Por David Cufré
Nada mejor para un gobierno
que pretende mostrar un renovado impulso a su gestión que anunciar
un megaplán de obras públicas. Así lo hizo ayer el
secretario del área, Aníbal Rothamel, durante el masivo
encuentro de funcionarios en la Quinta de Olivos. En rigor, el informe
que presentó a Fernando de la Rúa tuvo poco de novedoso,
ya que desde hace meses el Gobierno publicita la futura implementación
de las mismas obras. Pero ahora parece haber quedado todo listo para que
el Plan Federal de Infraestructura finalmente se ponga en marcha.
El programa engloba bajo esa denominación distintas vías
de financiamiento. En conjunto, entre inversión privada, obra pública
tradicional es decir, con recursos del Estado que figuran en el
presupuesto nacional y el nuevo sistema de concesión a privados,
en 2001 se destinarán 11.095 millones de pesos a la realización
de obras, un 32 por ciento más que el año pasado.
José Luis Machinea enfatiza que ese flujo de inversiones provocará
un sólido repunte de la industria de la construcción y apuntalará
el crecimiento de la economía en su conjunto. Entusiasmado, Rothamel
aseguró que en 2001 el programa generará 510 mil empleos,
aunque otros cálculos de Economía señalan que hacia
fin de año, en el momento de mayor ejecución de obras, habrá
400 mil nuevos puestos de trabajo. El plan será por cinco años,
aunque hasta el momento sólo se proyectaron las inversiones hasta
2003. El año que viene se destinarán 11.189 millones de
pesos, y el siguiente, 11.110 millones.
A fin de mes o principios de febrero el Gobierno licitará el primer
tramo de obras. Se trata de 26 proyectos, por 1062 millones de pesos,
distribuidos en 22 provincias. Los trabajos estarán concentrados
en ampliación de redes viales y aprovechamiento de recursos hídricos.
Del primer grupo, las obras más importantes serán en Formosa
y Salta (construcción de tramos de la ruta nacional 81), Río
Negro (ruta nacional 23), Tucumán (ruta nacional 38), Córdoba
(ruta nacional 158 y tramo Armstrong-Villa María de la Autopista
a Rosario) y Chaco (ruta provincial 34). Por otra parte, se licitarán
obras hídricas en siete provincias. En Jujuy habrá trabajos
para saneamiento de manantiales; en Santiago del Estero para provisión
de agua potable; en Neuquén para provisión de agua potable
y cloacas; en La Rioja para riego; y en La Pampa para atenuación
de inundaciones.
Junto al Plan de Infraestructura, el Gobierno relanzó el de Viviendas,
que fue anunciado el año pasado pero nunca se puso en funcionamiento.
El objetivo para este año es edificar 25 mil casas, que se sumarán
a las 50 mil pautadas por el Fonavi. El programa arrancará en los
próximos días con la construcción de 5 mil viviendas
en Misiones, Chaco, Jujuy, Chubut y Mendoza. Los interesados en adquirir
estas propiedades económicas pagarán cuotas fijas de 160
pesos durante 20 años.
El financiamiento estará a cargo de un grupo de bancos y los institutos
de vivienda provinciales. Los bancos Nación, Ciudad de Buenos Aires,
Galicia, Macro y Comafi otorgarán créditos hipotecarios
a tasas de entre el 11 y el 12 por ciento anual. A su vez, los institutos
de vivienda subsidiarán a los beneficiarios del programa el 50
por ciento de la tasa, con recursos extraídos del Fonavi.
En su informe, Rothamel explicó el funcionamiento del Plan de Infraestructura.
Por un lado, habrá inversiones exclusivas del sector privado, a
través del mecanismo de concesiones o privatizaciones, que serán
repagadas por los usuarios. Por esta vía se canalizará el
59,5 por ciento de las obras previstas para este año. Es decir,
más de la mitad del plan correrá exclusivamente por cuenta
del sector privado y su costo recaerá tarde o temprano sobre los
usuarios. Por otro lado, la Nación y las provincias destinarán
4112 millones (el 25,7 por ciento) de recursos propios. Y sólo
1500 millones (el 14,8 por ciento) serán invertidos bajo el nuevo
sistema de inversiones de privados que el Estado repagará cuandolos
trabajos estén concluidos. Finalmente, la Nación y las provincias
destinarán 941 millones en 2001 al Plan de Viviendas.
El círculo
virtuoso
Este año tenemos la oportunidad de recrear el círculo
virtuoso, dijo ayer Mario Vicens al cierre de su exposición
en la quinta de Olivos. El viceministro de Economía reemplazó
a José Luis Machinea de viaje para publicitar las ventajas
del blindaje financiero en la tarea de explicar al gabinete
la estrategia del Palacio de Hacienda para 2001. Al igual que el
año pasado, esa estrategia pasará por enviar señales
de ortodoxia a los mercados para captar inversiones, confiando en
que ello inyectará oxígeno a la economía y
traerá más consumo y producción. Economía
espera que haya un masivo ingreso de capitales y retrocedan las
tasas de interés. De ese modo, se ingresaría en el
remanido círculo virtuoso de expansión
económica. Vicens tuvo que reconocer que el mismo plan no
dio los resultados esperados en el 2000. Sin embargo, insistió
en que aun cuando el éxito de los esfuerzos puntuales
fue afectado por la desfavorable situación económica
general, el año terminó con una perspectiva mucho
más favorable para el 2001. El mejor panorama, de acuerdo
con la visión del funcionario, radica en que el Gobierno
demostró a los inversores su voluntad por equilibrar las
cuentas públicas a través del Pacto Fiscal con
las provincias, la reforma tributaria de diciembre del 99,
el recorte de salarios a empleados públicos y la reforma
previsional y eso empezará a rendir sus frutos. De
hecho, dijo que el blindaje es el reconocimiento de ese compromiso.
