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Terror contra el pacto antiterror

ETA reivindicó 15 atentados de los últimos cuatro meses y amenazó a los firmantes del acuerdo antiterrorista del PP y el PSOE.

Imagen de uno de los atentados de ETA, en Madrid, el año pasado.
Allí murió el teniente coronel Pedro Antonio Blanco García.

Quizás no hacía falta, pero por las dudas lo aclararon. En un comunicado publicado ayer en el diario independentista vasco Gara, la organización separatista vasca ETA reivindicó ayer 15 atentados cometidos entre el 22 de octubre y el 31 de diciembre pasados, entre ellos dos asesinatos, y la “liberación” de uno de sus integrantes en Francia. Como si todo esto fuera poco, la ETA dijo en el mismo comunicado que todos aquellos que firmaron y firmarán el pacto antiterrorista entre los dos grandes partidos españoles, el Popular y el Socialista, pueden considerarse “blancos” de la organización. Y hablando de blancos, ayer el juez Baltasar Garzón ordenó la prisión incondicional para Pepe Rei, periodista vasco detenido anteayer bajo el cargo de señalar blancos para la ETA.
La organización separatista vasca reivindicó los asesinatos de Ernest Lluch, ex ministro socialista de Sanidad; y de Francisco Cano, concejal municipal del Partido Popular, baleados el 21 de noviembre y el 14 de diciembre en Cataluña, calificando a ambas figuras de “responsables de la política de opresión en Euskal Herria” (Patria Vasca, en euskera). ETA también afirmó haber colocado artefactos explosivos contra una pareja de “periodistas policías” vascos, colaboradores del diario El País y del canal de televisión Antena 3, en la Facultad de Periodismo de la Universidad del País Vasco que tuvo por blanco a un responsable del Partido Socialista, y contra un banquero vasco, miembro del consejo de administración del periódico El Correo Vasco. También fueron reivindicados dos ataques contra cuarteles de la guardia civil, y tres atentados contra edificios de la administración española. Tres empresas del País Vasco también fueron víctimas de explosiones porque no dan fondos en favor de la “liberación del País Vasco”, explicó ETA.
“Cuatro soldados de ETA, que preparaban una operación el 20 de diciembre en Barcelona, fueron sorprendidos por fuerzas policiales y durante un intercambio de disparos un policía municipal resultó muerto”, explicó el comunicado de ETA. La organización separatista también reivindicó la “liberación” de Alberto López de la Calla, alias “Mobutu”, que se fugó el 13 de noviembre de un hotel en Aubusson (Francia), donde estaba bajo el sistema de libertad vigilada.
El comunicado de ETA continúa con una amenaza explícita a socialistas y populares, que el 12 de diciembre pasado firmaron el llamado “acuerdo por las libertades y contra el terrorismo” e instaron a otros organismos políticos a refrendar la iniciativa. Según el documento del PP y el PSOE, “cualquier divergencia política entre vascos puede y debe situarse” en el marco de la Constitución española y del Estatuto de Autonomía del País Vasco español, y que “cualquier proyecto político, incluso aquellos que quieran revisar ese marco, debe respetar las reglas de juego democráticas”.
En lo que es su primera respuesta conocida a este acuerdo, la ETA dijo ayer que “sus firmantes, los de hoy y los que lo suscribirán en el futuro, serán considerados por ETA como objetivos de sus operaciones armadas”, porque representan “la actitud terrorista del Estado y de sus gobernantes”. Según la organización separatista, “izquierda y derecha, república y monarquía, fascismo o democracia, todos tienen el mismo objetivo: mantener a Euskal Herria bajo la dominación. El Estado español nació para convertirse en la prisión de los pueblos y, con un guante de terciopelo o una mano de hierro, siempre busca la mejor manera de estrangular a Euskal Herria”.
En otro orden de cosas, los investigadores españoles descubrieron que el cuarto presunto miembro del comando Barcelona de ETA, parcialmente desmantelado el 11 de enero, es hijo de un comisario de policía. Diego Sánchez Burría, de 24 años, oriundo de Barcelona e hijo de un comisario de una pequeña localidad catalana, consiguió huir luego de la detención de dos presuntos miembros del comando Barcelona de ETA.

 

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