Por Pedro Lipcovich
Un desesperado pedido de �movilización internacional� para salvar a las islas Galápagos lanzó ayer la Unesco, mientras el derrame de 600 toneladas de combustible procedentes de un barco encallado continuaba adentrándose en el archipiélago. Ecuador declaró en estado de emergencia al precioso archipiélago donde, anoche, los socorristas intentaban salvar ejemplares de especies evacuándolos a pulso desde las playas. La mancha negra llegaba anoche a dos islas donde habitan especies únicas en el mundo. Arrecian entretanto las protestas de organizaciones ecologistas contra la �imprevisión� del gobierno de Ecuador, país al que pertenecen las islas, y un especialista definía la paradoja: desde que las Galápagos, para su protección, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad, el turismo, la población estable y los automotores se multiplicaron; por lo tanto, se incrementaron los envíos de combustible y el riesgo de accidentes como éste.
�El impacto ambiental, sobre un ecosistema tan frágil, ya es muy grave�, dijo anoche a este diario, desde Ecuador, Fernando Espinosa, presidente de la Fundación Charles Darwin. Las Galápagos �en el océano Pacífico, a mil kilómetros del continente� incluyen dos ecosistemas, el marino y el terrestre, distintos pero relacionados: a corto plazo, el derrame pone en riesgo a varias especies de pájaros que, viviendo en tierra, se alimentan en el mar; también afecta (pero esto no hay cómo medirlo) a las especies marinas (una de cada cuatro son exclusivas de la región). No estarían en riesgo inmediato las 10.000 tortugas gigantes que dieron su nombre a las Galápagos.
A largo plazo, �todo depende de que el combustible llegue o no a los sistemas de manglares (esteros arbolados dentro de las islas): si llega, el impacto sobre todos los sistemas será tremendo�, se angustió Espinosa. Esto sólo podrá saberse �dentro de unas dos semanas�, dijo Espinosa, quien precisó que, en lo inmediato, las especies en riesgo de extinción por el derrame son �la gaviota de lava, el petrel pata plegada, el cormorán no volador y los pingüinos�: todas, aves pescadoras.
El derrame tuvo origen cuando, el martes de la semana pasada, el carguero ecuatoriano �Jessica�, que transportaba 900 toneladas de carburante destinado a la población humana de las Galápagos, encalló frente a la isla San Cristóbal. Desde entonces, más de 600 toneladas se derramaron, especialmente desde el domingo, cuando el mar picado inclinó la nave a 45 grados. El accidente sucedió en la época del año que en esa zona llaman del aguaje, caracterizada por fuertes vientos y olas enormes. Ayer, centenares de hombres, incluso un equipo llegado de Estados Unidos, intentaban colocar barreras de malla flotante y verter disolventes, pero no pudieron impedir que las manchas llegaran a las islas de Santa Cruz y de Santa Fe, único hogar de la iguana que lleva ese mismo nombre; para la madrugada de hoy se las esperaba en la isla La Española, único sitio donde se reproduce el albatros de alas gigantes.
Koichiro Matsuura, director de la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), pidió ayer una �movilización de la comunidad internacional para salvar a las Galápagos� y recordó que el archipiélago fue declarado patrimonio mundial en 1978. La entidad ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), con sede en Suiza, previó que el derrame tendrá �un efecto profundo y duradero� y pidió que la comunidad internacional declare �zona marítima particularmente sensible� a las aguas de las Galápagos.
El ministro de Ambiente ecuatoriano, Rodolfo Rendón, admitió que se causó un �gravísimo impacto ambiental� en las islas, pidió ayuda internacional �urgente� y anunció una investigación para establecer qué organismo habilitó al �Jessica�, que trabajaba para una filial de la estatal Petroecuador. En comunicación con Página/12 desde ese país, Ricardo Moreno, titular de la entidad ecologista Fundación Natura, denunció que �el Estado ecuatoriano carece de planes de emergencia, deinfraestructura y de personal para una catástrofe como ésta, lo cual ha hecho perder un tiempo muy valioso�.
Según el geógrafo francés Christophe Grenier, autor de Conservación contra naturaleza: las islas Galápagos, �este accidente revela una tendencia a la degradación de las Galápagos�. Declaradas parque nacional y patrimonio mundial, �eso fortaleció su conexión con el mundo mediante el turismo y las migraciones. De unos 2000 habitantes en 1960, pasaron a 10.000 en 1990 y a 20.000 hoy. El número de turistas se multiplicó por 15 en 30 años, y el año pasado fueron 70.000: para que circulen los autos hay que importar combustible�. Grenier sostuvo que �el acceso a las islas tendría que ser restringido, para aliviar los frágiles ecosistemas y reducir los riesgos de marea negra�.