Finalmente destacó que el escenario internacional favorable,
con baja de tasas internacionales y aumento de precios de las commodities,
potenciará el crecimiento.
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¿El
Plan de obras es el retorno de Keynes?
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Orlando Ferreres, consultor
Es válido
A pesar de que éste es un momento donde no existen
recursos públicos excedentes, el plan de obras públicas
encaradas por el Gobierno es muy válido. Ayudará a
motorizar la economía, aunque no es determinante. Pero si
sumamos esta iniciativa al hecho de que en el corto plazo empezarán
a ponerse en marcha varios proyectos de plantas químicas
y alimentarias, concluimos en que toda mano que se le tienda a la
economía es bienvenida. No hay que olvidar que en la última
década, el Estado se dedicó a endeudarse casi exclusivamente
para pagar los sueldos de los agentes públicos. Es muy importante
que el Estado se haga cargo de las inversiones que los privados
no tienen en cuenta, como es el caso de las obras hídricas.
Leonardo Bleger, Credicoop
Limitaciones
No coincido con quienes critican al plan porque, supuestamente,
compromete el gasto público. Por el contrario, la iniciativa
revela las limitaciones del Estado para hacerse cargo de obras públicas
esenciales (hídricas y viales) que no interesan al sector
privado. En los últimos años, la inversión
pública cayó a valores insignificantes y la mayor
parte del gasto se dedicó a pagar intereses de la deuda y
cubrir al sistema previsional. El Gobierno debería profundizar
este tipo de iniciativas, en la medida en que se luche en forma
efectiva contra la evasión impositiva en los sectores de
ingresos más altos, se eliminen las exenciones en Ganancias
y se promueva un gasto más eficiente de los fondos públicos.
Aldo Abram, de Exante
Es atractivo
Durante muchos años las inversiones en obras de infraestructura
fueron tomadas como una variable fiscal. Y esta decisión
implicó que no hubiera fondos para nuevas obras. Si el Gobierno
invierte de una manera eficiente en las iniciativas, sin dudas éstas
generarán una ganancia para la economía. De ser así,
no hay dudas de que se debe seguir avanzando en este tipo de proyectos
porque es una muy buena manera de hacer más eficiente a la
economía y sirve para generar puestos de trabajo. Por otra
parte, es muy atractivo el hecho de que se haya elegido el sistema
europeo para costear las obras. Es decir, que el Estado no pague
en efectivo las construcciones sino que abone por el servicio, una
vez que las obras estén terminadas.
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DE
LA AFIP Y DE LA SECRETARIA PYME
Los planes para el 2001
En el desfile de funcionarios
por la Quinta de Olivos, los titulares de la AFIP, Héctor Rodríguez,
y de la secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Enrique
Martínez, tuvieron la oportunidad de dar sus informes sobre el
trabajo proyectado para 2001. Como en la mayoría de los casos,
fueron largas exposiciones con gran cantidad de medidas puntuales que
planean llevar a la práctica, aunque muchas de ellas ya fueron
anunciadas en el pasado y todavía no se implementan. Por caso,
Rodríguez señaló que antes del 15 de febrero se pondrá
en marcha un plan estratégico para reducir la evasión
y el contrabando, objetivos largamente pregonados durante el 2000.
Pero el objetivo de la megarreunión en Olivos fue mostrar un Gobierno
activo, y los funcionarios se esforzaron por cumplir ese papel. Rodríguez
sostuvo que el plan para combatir la evasión tendrá
tiempos concretos de ejecución y responsables de los objetivos
a cumplir. También puntualizó que es un programa a
tres años, que cobrará mayor impulso a partir de que
se concrete el intercambio de datos entre la Nación y las provincias.
En ese sentido, señaló que el Pacto Fiscal con las provincias
tuvo algunas medidas revolucionarias en materia impositiva, como
que tanto la Nación como las direcciones de Rentas de los distritos
del interior utilicen el mismo lenguaje (informático) para sus
registros. Esto permitirá agilizar la fiscalización,
porque sin información muchas reformas tributarias pueden derivar
en abstracto, indicó.
Por su parte, Martínez estableció como objetivos prioritarios
de la Secretaría Pyme para 2001 facilitar el acceso al crédito
del sector e instrumentar programas de estímulo a las exportaciones.
También dijo que se articulará una red nacional de oficinas
de empleo dirigidas a la capacitación local y regional, y se tenderá
a la regularización de la propiedad de las tierras productivas
para que sus ocupantes puedan ser sujetos de crédito.
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