La diputada chaqueña Elisa
Carrió anticipó anoche su ruptura con la Alianza para hacer campaña por
la corriente Argentinos por una República de Iguales, que conduce junto
con el socialista Alfredo Bravo. "Todavía no es cierto que vaya a
ser candidata a senadora por la Capital, pero que nuestra corriente irá
con listas propias en las elecciones, es una decisión tomada",
aseguró la diputada en el programa televisivo "La Posta", que
conduce Fernando Almirón. Carrió no quiso admitir que será candidata en
la ciudad, pero se ocupó de aclarar que "no voy a poder ser
candidata a senadora en mi provincia porque me lo van a impedir", y
que "entre los habitantes de la ciudad de Buenos Aires tengo mejor
imagen que Carlos Alvarez". --¿Se presentará en las
próximas elecciones como candidata a senadora?
--Todavía no lo tengo decidido, pero sí sé que vamos acompañar
a todos los que sean candidatos en la Capital Federal y pertenezcan al
grupo ARI. Esta es una decisión tomada.
--¿Se fueron de la Alianza y se presentarán ahora como polo
opositor?
--En realidad nosotros no nos fuimos. En todo caso se fueron los
otros a otro lado. Alfredo Bravo y yo hemos construido esta Alianza. En mi
caso, fui la primera diputada nacional elegida por la Alianza en 1995 en
el Chaco, donde me votaron el Frepaso y la UCR cuando todavía entre ellos
no había ninguna relación. Nosotros teníamos un proyecto de país. Este
proyecto de país fue cambiado por nuestro gobierno.
--¿Qué significa para usted la palabra "traición"?
--Hay distintos tipos de traición. En este caso hay una traición
electoral muy clara. Digamos, hay una ejecución de gobierno de derecha
que fue votada por el 10 por ciento de los argentinos que siguen a Domingo
Cavallo. Y hay un proyecto votado por el 51 por ciento que no se expresa
en el Gobierno.
--¿Creen que pueden ser opción electoral en octubre de este año?
--No sé. No creo que haya que ser tan ambicioso. El ARI no fue
creado como una opción electoral ambiciosa. Fue creado para sostener las
convicciones desde lo político. En este país hace falta testimonio. Todo
el mundo habla lindísimo, pero no obra igual. Chacho habla lindísimo
pero no obra de igual manera. Esto hace que la sociedad pierda la
credibilidad en la política. La gente quiere ver que la palabra esté
unida a la acción. Que hago lo que digo. --Este Gobierno ya perdió
a Alvarez, que renunció a la vicepresidencia. Después los perdió a ustedes, que se fueron del bloque. Ahora ustedes
van a hacer campaña por fuera de la Alianza. Si todo sigue así, ¿hasta
cuándo se sostiene este gobierno?
--Es una pregunta muy simple a una realidad mucho más compleja.
Hay que ver si puede recrear la confianza interna para marzo. Si lo logra,
si establece otras políticas públicas, puede haber gobernabilidad; si
no, le va a ser muy dificultoso. Pero no por nosotros. La gobernabilidad
no depende de que nosotros tengamos posturas críticas. La renuncia de
Chacho afectó la gobernabilidad. --¿En qué se diferencian ustedes de Alvarez, que también
aparece como disidente del Gobierno?
--Yo creo que Chacho, a quien quiero mucho en lo personal, es
gestual. Batalla
por los medios pero no logra perseverancia en la ejecución. Luchar contra
la corrupción es haberse quedado en el Senado, a veces en silencio y sin
tanta propaganda, hasta encontrar la verdad. Si esa verdad comprometía a
su propio gobierno, que lo comprometa. --¿Cómo fue que usted, Bravo y muchos otros dirigentes se
equivocaron tanto con este gobierno? ¿Qué pasó?
--Yo tengo cinco años de política. Yo vengo de la Universidad. Mi
primer cargo fue en la Convencional Constituyente. Después fui diputada
nacional. Yo tenía idealizaciones, pensaba que las personas no tenían
doble moral.
--Sin embargo, usted hizo campaña por la Alianza...
--Yo sí. Yo acompañé al Presidente, peleamos en la construcción
de la Alianza. Yo creí profundamente en la Alianza, de corazón. Sigo
creyendo. No sabía que tanta gente tiene doble moral en la política. Que
había tantos comportamientos hacia afuera que no tenían relación con el
adentro de las personas. Que la gente pudiera tener tan divorciada la
conciencia de la acción. Y lo digo incluso en el caso del propio
Presidente, al cual acompañé. Por supuesto, nunca creí que fuera un erótico
o un revolucionario. Pero siempre pensé que era un republicano moderado.
Yo no puedo integrar un gabinete donde están los que no podían aparecer
en la campaña, como López Murphy.
--¿Cuál es su futuro? Usted mide bien en las encuestas.
--Sí, el problema no está en las encuestas. El problema sería si
midiendo bien en las encuestas, yo uso esa enorme credibilidad pública
para mi posicionamiento personal.
--¿El ARI es serio?
--Sí, pero tengo algunos problemas éticos fundamentales. Yo sé
que a pesar de que el 80 por ciento de mi provincia quiere que sea
senadora, la maquinaria radical me va a eliminar. Porque el cariño de la
gente es inversamente proporcional al odio de algunos dirigentes. --Usted tiene una vida
política de cinco años y ya se siente defraudada. ¿Qué le queda a la
gente? --Yo creo que el dolor siempre está asociado con la esperanza. Cuando uno tiene dolor es porque cree, espera y lucha, si no sería muy conformista. Creo que el dolor y a veces el escepticismo tienen mucho que ver con una profunda utopía. Yo creo profundamente en la política, en la democracia y en la República. Y estoy dispuesta a pelear por eso hasta donde me den las fuerzas. Pero me van a seguir dando. Porque a veces parece que me caigo, pero me levanto.
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