En su momento la dijo convencido y enérgicamente. Durante casi
diez años la defendió a capa y espada. Pero ayer, ante la
pregunta de un periodista, finalmente decidió manifestar su arrepentimiento.
Ya que usted me provoca le voy a contestar: la frase sobre las relaciones
carnales fue una estupidez que dije, lo acepto y lo padezco, admitió
el ex canciller menemista Guido Di Tella.
La frase con la que el ex funcionario buscó demostrar el alineamiento
de la Argentina con los Estados Unidos se remonta a 1991. Di Tella la
pronunció en un encuentro con las máximas autoridades del
Banco Interamericano de Desarrollo, en Washington, explicando la política
que la Argentina quería mantener con los Estados Unidos.
No queremos tener relaciones platónicas: queremos tener relaciones
carnales y abyectas remarcó Di Tella, enfervorizado, ante
su audiencia.
El entonces canciller buscó marcar de esa manera la voluntad de
producir un cambio de 180 grados para reemplazar lo que consideraba una
relación sumamente fría por otra totalmente
comprometida con las políticas norteamericanas. Di
Tella sostenía, contento con su definición, que la frase
era tan provocativa que ayudaría a generar un shock cultural.
El viraje se reflejó tiempo después en distintos aspectos
de la política exterior, como el envío de naves al Golfo
o el voto argentino en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas apoyando el pedido de Estados Unidos para que se investiguen denuncias
de violaciones a los derechos humanos en Cuba.
¿Cómo se le ocurrió? le preguntaron,
pasado el tiempo, por la controvertida frase.
Resulta que un diario prestigioso me criticaba porque yo había
dicho que la relaciones con los Estados Unidos tenían que ser muy
cordiales porque así convenía a nuestros intereses. Me responden,
en un editorial, que esa forma de lealtad era producto de no poder concebir
otra manera de relación y que esa idea era de un utilitarismo crudo.
Mi aclaración posterior la estoy padeciendo hasta hoy, cuando dije
que las relaciones con los Estados Unidos no debían ser platónicas,
sino carnales. La ventaja que tuvo, aparte de las bromas que tuve que
soportar, fue que mucha gente entendió que las relaciones con los
Estados Unidos son lo que son: muy importantes.
A usted también le tocó explicar lo de las relaciones
carnales en los Estados Unidos. ¿En qué circunstancias?
Fue gracioso. Estábamos en el Departamento de Estado dando
una conferencia de prensa con Madeleine Albright. En un momento un periodista
me pregunta por lo de las relaciones carnales y antes de que yo pudiera
decir nada lo traducen al inglés. Cuando Albright lo escuchó
en inglés dijo: Aquí hay un error de traducción,
no puede ser lo que estoy escuchando. Entonces yo me acerqué
y, por lo bajo, a un costado, le dije: Madeleine, la traducción
es correcta. Después te explico. Después le expliqué
y ella se mató de risa.
DUHALDE
QUIERE INTERVENIR EL PJ
Sin acatamiento a Menem
Eduardo Duhalde renovó
ayer su amenaza de reemplazar a Carlos Menem de la conducción del
justicialismo en el mes de marzo. Lo hizo al considerar que no existe
en el partido ningún acatamiento al ex presidente y
ratificar su convencimiento de que el poder real en el PJ
lo poseen los distintos gobernadores.
El ex gobernador aseguró que él, como presidente del Congreso
Justicialista, tiene la facultad para intervenir el Consejo Nacional partidario
que preside Menem y convocar a elecciones internas en forma anticipada.
Creo que hay que poner las cosas en su lugar, señaló
Duhalde, apenas días después de la cumbre entre Carlos Ruckauf
y José Manuel De la Sota en la que también se buscó
desplazar de escena al ex presidente.
Al ser consultado sobre los tres gobernadores con mayores posibilidades
de convertirse en candidato presidencial por el PJ, Duhalde dijo: en
Ruckauf y De la Sota, que son hombres auténticamente justicialistas
y están tratando de llevar adelante, como pueden, o sentar las
bases de un modelo distinto dentro de la convertibilidad.
Sobre Reutemann, el aspirante a senador por el PJ bonaerense no quiso
hablar políticamente porque el gobernador santafesino
es un buen administrador, una muy buena persona, pero políticamente
nunca ha participado de la discusión ideológica del justicialismo,
pese a que lo secunda en la conducción del Congreso nacional partidario.
No es casual esa minimización de la figura del ex piloto de Fórmula
Uno. Es que el gobernador de Santa Fe es uno de los que ensalza a Menem
e insiste, contrariamente a la postura del ex gobernador bonaerense, que
sigue siendo el presidente del justicialismo.
Finalmente, Duhalde descalificó las afirmaciones del senador Eduardo
Menem, quien dijo que en el justicialismo no existe otro polo de
poder que el que encarna su hermano, el ex presidente. Qué
va a decir Eduardo, pobre, pero no es serio, concluyó el
ex gobernador.
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