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Por Mariana Carbajal
 Dos días después de asumir la presidencia, el republicano George W. Bush envió su primer gesto hacia los sectores conservadores que lo apoyaron en su camino a la Casa Blanca: ayer, en coincidencia con una multitudinaria marcha en contra del aborto que atestó las calles céntricas de Washington, el flamante mandatario anunció que cortará los fondos federales destinados a organizaciones internacionales que promueven la interrupción del embarazo. El anuncio reavivó la discusión en torno del aborto, un tema que divide a los norteamericanos, y generó preocupación entre las feministas, que temen un posible endurecimiento de la legislación en esta materia.
�Tengo la intención�, declaró Bush a la prensa, al ser interrogado sobre si pensaba anular el decreto de Bill Clinton que autorizó el desembolso de 430 millones de dólares por año para apoyar a instituciones pro aborto en países del Tercer Mundo, como parte de los programas de planificación familiar. De esta forma, el nuevo presidente eligió su primera jornada de trabajo en la Casa Blanca para comunicar su decisión de reestablecer una prohibición instaurada por el ex mandatario republicano Ronald Reagan en 1984, y luego mantenida por su sucesor, George Bush padre. La medida fue anulada por Clinton al llegar al poder.
La noticia, que congració a los conservadores antiaborto, coincidió con una marcha �por la vida� por las calles de Washington, en la que participaron más de 20.000 personas de todas las edades, religiones y rincones de Estados Unidos. Con pancartas y consignas en contra de la interrupción legal del embarazo, los manifestantes exigieron la anulación de una resolución de 1973 de la Corte Suprema por la que se legalizó el aborto. Ese año, la más alta instancia judicial norteamericana consagró, con la decisión �Roe vs. Wade�, el derecho constitucional de las mujeres a abortar, invalidando una ley de Texas que prohibía esa intervención quirúrgica.
�¡Despierta EE.UU.!, frena el aborto�, �Alto al asesinato de bebés�, �No más llanto de mujeres a causa del aborto�, rezaban algunos de los carteles de la concentración que paralizó el centro de Washington, y que estuvo en encabezada por un enorme lienzo con la imagen de Jesucristo.
Bush hijo, que había sido invitado a la movilización, no quiso estar ausente: envió un mensaje que fue leído a la multitud por Chris Smith, el representante republicano de Nueva Jersey y feroz opositor al aborto. �Toda persona, en todos los momentos y en todas las fases de la vida, fue creada a imagen de Dios. Las promesas de nuestra Declaración de Independencia no son simplemente para los poderosos, los independientes (...). Son para todos, incluyendo a los niños que están por nacer�, escribió Bush.
La marcha comenzó con algunos incidentes. Unos diez jóvenes fueron detenidos por la policía por obstaculizar la entrada principal de la FDA, la máxima autoridad en medicamentos y alimentos, que autorizó en setiembre el uso de la píldora abortiva RU-486 en Estados Unidos.
La fuerte presión que los miembros más conservadores de la nueva administración puedan ejercer para prohibir el aborto, y cumplir así con un reclamo de la derecha religiosa, despertó la preocupación de las organizaciones de mujeres. �Temo que entremos en un período problemático en el que tendremos que batallar. Vamos a tener que movilizar nuestras fuerzas como no lo hemos hecho en los últimos años�, declaró Betty Friedan, considerada como la �madre� de las feministas norteamericanas.
Las feministas tienen dos fantasmas: por un lado, que John Ashcroft, un ultraconservador afín a la derecha cristiana, se convierta en fiscal general. �Si Ashcroft resulta confirmado, él y Bush podrán considerar que tienen luz verde para dejar la decisión �Roe vs. Wade� vacía de contenido. Lo único que puede impedírselo es la movilización potencial de la mayoría de este país, que considera que el aborto debe continuar legal y accesible�, sostuvo Friedan. El otro fantasma que mantiene en alerta a las feministas tiene que ver con la modificación de la composición de la Corte Suprema, que debe realizarse en los próximos años. La elección de los nuevos jueces estará en manos del nuevo presidente. Alcanzaría con el nombramiento de dos magistrados opuestos al aborto para cambiar la mayoría del máximo tribunal respecto de este tema. En junio, la Corte confirmó el derecho de las mujeres a recurrir a esta operación, pero la votación �la primera sobre esta cuestión desde 1992� fue muy ajustada: apenas por cinco votos contra cuatro.
En Estados Unidos se realizan aproximadamente 1,1 millón de abortos al año. La operación divide a los norteamericanos. Una encuesta difundida ayer por la empresa Gallup señala que aunque siguen siendo más los que apoyan el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, en los últimos cinco años sus detractores han aumentado del 33 al 43 por ciento. El porcentaje de apoyo, en cambio, descendió del 56 al 48 por ciento.
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