Por José
Natanson
Carlos Chacho Alvarez
y Fernando de la Rúa cenaron ayer junto a Darío Alessandro
y Chrystian Colombo en la casa del jefe de Gabinete en San Isidro. La
charla, cordial y amenizada por un asado, comenzó a las diez de
la noche y continuaba al cierre de esta edición. El encuentro marca
un giro evidente en la postura de Alvarez quien, después de cuatro
meses de contactos suspendidos, retomó el diálogo con las
máximas figuras de la coalición: el lunes se había
reunido con Raúl Alfonsín y ayer por la tarde había
conversado durante más de una hora con Federico Storani (ver aparte).
Hasta ahora, el resultado de tantas reuniones fue el anuncio de la conformación
de un ámbito de conducción de la Alianza que, más
allá de su carácter informal, revela la necesidad de los
socios por encarar cohesionados las complicadas elecciones de octubre.
El encuentro se venía preparando en secreto desde hace un par de
días y terminó de cerrarse ayer, luego de un contacto telefónico
entre Colombo y Alessandro. El jefe del bloque de Diputados, que ya estuvo
en las dos únicas reuniones entre los ex compañeros de fórmula
desde la renuncia, pasó a buscar a Alvarez y juntos fueron hasta
San Isidro. Tuvieron problemas con el tráfico, atascado por la
tormenta, y llegaron a la casa del jefe de Gabinete recién a las
diez de la noche. Colombo los esperaba con empanadas, asado con papas
rejillas y ensaladas. El postre, poco dietético: mousse de chocolate.
De la Rúa llegó unos minutos más tarde desde la Quinta
de Olivos.
Una alta fuente de Presidencia contó que, apenas se sentaron a
la mesa, Alvarez tomó la copa de vino tinto y pidió, medio
en broma medio en serio, un brindis por la nueva etapa abierta a partir
del blindaje. Un gesto que sintonizaría con el pensamiento del
Presidente. Según la teoría del Gobierno, la garantía
financiera marca un quiebre que detendrá definitivamente la ofensiva
de los mercados y le permitirá a la Alianza encarar políticas
más activas y seductoras. Esta mejora del clima económico
se esperanzan en la Rosada detonará un cambio en el
humor social y contribuirá a mejorar las chances de la coalición
de cara a las elecciones de octubre.
Desde luego, la campaña electoral que se avecina sobrevoló
la cena de ayer. El tema es conflictivo. Buena parte de los funcionarios
del Gobierno, empezando por el propio Presidente, están convencidos
de que la candidatura de Alvarez a senador por la Capital es una de las
claves para garantizar la victoria. Sin embargo, Alvarez no quiere saber
nada con una postulación que, según dice, significaría
una virtual marcha atrás en su pelea por limpiar el Senado.
Otro de los ejes del encuentro fue la conformación de un espacio
de conducción de la Alianza, que Chacho prefiere denominar grupo
de trabajo. Aunque se venía oponiendo a la idea, el jefe
del Frepaso terminó pro aceptarla, consciente de que su falta de
comunicación con el Gobierno es una debilidad formidable para encarar
la campaña electoral. Fue justamente éste el tema central
de la reunión que Alvarez había mantenido el lunes con Alfonsín.
Ayer, en una visita al estudio de Storani, Chacho se enteró de
que De la Rúa tenía pensado darle una presencia fuerte al
Gobierno en aquel espacio: la idea es que participen Colombo, Storani
y José Luis Machinea. El Presidente, además, asistirá
a algunos encuentros (ver nota aparte).
Otro de los temas que venía rondando en la cabeza de Chacho y que
tenía previsto conversar ayer con De la Rúa es la Agencia
que centralizará la política social del Gobierno. El copyrigth
de la idea pertenece a Alvarez, que la incluyó entre las propuestas
que le presentó al Presidente hace ya dos meses. Del conjunto de
medidas, es la única que está cerca de concretarse: la semana
pasada, luego de la megarreunión de Gabinete en Olivos, Colombo
anunció la creación de la Agencia.
El ex vice está entusiasmado con la idea que, de concretarse, abriría
un interrogante sobre el futuro de Graciela Fernández Meijide.
No está clarosi la ministra será la cabeza de la nueva Agencia,
pero Alvarez está convencido de que el cargo debe quedar para alguna
figura del Frepaso. Es, por lo tanto, una de las pocas cuestiones que
compete por igual a los ex compañeros de fórmula: a Chacho,
porque deberá analizar qué pasa con Fernández Meijide
y, en todo caso, quién podría reemplazarla. Y a De la Rúa,
porque la decisión final será suya.
