Lo que está claro es que Gallego sufre una presión
insoportable desde el punto de vista deportivo. Ese fue el diagnóstico
que evaluó el doctor Miguel Páez, quien revisó al
entrenador de River, Américo Gallego, a su llegada ayer a Buenos
Aires, luego de que el técnico abandonara el estadio Malvinas Argentinas,
en Mendoza, mientras su equipo jugaba con Racing, afectado de un pico
de presión. River viajará mañana a Mar del Plata
para jugar, el domingo, el Superclásico ante Boca, pero Gallego
será de la partida para dirigir al equipo, pese a que se le recomendó
reposo.
Gallego volvió ayer con el equipo desde Mendoza, pero escapó
del asedio periodístico a su llegada a Aeroparque, y fue revisado
por Páez, a quien lo había derivado Luis Seveso, médico
del plantel. Amaneció bien, está bien, debe hacer
un poco de reposo. Pero estén seguros de que el domingo va a estar
en el clásico ante Boca, señaló Seveso.
El presidente de River, David Pintado, explicó que Gallego llegó
a 16 de presión máxima y 10 de mínima que,
de acuerdo con la edad de él, es un poco elevada. Según
el dirigente, Gallego estaba un poco nervioso por la primera derrota
en el verano, porque pensaba que necesitaba obtener resultados positivos.
A diferencia de lo que sostuvo Páez, Pintado desligó la
retirada de Gallego en el partido contra Racing de todo el proceso anterior
a su nuevo nombramiento al frente del plantel y negó que el técnico
pudiera sentirse no apoyado por la Comisión Directiva. Se
le dio todo el apoyo que se le puede dar a un técnico porque en
la votación se aprobó su continuidad, con 19 votos a favor
y dos abstenciones de parte de la minoría, recordó.
La Comisión Directiva le da un apoyo franco. Con respecto
a los simpatizantes, es inevitable que no se pueda estar bien con todos.
Pintado intentó desdramatizar los resultados del verano y dijo
que ninguno de ellos puede poner en peligro la continuidad de Gallego
en el cargo porque en River somos respetuosos de los contratos con
los técnicos.
Yo mismo respaldé a Ramón Díaz durante un año
y medio en que no ganaba nada. Sin embargo, cuando ya había ganado
y hacía veinte días que se le había renovado el contrato,
él fue quien decidió no continuar, expresó.
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