ocho cuadras de la planta.
Por el peligro de incendio en la zona, la policía recomendó evacuar dos cuadras a la redonda, pero la mayoría de los vecinos se resistió a abandonar sus viviendas. El gobernador Carlos Ruckauf envió al lugar al secretario de Política Ambiental, Ricardo Rodríguez, para supervisar la tarea de los técnicos que anoche analizaban la toxicidad de la nube de humo con aparatos especializados (ver aparte). Según informó a este diario el asesor letrado de la comuna de Tigre, la fábrica está asentada en una “zona industrial” y su habilitación fue otorgada por el gobierno bonaerense el 6 de junio de 1994.
En el procedimiento para controlar las llamas participaban más de veinte dotaciones de bomberos de Tigre y otros partidos vecinos. Algunos efectivos tuvieron que retirarse del lugar con principio de asfixia. Ernesto Girola, funcionario de la Secretaría de Salud de Tigre, a cargo del operativo sanitario, precisó a este diario que hasta anoche no se habían registrado heridos. El hospital municipal de Tigre se encontraba en alerta máxima, pero “aún no se ha atendido a ningún afectado”, indicó el funcionario, quien precisó que “todas las ambulancias del municipio, y dealgunas otras localidades” estaban apostadas en el lugar para atender cualquier emergencia.

 

“Aún estamos en shock”

Había poca gente en la calle. En uno de los pisos más altos del edificio de Virrey Liniers al 2400, Víctor Rey creyó de pronto que a su alrededor alguien hacía ensayos pirotécnicos. “No me di cuenta del incendio –dijo– hasta que escuché las explosiones en los autos de por acá, era como si le hubiesen metido un fósforo a un tacho de combustible.” Atrás, a unas cuadras, empezaba uno de los fuegos más siniestros de Buenos Aires. En la química Calligari se habían desatado las explosiones que hasta muchas horas después seguían espantando a los habitantes de la casa de Antonia Buffo. “Estamos justo enfrente y no podemos hablar... estamos todavía en shock”, dijo desesperada a este diario, una de las mujeres de la casa. Apenas unos minutos antes, Darío Taravini volvía a su casa que había sido evacuada después del incendio. Vive también sobre Liniers a cincuenta metros de la fábrica. “Voló medio techo del galpón en el momento de la explosión.” Diez minutos más tarde del estallido inicial, los vecinos más cercanos, como Darío, tuvieron que dejar sus casas. En ese momento, Víctor estaba más lejos, desde su piso once, y lograba calcular las dimensiones del incendio: “Como de cuatro casas juntas era el fuego –dice–. Lo que veía de acá era media cuadra de alto de fuego cada vez que había una explosión”. Por allí, Ana terminaba la limpieza en una de las casas del country cercano a la fábrica. “Se escuchó un golpe duro y después el humo que no paraba de salir y las llamas.”

 

“Potencialmente tóxicos”

La empresa Callegari SA se ocupa de la producción de solventes para la industria flexográfica, que se dedica a la impresión de envases de lata y de plástico. Según el secretario de Política Ambiental bonaerense, Ricardo Rodríguez, en el depósito de la empresa habría almacenadas sustancias que se utilizan como materia prima de esa industria. Entre ellas, había productos “potencialmente tóxicos”, como el tolueno, el xileno y el benceno –aunque aún no se ha determinado en qué cantidad–, y otros más inofensivos como el thiner y el aguarrás.
Sin embargo, las mediciones realizadas anoche por los equipos de esa dependencia arrojaban “valores bajos de solventes degradados en el aire, con máximos de 0,5 parte por millón, que no implican riesgo agudo para nadie y sólo pueden producir alguna irritación”, explicó a Página/12 el director provincial de Control Ambiental, Oscar Deina. Con respecto a las sustancias más peligrosas –como los solventes aromáticos–, alcanzaban niveles del orden del 0,05 ppm.
Los solventes aromáticos como el tolueno, el benceno y el xileno son cancerígenos pero, según Deina, esto depende de la cantidad de sustancia y el tipo de exposición. “No hay ningún riesgo de que una exposición durante unas horas pueda tener un efecto cancerígeno”, descartó el especialista.
“Las evacuaciones que se dispusieron en las casas vecinas –agregó Rodríguez– no fueron por contaminación sino ante el riesgo de que se extienda el incendio.”

 

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