Toda medida adoptada dentro del orden constitucional, que procure
resolver conflictos derivados de los compromisos internacionales, que
resguarde los intereses superiores de la Nación y que a la vez
contribuya a la paz social, a la reconciliación y a un futuro mejor
para todos, es percibida por los soldados argentinos con esperanza.
Con las calculadas palabras del general de División Jorge Luis
Zamudio único orador del acto realizado por el doce aniversario
del ataque al cuartel de La Tablada el Ejército quiso expresar
su acatamiento institucional a la conmutación de penas para los
presos del MTP dictada a fines del año pasado por el presidente
Fernando de la Rúa.
Zamudio, actual comandante de la brigada Mecanizada X, era en 1989 jefe
del Regimiento de La Tablada. El militar definió durante su discurso
a los asaltantes de La Tablada como un importante grupo de terroristas
equipados y entrenados para matar que pretendieron constituirse en salvadores
de una democracia ya restaurada.
En la ceremonia estuvieron presentes el ministro de Defensa, Ricardo López
Murphy; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Carlos Mugnolo, y el jefe
del Ejército, Ricardo Brinzoni, quien interrumpió sus vacaciones
para asistir. También estuvo el teniente coronel retirado Emilio
Guillermo Nani, quien amenazó con devolver la medalla que recibió
por la defensa del cuartel. El acto se realizó en la localidad
de Pigüé, adonde fue trasladado el Regimiento de Infantería
Mecanizada 3 (RIM3) después de que el Ejército vendiera
por 19 millones de dólares el predio del cuartel de La Tablada
a una cadena de supermercados de origen francés.
El ministro de Defensa fue el encargado de defender explícitamente
la medida tomada por el Gobierno después de que los presos de La
Tablada se mantuvieran por 116 días en huelga de hambre. La
conmutación de penas no es dejar las heridas abiertas. Más
allá de la opinión que tenga cada uno de nosotros sobre
ese hecho, responde a las realidades y a las circunstancias de que Argentina
es miembro de la comunidad internacional, aseguró López
Murphy en declaraciones a la prensa.
El ministro y los jefes militares se moderaron al hablar de la reducción
de las condenas de los miembros del MTP. Pero no se privaron de referirse
con dureza a quienes hace doce años asaltaron el regimiento. Esas
medidas no significan de ninguna manera un perdón o una atenuación
de la atrocidad que se cometió ese día por quienes atacaron
el cuartel de La Tablada, expresó el ministro. Zamudio, que
expresó con su discurso la posición oficial del Ejército,
aprovechó la ocasión para hablar de reconciliación:
Las sociedades maduras se han reconciliado con su pasado, han cerrado
sus heridas, han construido un futuro mejor para todos sus hijos, edificándolo
sobre pilares sólidos. Prudencia, justicia, templanza, esfuerzo,
tolerancia.
También hubo ayer una conmemoración del ataque al cuartel
en la catedral, donde familiares de los militares muertos durante el copamiento
presenciaron una homilía. La ex candidata a legisladora porteña
por Acción por la República Elena Cruz estuvo allí
y afirmó que los argentinos siguen con odio sin poder perdonar.
En 1997 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó
que durante la recuperación del cuartel hubo ejecuciones y torturas
a los detenidos y criticó al Estado porque los condenados por el
asalto al regimiento no tuvieron el derecho a recurrir el fallo por un
tribunal superior. Esto provocó que el Gobierno, tras fracasar
en la sanción de una ley que permitiera a los presos acceder a
la revisión de sus condenas, resolviera conmutar sus penas.
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