El archipiélago de las Galápagos está compuesto por 13 islas, 17 islotes y 47 arrecifes, con una superficie total de 7964 kilómetros cuadrados. Viven allí 5000 especies animales; el 40 por ciento de ellas no tiene otro hábitat en el mundo.Por Pedro Lipcovich
@Un desesperado pedido de �movilización internacional� para salvar a las islas Galápagos lanzó ayer la Unesco, mientras el derrame de 600 toneladas de combustible procedentes de un barco encallado continuaba adentrándose en el archipiélago. Ecuador declaró en estado de emergencia al precioso archipiélago donde, anoche, los socorristas intentaban salvar ejemplares de especies evacuándolos a pulso desde las playas. La mancha negra llegaba anoche a dos islas donde habitan especies únicas en el mundo. Arrecian entretanto las protestas de organizaciones ecologistas contra la �imprevisión� del gobierno de Ecuador, país al que pertenecen las islas, y un especialista definía la paradoja: desde que las Galápagos, para su protección, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad, el turismo, la población estable y los automotores se multiplicaron; por lo tanto, se incrementaron los envíos de combustible y el riesgo de accidentes como éste.
�El impacto ambiental, sobre un ecosistema tan frágil, ya es muy grave�, dijo anoche a este diario, desde Ecuador, Fernando Espinosa, presidente de la Fundación Charles Darwin. Las Galápagos �en el océano Pacífico, a mil kilómetros del continente� incluyen dos ecosistemas, el marino y el terrestre, distintos pero relacionados: a corto plazo, el derrame pone en riesgo a varias especies de pájaros que, viviendo en tierra, se alimentan en el mar; también afecta (pero esto no hay cómo medirlo) a las especies marinas (una de cada cuatro son exclusivas de la región). No estarían en riesgo inmediato las 10.000 tortugas gigantes que dieron su nombre a las Galápagos.
A largo plazo, �todo depende de que el combustible llegue o no a los sistemas de manglares (esteros arbolados dentro de las islas): si llega, el impacto sobre todos los sistemas será tremendo�, se angustió Espinosa. Esto sólo podrá saberse �dentro de unas dos semanas�, dijo Espinosa, quien precisó que, en lo inmediato, las especies en riesgo de extinción por el derrame son �la gaviota de lava, el petrel pata plegada, el cormorán no volador y los pingüinos�: todas, aves pescadoras.
El derrame tuvo origen cuando, el martes de la semana pasada, el carguero ecuatoriano �Jessica�, que transportaba 900 toneladas de carburante destinado a la población humana de las Galápagos, encalló frente a la isla San Cristóbal. Desde entonces, más de 600 toneladas se derramaron, especialmente desde el domingo, cuando el mar picado inclinó la nave a 45 grados. El accidente sucedió en la época del año que en esa zona llaman del aguaje, caracterizada por fuertes vientos y olas enormes. Ayer, centenares de hombres, incluso un equipo llegado de Estados Unidos, intentaban colocar barreras de malla flotante y verter disolventes, pero no pudieron impedir que las manchas llegaran a las islas de Santa Cruz y de Santa Fe, único hogar de la iguana que lleva ese mismo nombre; para la madrugada de hoy se las esperaba en la isla La Española, único sitio donde se reproduce el albatros de alas gigantes.
Koichiro Matsuura, director de la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), pidió ayer una �movilización de la comunidad internacional para salvar a las Galápagos� y recordó que el archipiélago fue declarado patrimonio mundial en 1978. La entidad ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), con sede en Suiza, previó que el derrame tendrá �un efecto profundo y duradero� y pidió que la comunidad internacional declare �zona marítima particularmente sensible� a las aguas de las Galápagos.
El ministro de Ambiente ecuatoriano, Rodolfo Rendón, admitió que se causó un �gravísimo impacto ambiental� en las islas, pidió ayuda internacional �urgente� y anunció una investigación para establecer qué organismo habilitó al �Jessica�, que trabajaba para una filial de la estatal Petroecuador. En comunicación con Página/12 desde ese país, Ricardo Moreno, titular de la entidad ecologista Fundación Natura, denunció que �el Estado ecuatoriano carece de planes de emergencia, deinfraestructura y de personal para una catástrofe como ésta, lo cual ha hecho perder un tiempo muy valioso�.
Según el geógrafo francés Christophe Grenier, autor de Conservación contra naturaleza: las islas Galápagos, �este accidente revela una tendencia a la degradación de las Galápagos�. Declaradas parque nacional y patrimonio mundial, �eso fortaleció su conexión con el mundo mediante el turismo y las migraciones. De unos 2000 habitantes en 1960, pasaron a 10.000 en 1990 y a 20.000 hoy. El número de turistas se multiplicó por 15 en 30 años, y el año pasado fueron 70.000: para que circulen los autos hay que importar combustible�. Grenier sostuvo que �el acceso a las islas tendría que ser restringido, para aliviar los frágiles ecosistemas y reducir los riesgos de marea negra�.
El archipiélago de las Galápagos está compuesto por 13 islas, 17 islotes y 47 arrecifes, con una superficie total de 7964 kilómetros cuadrados. Viven allí 5000 especies animales; el 40 por ciento de ellas no tiene otro hábitat en el mundo.
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