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La Justicia a investigación por
el caso de los chicos degollados

El fiscal de Cámara de Mar del Plata inició sumarios a los funcionarios judiciales que desoyeron las denuncias de una madre contra el ex marido, que terminó matando a sus dos hijos.

Adriana Garía recibió ayer el respaldo del ministro de Justicia bonaerense, Jorge Casanovas.

Por Mariana Carbajal

El fiscal de Cámara de Mar del Plata, Fabián Fernández Garello, ordenó que se realice un sumario administrativo para analizar las actuaciones de la Justicia en el caso de Adriana García, la docente de la ciudad balnearia que denunció en varias oportunidades a su ex marido por violencia y amenanzas y no fue escuchada, hasta que el hombre degolló a los dos hijos de la pareja, tal como informó Página/12 esta semana. El sumario evaluará el desempeño del Juzgado de Menores Nº 1, de la Asesoría de Incapaces y de la Fiscalía Nº 4 de Mar del Plata. Esta última archivó por falta de pruebas la causa por lesiones iniciada por la mujer contra su ex esposo, el mismo día que el hombre asesinó a los dos niños, de 4 y 2 años.
“No se pudo prever el desenlace fatal. Nunca se pudo constatar ninguna de las lesiones que ella denunció. En el caso de las amenazas, no es suficiente con una denuncia y en este caso ninguno de los testigos que presentó la mujer las habían escuchado”, señaló, en diálogo con Página/12, la titular de la Fiscalía Nº 4, María de los Angeles Lorenzo. “Ojalá hubiésemos podido prever la muerte de los dos chicos, pero no hubo nada que diera el alerta del riesgo”, agregó la fiscal.
Ayer, el ministro de Justicia bonaerense, Jorge Casanovas, se solidarizó con Adriana García y le comunicó la existencia del sumario administrativo. El funcionario se encontró con la mujer en la rambla marplatense, en momentos en que junto a familiares de víctimas de delitos no esclarecidos, juntaba firmas para la derogación de la denominada ley del “dos por uno”.
Adriana, docente de chicos hipoacúsicos y consejera académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se presentó por primera vez a pedir protección en mayo en la Comisaría 7º de Mar del Plata, poco después de indicarle a su marido Ariel Bualo que abandonara el hogar conyugal al enterarse por su propia boca que se estaba tratando con un psiquiatra por ser un “abusador sexual compulsivo”. Llevaban 8 años de casados y tenían dos hijos, Sebastián, de 4, y Valentina, de 2. A partir del día en que echó a su esposo de la casa, la vida de Adriana se convirtió en una pesadilla. Según contó a este diario, Bualo irrumpió por la fuerza en la vivienda en tres oportunidades y una vez la agredió físicamente a ella y a sus hijos.
A través de un comunicado de prensa, la Fiscalía Nº 4 salió ayer a defender su actuación en el caso. Aseguró que su intervención fue “conforme a la competencia que el ordenamiento legal atribuye a esta Fiscalía y de acuerdo a las previsiones que surgen de la Constitución Nacional, Código Penal y de Procedimiento Penal”. En relación a la denuncia que Adriana interpuso el 15 de junio por lesiones contra Bualo, la fiscalía indicó que las heridas no pudieron ser corroboradas por el médico de la policía. Los pedidos de protección de la mujer en la Justicia continuaron fracasando. El 4 de agosto amplió su denuncia por el delito de amenzas y daños, que dieron intervención en el caso al tribunal de menores Nº 1, a cargo de Olga Artola. “De acuerdo a los informes socioambientales y psicológico practicado a uno de los niños en sede minoril no surgieron situaciones objetivas de riesgo”, informó ayer la Fiscalía.
Por entonces, según relató Adriana García a este diario, su hijo mayor le suplicaba: ‘Mamá, vamos a escondernos a un pelotero que ahí no nos va a encontrar’, para escapar de las agresiones de Bualo.
Mientras un sumario administrativo revisa el desempeño de la Justicia en el caso, la mujer independientemente del resultado de la investigación, no podrá recuperar a sus hijos. Bualo los degolló el 17 de octubre, el mismo día que la fiscalía archivaba por falta de pruebas las actuaciones abiertas por sus denuncias. El hombre está detenido en el pabellón penitenciario del Instituto Psiquiátrico Melchor Romero, de las afueras de La Plata, a la espera del juicio oral y público por el doble homicidoagravado por el vínculo, que podría depararle prisión perpetua, el castigo máximo previsto por el Código Penal.

 


 

LA TURISTA QUE SE PERDIO UN MES EN BARILOCHE
Una amnesia en vacaciones

El 12 de diciembre, como todas las mañanas, Lucila Zapateiro salió del hotel de Bariloche, donde estaba pasando, sola, sus vacaciones. Pero a la noche no volvió. Pasaron los días y la mujer no aparecía, lo que llevó al dueño del hotel a denunciarla por estafa, ya que debía 1113 pesos de su prolongada estadía. Estaba siendo buscada intensamente por la policía local y parecía que se había esfumado. Petro ayer fue encontrada por unos vecinos en la zona de Llao Llao, donde estuvo viviendo en una cueva. Pero la turista no participó de una expedición de supervivencia ni quiso convertirse en la mujer del yeti. Lo que ocurrió fue que perdió la memoria, estuvo más de un mes a la intemperie, y no la pasó nada bien: en el hospital regional de Bariloche, donde fue internada, informaron que Zapaterio “llegó con un estado general compatible con trastornos de conducta y lesiones en los pies por exposición al frío”.
Lucila Aurora Zapateiro, de 59 años, llegó a Bariloche el 31 de octubre del año pasado, desde Avellaneda, para disfrutar de unas largas vacaciones. Durante un mes y medio todo transcurrió con normalidad, hasta que el 12 de diciembre desapareció misteriosamente. La turista -aparentemente de posición acaudalada– estaba hospedada en el hotel Tres Reyes y los primeros días fue pagando sus cuentas en tiempo y forma, pero al desaparecer había acumulado una deuda de 1113 pesos. Esto hizo pensar a la gerencia del hotel que la mujer había huido por no poder pagar esa suma, y por esa razón se radicó una denuncia por presunta estafa. Sin embargo, en el cuarto que ocupaba se encontraron algunos de sus elementos personales –ropa, anteojos y artículos de tocador–, y esta circunstancia hizo dudar a los investigadores sobre la hipótesis de la fuga.
La turista estaba siendo buscada por la policía, hasta que fue encontrada por unos vecinos en inmediaciones de una capilla ubicada en la zona de Llao Llao, “amnésica, en estado de abandono y mal alimentada”, detallaron en la Unidad Regional 27 de Bariloche. Todo ese tiempo estuvo viviendo en una cueva aledaña, expuesta al frío y al hambre. En la cueva se encontraron sus documentos personales, una tarjeta de crédito y un par de zapatos.
Las personas que la encontraron, después de superar la sorpresa, dieron aviso a la policía de la zona, que inmediatamente dispuso su traslado al hospital regional local, donde está internada “con lesiones en los pies por la exposición al frío y signos de amnesia parcial”, según confirmó su director, Raúl Calfin, aunque aclaró que “la mujer está lúcida y su estado de salud es bueno”.

 

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