Fue el temporal más intenso que sufrió la Ciudad de Buenos
Aires y los resultados quedaron a la vista apenas el agua se escurrió.
A las cuatro ancianas que murieron al inundarse un geriátrico en
Villa Urquiza y al joven electrocutado en Lomas de Zamora, se sumaron
los destrozos que sufrieron los comercios en la zona más afectada,
el norte de la ciudad, y las pérdidas ocasionadas por el agua que
subió por encima de un metro y medio, penetró en casas y
locales y arruinó electrodomésticos, muebles, prendas, colchones
y otros elementos, muchos de los cuales yacían ayer, inservibles,
en las veredas, como testigos del desastre. Los desagües de la ciudad,
preparados para escurrir entre 30 y 40 milímetros por hora, no
soportaron los 133,6 milímetros caídos en dos horas. Los
damnificados apuntaron contra el gobierno, que deslindó su responsabilidad
por los daños causados. El jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra,
aseguró que el Plan Hidráulico lanzado en 1998 se
está cumpliendo y estará terminado en el 2004. Así
y todo, la ciudad no estará libre de calamidades: Ante una
situación excepcional, cualquier ciudad del mundo entra en colapso,
afirmó Ibarra a Página/12 (ver aparte). Legisladores de
la oposición anunciaron que presentarán un pedido de interpelación
al jefe de Gobierno para que dé explicaciones sobre el retraso
del plan de obras hidráulicas.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, la lluvia del
miércoles fue record para el mes de enero. Si bien en 1974 cayeron
172,7 milímetros, contra los 147 de anteayer, lo inusual fue el
volumen caído en apenas dos horas: 133,6 milímetros. Eso
es lo que midió el observatorio de Villa Ortúzar, porque
en Aeroparque se registraron sólo 70,5 y en Ezeiza 26,5.
El chaparrón intenso eligió justo la zona norte de la ciudad,
donde los desagües son más vulnerables porque ya traen agua
desde el Gran Buenos Aires. Los barrios más afectados fueron Belgrano,
Villa Urquiza, Villa Crespo, Villa del Parque, Villa Devoto y Flores.
Ayer, en Olazábal al 3000, un plomero sufrió quemaduras
al explotar una bomba extractora de agua, y el perro que lo acompañaba
murió electrocutado. A las pérdidas sufridas por comerciantes
y vecinos, se sumaron los robos. Las quejas de los afectados crecían
con la sensación térmica y las críticas más
calientes apuntaban al secretario de Obras y Servicios Públicos,
Abel Fatala. Quiso el destino que el funcionario estuviera fuera del país
para que las críticas se multiplicaran. A la hora de la tormenta,
Fatala estaba en viaje de regreso de sus vacaciones en Sydney, Australia.
Ibarra adelantó en unas horas su regreso desde San Pablo para ponerse
al frente de un gabinete reducido: el propio Fatala; el director de Defensa
Civil, Víctor Capilouto, y el secretario de Gobierno, Raúl
Fernández, entre otros funcionarios, lo pusieron al tanto de la
situación. El propio Ibarra encabezó una conferencia de
prensa en la que, después de lamentar profundamente las víctimas
fatales y los daños y perjuicios sufridos por numerosos vecinos,
atribuyó el desastre a un fenómeno meteorológico
extraordinario y anunció una línea de créditos
especiales para que los comerciantes puedan recuperar el capital perdido.
No descartó, además, otro tipo de beneficios impositivos.
Cuando todavía el agua no había bajado, el subsecretario
de Obras Públicas, José Luis Calvo, le reprochó al
Servicio Meteorológico la ausencia de un alerta meteorológico.
Marta Fernández, pronosticadora de turno, explicó que la
advertencia no existió porque no había elementos de
juicio para preverlo, pero aclaró que el SMN viene
anunciando chaparrones desde el día lunes.
Fatala explicó a Página/12 cuáles son las obras que
resta efectuar para completar el Plan Hidráulico: En todo
este año se harán los trabajos en los arroyos Medrano, White
y Vega, de manera que en el próximo verano tendremos resuelto el
90 por ciento del problema. Precisó que ya está elaborado
el proyecto para construir un aliviador del Vega (que corre bajo el barrio
de Belgrano) sobre Monroe, más una estación de bombeo y
la limpieza de la desembocadura de ese arroyo y del White. Las cosas parecen
más lentas con el Maldonado: Se están haciendo los
estudios de factibilidad y en julio estarán listos los pliegos
de licitación.
¿No se esperó demasiado tiempo para iniciar una obra
tan importante? le preguntó Página/12.
