Por Roque Casciero
Desde Bahía Blanca
�Uno de los lugares donde nunca toqué es Bahía Blanca�, respondió Carlos �La Mona� Jiménez cuando le plantearon la idea central de Argentina en Vivo 2. Los funcionarios de la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación, encargados de programar el ciclo de conciertos gratuitos, tomaron nota de la mención y se dispusieron a darle el gusto: la tercera fecha sería en esta ciudad bonaerense de 300 mil habitantes. Hasta ahí, ninguna sorpresa. El domingo pasado, mientras se armaba el escenario en la cancha del club Liniers, un periodista local tiró el dato: �Qué bueno que La Mona pueda tocar gratis, porque cuando vino la entrada era cara y no hubo tanta gente�. Lo primero que le contestaron es que se equivocaba, que el show estaba programado aquí porque La Mona nunca había tocado en esta plaza. Sí, el cordobés había estado antes en Bahía Blanca, aunque en esa ocasión no había reunido 15 mil personas como el domingo ni generado la misma expectativa mediática. �Vino hace doce años�, justificó el lapsus Juana, la manager y ex esposa del cantante. Pero el show de Jiménez fue... en abril de 2000.
La anécdota sirve para pintar a ese personaje entrañable que es La Mona, sumergido en tal marea de shows que apenas tiene memoria para registrar los lugares. Pero ni su ajetreada agenda ni los años que lleva cuarteteando son un handicap cuando se sube al escenario: ahí arriba multiplica su carisma natural hasta límites increíbles, canta con voz ronca, baila sin parar, habla hasta por los codos y, como si eso no le alcanzara, se comunica con un sistema de señas que alude a barrios o ciudades de donde vienen sus seguidores.
El domingo, La Mona hizo un recorrido por su profusa discografía, con el acento en esos hits pegadizos que provocan que el público, inevitablemente, mueva la patita. Arrancó con �Beso a beso�, �Ella vive enamorada� y �Despierta corazón� (que le dedicó �al Rodri del cuarteto�). Vestido de ¡dorado! e incansable como siempre, hizo saltar a todos con �El marginal�, �Con una agujita de oro�, �Quién se ha tomado todo el vino� (que ganó en efectividad con nuevos coritos), �Tu oreja me pone de la cabeza� (más pop que cuartetera), �El agite� (con una murga cercana a Los Auténticos Decadentes) y �El bum bum� (que generó un espontáneo �trencito� a un costado del campo). �Más huevo, más adrenalina (Adrenalina es el título de su disco más reciente, el número 66 de su carrera). Eso es lo que a mí me gusta�, incitaba La Mona. En un momento, cuando un fan le tiró una remera de los Redonditos de Ricota, se la calzó y le mandó saludos �al Indio Solari y a Patricio (sic), de corazón a corazón�. También se puso las camisetas de Villa Mitre y Liniers, dos clubes bahienses que se tienen mucha pica, y pidió aplausos para Belgrano y Talleres, para River y Boca. Si alguien necesita un diplomático, que vaya a Córdoba y pregunte por Carlitos.
Los cineastas Flavio Nardini y Cristian Bernard (76 89 03) se encargaron del corto de siete minutos que formará parte de la película sobre Argentina en Vivo 2. �Es pura ficción, la historia de un cordobés que vive en Bahía Blanca�, aclaró Nardini. �Lo único que le pedimos a La Mona fue que tirara una toalla al público (en realidad, arrojó cuatro). Pero él no sabe de qué se trata, queremos darle la sorpresa. El corto es un homenaje a los mitos populares argentinos.�
En esa categoría, la de mito popular, encaja perfecto Carlitos Jiménez: por su trayectoria de treinta y cinco años, por la devoción que le profesa el público cuartetero, por las anécdotas de la que está poblada su historia. Mito viviente, además, por lo que todavía tiene mucha tela para cortar. Por eso, cuando dijo en Bahía Blanca que a los 50 estaba �hasta las bolas�, nadie le prestó demasiada atención. Es que todos �público, músicos, algunos periodistas y varios funcionarios� estaban bailando y cantando.
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