El de ayer fue el tercer encuentro entre los dos ex compañeros
de fórmula desde la renuncia de Alvarez, el 6 de octubre del año
pasado. Se desarrolló en un tono de semiclandestinidad, a punto
tal que al principio hubo versiones contradictorias sobre el lugar de
la cita. Sin embargo, más allá de los preparativos, lo cierto
es que la cena demuestra que los dos dirigentes lograron vencer los recelos
y las desconfianzas mutuas. Y que, acosados por la perspectiva electoral,
decidieron retomar el diálogo luego de la incomunicación
que signó su relación durante los últimos cuatro
meses.
ALVAREZ
Y STORANI SE REUNIERON EN LA CLANDESTINIDAD
Se armó el grupo de trabajo
Por J.N.
Fue el segundo rendez-vous
de Carlos Chacho Alvarez en dos días pero no el último
de la jornada. Un regreso al diálogo que se contrapuso al prolongado
período de incomunicación que mantuvo con sus aliados. El
jefe del Frepaso se encontró ayer a la tardecita con el ministro
del Interior, Federico Storani, en el estudio privado que Fredi mantiene
cerca de los Tribunales. Reunión que intentaron mantener con
poca suerte en la clandestinidad. La charla giró sobre la
concreción de un ámbito de conducción de la Alianza,
informal y flexible, con los jefes partidarios, ministros y la esporádica
aparición del Presidente, los escenarios a partir del blindaje
y, sobrevolando el temario, las elecciones de este año. Pero más
que nada, el ministro y el ex vice retomaron la saludable gimnasia de
hablar de política, costumbre que los aliados parecían haber
olvidado.
La charla duró más de una hora. Luego de servirse agua mineral,
Storani y Alvarez comenzaron a hablar del tema central de la reunión:
el ámbito de conducción de la Alianza, que Chacho prefiere
denominar grupo de trabajo. Hubo más precisiones. Además
de Alvarez y Alfonsín jefes de los dos partidos de la Alianza,
el Gobierno estará representado por tres ministros: Storani, Colombo
y José Luis Machinea. Podrían sumarse los jefes de los bloques
de la Alianza en el Congreso y también se agregarían otros
funcionarios en forma rotativa de acuerdo al tema de cada encuentro.
La idea es que las reuniones se convoquen según las necesidades
del momento y que no tengan un carácter periódico, de manera
de diluir la posibilidad de que la comisión se convierta en un
polo de poder paralelo a la Rosada. Hay que evitar el doble comando,
coincidieron. Y a continuación Alvarez formuló una pregunta
clave. ¿Qué va hacer De la Rúa?, le preguntó
a Storani.
El ministro del Interior, que ya había hablado del tema con el
Presidente, explicó que la idea era que su participación
no fuera permanente: participará de algunas reuniones, no estará
en otras y convocará al grupo de trabajo cuando lo
crea necesario. Va a ser un especie de líbero, definió
Storani.
Los dos quedaron satisfechos con el resultado. Storani, porque con la
conformación de un ámbito de articulación política
de la Alianza vio cumplido un viejo proyecto, que viene impulsando desde
hace bastante tiempo, aun en contra de la opinión de un sector
del entorno presidencial. Alvarez, porque el carácter informal
y esporádico del grupo le permitió conciliar la voluntad
de emitir un gesto de ratificación de la Alianza manteniendo un
margen de libertad para diferenciarse del Gobierno.
No fue el único tema. Storani describió los preparativos
de la multitudinaria reunión que se realizará a fines de
febrero en Mar del Plata con los legisladores provinciales, a quienes
intentará convencer de que se rebajen las dietas como parte de
la reforma política que impulsa el Gobierno. Invitó a Chacho
a que participe, pero el jefe del Frepaso no quiso comprometerse. Lo
voy a pensar, dijo. También le comentó el acto con
las mujeres de la Alianza que aún no tiene fecha, que se convertirá
en la primera actividad proselitista de la coalición y que dio
pie para que sobrevolaran algunos temas electorales.