No se puede encarar una obra tan costosa, con financiación
externa, sin garantizar que va a ser eficiente, con un estudio de factibilidad.
Parte de los 53.000 usuarios que se habían quedado sin luz fueron
recuperando el servicio en forma escalonada y anoche todavía quedaban
4500 hogares sin energía.
No todas fueron pálidas para Ibarra: el gobernador bonaerense Carlos
Ruckauf le expresó su solidaridad y la voluntad de discutir las
obras hidráulicas necesarias en el área metropolitana.
Pronóstico
desalentador
El Servicio Meteorológico Nacional no emitió un
alerta meteorológico en los momentos previos a la tormenta
del miércoles que causó el desastre, y desde el Gobierno
de la Ciudad se ocuparon por destacarlo. En diálogo con Página/12,
Marta Fernández, del SMN, explicó que no estaban
dadas las condiciones para dar un alerta, y apuntó
que si bien se preveía la presencia de tormentas aisladas
era imposible predecir la cantidad de agua que podía
caer. Los porteños deberán seguir teniendo el
paraguas y el piloto a mano, y por qué no unos botes, ya
que hasta el domingo no cambiarán las condiciones climáticas,
y, lo que es peor, habrá fuertes chaparrones durante todo
el verano.
Según los elementos técnicos que tenemos para
evaluar los tipos de fenómenos climáticos, no estaba
prevista una lluvia de tanta intensidad consideró Fernández,
sobre todo en la ciudad de Buenos Aires. La meteoróloga
explicó que la cantidad de agua caída en tan
poco tiempo 82 milímetros en una hora nos sorprendió
a todos. Para entender por qué no se puede prever cuantitativamente
el agua durante una tormenta, Fernández se basó en
la gran variabilidad que tiene el fenómeno, y,
a modo de ejemplo, detalló las diferencias en las precipitaciones
registradas en lugares cercanos a la Capital: Mientras que
en Buenos Aires cayeron 144 milímetros entre las 18 y las
21, en Ezeiza se registraron 25.
El pronóstico del SMN indica que hasta el domingo seguirán
las lluvias, y para lo que queda del verano será normal
la presencia de este tipo de tormentas pasajeras.
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ANIBAL
IBARRA, JEFE DE GOBIERNO
Ante algo excepcional, cualquier ciudad colapsa
La inundación del miércoles se debió, según Ibarra, a que
�nadie puede manejar los fenómenos meteorológicos�. Y admitió
que, de producirse una tormenta similar, la ciudad volverá a
colapsar. El Plan Hidráulico, para el 2004.
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Por
Eduardo Videla
Nadie puede
manejar los fenómenos meteorológicos, se excusa el
jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, al admitir que si la ciudad vuelve
a soportar otra lluvia como la del miércoles, sufrirá una
nueva inundación. En una entrevista con Página/12, el titular
del Ejecutivo defendió, sin embargo, el Plan Hidráulico
que se viene implementando desde 1998 y contribuyó a que
la ciudad soporte mejor este tipo de situaciones y no haya evacuados.
Ibarra debió regresar de urgencia desde San Pablo, donde participaba
de la celebración del 447º aniversario de esa ciudad invitado
por la alcaldesa local, Marta Suplicy y convocó a una reunión
de gabinete para afrontar las consecuencias de la tormenta.
Hace unos años, el entonces intendente justicialista Jorge
Domínguez dijo que los porteños iban a tener que acostumbrarse
a vivir con el agua en días de mucha lluvia. ¿Lo ve como
una profecía?
No. Porque en esa época también fue otra la intensidad
de la lluvia. La ciudad colapsaba cuando llovían 15 milímetros
en una hora, y ahora los desagües soportan 30 milímetros sin
problemas. El escurrimiento que tiene la ciudad es el mejor que ha tenido
en su historia. No hubo evacuados como en otras ocasiones, la ciudad no
se inunda cuando hay sudestadas y el Plan Hidráulico está
en marcha, que le va a dar mayor resistencia. Y frente a picos extraordinarios
como éste, las consecuencias van a ser menores.
Quiere decir que por más que se hagan obras, la ciudad se
va a inundar de todas maneras.
Este fenómeno nunca había ocurrido, y si en alguna
ocasión llueven 300 milímetros por hora, seguramente va
a entrar en colapso. Pero en condiciones normales, la ciudad va a ser
menos vulnerable.
¿Esta tormenta tomó con la guardia baja a la ciudad?
No. Nos tomó sin alerta meteorológico.
¿Qué hubiera cambiado, en ese caso?
Se hubiera estado en los lugares más vulnerables y más
críticos con los equipos de Defensa Civil y la Guardia de Auxilio.
Aunque la lluvia caída hubiera sido la misma. Pese a esa situación,
todo el Gobierno de la Ciudad estuvo en la calle, desde el momento en
que se produjo la lluvia: el SAME, Defensa Civil y la Guardia de Auxilio.
¿Usted dice que no hubo alerta como un reproche al Servicio
Meteorológico?
No. La lluvia se hubiera producido de todas maneras y la inundación
hubiera ocurrido igual. Con el alerta, hubiéramos estado en los
puntos vulnerables con equipos de emergencia mucho más rápido
de lo que se estuvo.
¿Cuánto tiempo va a haber que esperar para que se
termine el Plan Hidráulico?
Hasta el 2004. Porque estamos haciendo los estudios de factibilidad
para (ampliar el cauce de) el arroyo Maldonado, que es la obra más
ambiciosa, con una inversión de 250 millones de dólares,
con financiamiento del Banco Mundial, y este año comienzan los
trabajos en los arroyos Vega, Medrano y White. Mientras tanto, estamos
trabajando en la limpieza de sumideros y tenemos una relación aceitada
con las empresas de recolección de basura para mantener la ciudad
limpia.
Muchos de los vecinos afectados están especialmente enojados
con los funcionarios, incluido el jefe de Gobierno, porque no estaban
en la ciudad en el momento de la inundación.
El jefe de Gobierno no estaba de vacaciones sino que se había
ausentado durante 24 horas. Estuve permanentemente conectado con la vicejefa
de Gobierno (Cecilia Felgueras), que estuvo al frente de todo el operativo.
La ciudad respondió exactamente de la misma manera que si yo hubiera
estado aquí.
Además de los créditos blandos que anunció
para los comerciantes que sufrieron pérdidas, ¿hay previsto
algún otro tipo de resarcimiento para las personas afectadas?
Estamos estudiando otras hipótesis para contribuir a paliar
los perjuicios, pero los perjuicios no los causó el Gobierno de
la Ciudad sino que fueron producto de un temporal inédito. Por
lo tanto, no podemos hablar de resarcimiento.
De todas maneras, hay gente que ha dicho que va a iniciar juicios
para reclamar ese resarcimiento.
Tienen todo el derecho de hacerlo. Habrá que ver luego el
resultado de esos juicios.
¿Qué responsabilidad tiene el Gobierno en la habilitación
de un geriátrico que, aparentemente, no tenía vías
de evacuación aptas para enfrentar una emergencia?
En principio, no sabemos aún cuál era el uso que se
les daba a los distintos sectores del edificio, especialmente al que sufrió
la inundación. Hay que esclarecer por qué se tardó
tanto en pedir auxilio o en evacuar a las internadas, porque el agua no
entra en dos minutos. Hay una investigación judicial sobre el tema
y el Gobierno iniciará un sumario administrativo para determinar
si la habilitación era correcta. Si hay algún responsable
de alguna irregularidad, será sancionado. Pero hasta ahora no hay
ningún dato que vincule al Gobierno de la Ciudad con ese desgraciado
episodio.
¿En cuánto tiempo alcanzó a escurrir el agua?
En tres horas, a partir de que paró la lluvia, es decir,
a las 23 se había normalizado la situación en el 90 por
ciento de la zona afectada.
En definitiva, es probable que mañana o la semana que viene,
si se vuelve a producir un fenómeno de este tipo, la ciudad se
vuelva a inundar.
Nadie puede manejar los fenómenos meteorológicos.
No hay una certeza de que vuelvan a producirse ni tampoco de que no se
produzcan situaciones excepcionales. Cualquier ciudad del mundo colapsa
ante un fenómeno extraordinario. Ocurre en Londres, en París,
en Nueva York, cuando nieva mucho, o en Miami, con los huracanes.
¿Qué sugerencia le da el Gobierno a la población
ante situaciones de este tipo?
Nosotros tenemos diseñado un plan de emergencia, con un Centro
Operativo de emergencias, que frente a los alertas meteorológicos
se informa a la población y se la alerta para que haga un tratamiento
correcto con la basura y para que, frente a episodios de esta magnitud,
se abstenga de circular por las zonas afectadas.
Algunos vecinos se quejaban porque debieron recurrir a empresas
que cobraban sumas importantes para desagotar sótanos y subsuelos.
La ciudad ha dispuesto 33 vehículos, algunos propios y otros
contratados, además de electrobombas, para ponerlos a disposición
de la gente que lo necesite. No tienen más que llamar a los teléfonos
de Hidráulica (4304-0340/0285/0359) para que se le envíe
ayuda en forma gratuita.
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