Aunque los dos creen que el blindaje financiero ha mejorado el humor social,
coincidieron en que no hay que dejar pasar el momento. Tenemos que
militar esta oportunidad, dijo Storani. Y le dijo a Chacho que una
mejora de los indicadores económicos no sólo contribuirá
a aumentar las chances de la Alianza sino que también servirá
para lucir las ventajas de sus candidatos. Con delicadeza, el funcionario
explicó que, aunque conoce su rotunda negativa, su candidatura
en la Capital junto a la de Alfonsín en la provincia permitirán
marcar una diferencia con el PJ en cuanto a la renovación ética
del Senado. Alvarez lo escuchó con atención, pero insistió
en que la decisión de no presentarse es definitiva y no tiene vuelta
atrás.
INESPERADA
VISITA DE MACHINEA A ALFONSIN
Para charlar sobre un amigo común
El ministro de Economía,
José Luis Machinea, visitó ayer al titular del radicalismo,
Raúl Alfonsín, tras las renovadas críticas de Carlos
Chacho Alvarez al equipo económico. Los protagonistas
trataron de mantener la reunión en secreto, pero los periodistas
sorprendieron a Machinea no bien abandonaba el edificio de avenida Santa
Fe al 1600 donde suele parar Alfonsín. Pese a que el ministro aseguró
que la charla con el ex presidente giró sobre las perspectivas
del país luego de haber conseguido el blindaje financiero, voceros
radicales admitieron que la figura de Chacho sobrevoló
gran parte de la cumbre.
El martes Alvarez le había pegado duro a Machinea, luego de que
Página/12 revelara que en su reciente gira por el exterior el ministro
de Economía aconsejaba invertir en Argentina basándose en
el deterioro del salario real sufrido en los últimos años.
No podemos salir a venderle al mundo los salarios que tienen los
países asiáticos o que tiene China, disparó
Chacho y remató su idea al asegurar que con esa política
Argentina no cierra socialmente.
Tras la nueva andanada del líder frepasista, Machinea decidió
visitar a Alfonsín en su departamento, sabiendo que el presidente
de la UCR suele tener buena comunicación con Alvarez. Alfonsín
que en los últimos días se reunió con el presidente
Fernando de la Rúa y con el ex vice recibió unas horas
más tarde al secretario general de la Presidencia, Horacio Jaunarena.
Alfonsín ya acordó con Alvarez crear un grupo de trabajo
que les brinde más participación a los frentistas y que
permita mejorar la comunicación entre ambas fuerzas.
Aunque supuestamente Machinea sólo había ido a hablar de
economía con Alfonsín, terminó respondiéndole
de vuelta a Alvarez, esta vez sin nombrarlo: Cualquier tipo de discusión
dentro de una coalición es buena, pero cuando se hace demasiado
por los diarios, no es que deje de ser buena, pero es preferible que primero
se haga hacia adentro, advirtió el ministro, quien suele
remarcar que Chacho desliza sus ideas sólo por los medios. Cuando
Alvarez había anunciado en diciembre una serie de propuestas que
le iba a acercar al Gobierno, Machinea lo cruzó diciendo: Si
tiene una propuesta para hacer al Poder Ejecutivo, lo más razonable
es no difundirla por medios de prensa.
Las relaciones entre Alvarez y el ministro de Economía fueron enrareciéndose
con el tiempo. Inicialmente, desde el Frepaso, lo impulsó como
el ministro de la Alianza. En los primeros meses de Gobierno
Chacho respaldó con más fuerza y más argumentos
que nadie medidas impopulares como la suba de impuestos y la rebaja
de sueldos a los estatales. Con el correr de los meses y con el alejamiento
de Chacho de la vicepresidencia, sus críticas a Machinea fueron
multiplicándose, hasta llegar al cruce de anteayer.
Por su parte, a la salida del encuentro con Alfonsín, el ministro
intentó despegarse de la estrategia que el propio Palacio de Hacienda
desplegó ante los inversores, usando como arma de seducción
la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores argentinos:
Nadie quiere que aquí se paguen salarios como en la China,
dijo, respondiéndole otra vez a Alvarez, y anticipó que
la competitividad del país no se va a dar por reducciones
en los salarios, sino por un aumento de la productividad.
Machinea debió asimismo volver a aclarar su ya famoso pedido para
que la gente consuma más: Es obvio que cuando
yo dije eso me estaba refiriendo a la gente con algún poder para
aumentar sus gastos. Por otra parte, auguró que las mejoras
en la economía comenzarán a notarse a partir del segundo
trimestre.
Informe: Alejandro Cánepa.
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